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miércoles, 25 de marzo de 2015

Kom Ombo - Templo de Sobek y Haroeris

Kom Ombo (كوم أمبو) es una villa agrícola de Egipto de unos 60.000 habitantes, situada en la ribera oriental del río Nilo, a 40 kilómetros al norte de Asuán y a 165 kilómetros al sur de Luxor. Existe una numerosa población nubia procedente del sur, desplazados por la construcción del lago Nasser. El emplazamiento es conocido en la actualidad por su templo de época ptolemaica.

Situación: 24º 27' N 32º 57' E
Nombre egipcio: Nubt o Nubet. Nombre griego: Ombos. Nombre árabe: Kom Ombo
(No debe confundirse con la ciudad situada al norte de Naqada del mismo nombre: Ombos)

En su origen, fue un asentamiento llamado Nubt, del egipcio nbt, que significa "Ciudad de Oro". Por su situación, disfrutaba del control sobre la s rutas comerciales que se dirigían desde Nubia a través del Valle del Nilo, si bien su importancia creció con la construcción del templo en el siglo II a.C.

En la época griega, la ciudad estaba en la Tebaida, y era la capital del nomo Ombita (el nomo I del Alto Egipto), en la ribera oriental del Nilo. Ombos fue una fortificación militar bajo todas las dinastías egipcias, con los faraones, hasta los ptolomeos y los romanos, y disfrutaba de mucha fama por la grandiosidad de sus templos y su tradicional enemistad con los habitantes de Tentyris (Dendera).

Los templos

Subsisten dos templos, construidos con la piedra obtenida de las canteras vecinas. El más notorio de los dos se yergue sobre una colina arenosa y parece haber sido una especie de Panteón dado que, de acuerdo con las inscripciones conocidas, le había sido dedicado a Haroeris (Apolo) y las demás deidades del nomo Ombita por los soldados acuartelados allí.

El templo más pequeño, en el noroeste, estaba dedicado a Isis. Ambos poseen una arquitectura imponente y todavía conservan los brillantes colores con los que los adornaron sus constructores. Datan de la época ptolemaica, con la excepción de una entrada de piedra caliza, construida dentro de un muro de adobe. Constituía una parte de un templo construido por Tutmosis III en honor del dios, encarnado en cocodrilo, Sobek.

El templo de Kom Ombo, conocido también como templo de Sobek y Haroeris está en ruinas, pero resulta imponente, especialmente por su ubicación, que lo hace destacar al lado del Nilo. Fue excavado por Jacques de Morgan hacia 1893. Es un edificio inusual, completamente simétrico, con dos entradas, dos salas hipóstilas y dos santuarios. Esto se debe a que está dedicado a dos dioses: el lado izquierdo al dios halcón Haroeris (Horus el viejo o el grande) y el derecho a Sobek, divinidad local con cabeza de cocodrilo.

Lo comenzó a construir Ptolomeo VI en el siglo II a.C, siendo Kom Ombo capital de un nomo del Alto Egipto, y lo terminó Ptolomeo XII en el siglo I a.C. El emperador romano Augusto le añadió el pilono de la entrada hacia 30 a.C. En el local hubo un santuario más pequeño de la época de Tutmosis II encontrándose vestigios que datan de la Dinastía XVIII (1.550 a 1.063 a.C.)

https://www.youtube.com/watch?v=ICmIWB74Srw

SOBEK

Dios-cocodrilo. Es mencionado en el texto de las pirámides como hijo de Neit.
Se le creía emergido de las aguas del caos en la creación del mundo.
Era 'señor de las aguas', temible por su voracidad.
Eliminaba los enemigos que habitaban en los medios acuáticos.
Es representado cocodrilo y como hombre con cabeza de cocodrilo.

http://egiptoaldescubierto.es/cultura-egipcia/dioses-cultos/dioses-panteon-egipcio/57-dioses-panteon-egipcio.html



lunes, 15 de diciembre de 2014

Monte Sinaí

El Monte Sinaí también conocido como Monte Horeb es el lugar donde, según la Biblia, Dios entregó a Moisés los Diez Mandamientos. Desde la época de Santa Helena ha sido identificado con Jabal Musa, o Gebel Musa, nombre árabe que significa monte Moisés. y es una de las máximas altitudes de Egipto.

Ubicación Geográfica

El Monte Sinaí es una montaña situada al sur de la península del Sinaí, al nordeste de Egipto, en Asia, está separada del continente africano por el Canal de Suez, que conecta el mar Rojo con el Mediterráneo. Su altura es de 2.285 metros. Constituye una zona montañosa, donde se alza el monte Santa Catalina (2.637 m), la cumbre más elevada de Egipto.

Sinaí Bíblico


El Antiguo Testamento considera el monte Sinaí como la montaña sagrada en la que Moisés recibió los Diez Mandamientos de Jehová. Se trata de un pico situado en un macizo rocoso que ocupa casi totalmente la península del Sinaí, en la parte asiática de Egipto. Es célebre por su gran importancia en el libro bíblico del Éxodo.
En La Torá, el monte Sinaí es también llamado monte Horeb y el monte de Yahveh.
Los eruditos hebreos han asegurado largamente que la localización exacta del monte Sinaí era desconocida, dando la razón de que su localización era situada en tierra incógnita. Esto no es de sorprender, ya que es uno de los lugares más sagrados de su religión, especialmente famoso por haber sido el lugar donde Moisés recibió los Diez Mandamientos de Yahveh.
En tiempos bíblicos, el lugar de la montaña era aparentemente bien conocido, como se aprecia en la descripción de José: Acampó en la montaña llamada Sinai, dirigiendo a las multitudes para alimentarlas allá. Está en la más alta de las montañas del lugar, y la de mejor pasto, pues la hierba es buena; y no había sido comida antes, a causa de la opinión que tenían los hombres de que Dios moraba allí, y los pastores no osaban subir hasta el lugar. Flavio Josefo, Antigüedades Judías, Libro II, Capítulo 12.
Y era conocido en los días de Acab, rey de Israel, como se narra en la historia del viaje de Elías: "Y él se levantó, y comió y bebió, y caminó con la fuerza de esa comida cuarenta días y cuarenta noches hasta Horeb, el monte de Dios." 1Ki:19,8. La última mención bíblica del lugar es en el Nuevo Testamento: "Por esto Agar es monte Sinaí en Arabia." Gálatas 4-25.
Península del Sinaí, mostrando la posición de Jabal Musa La posición de la montaña fue evidentemente olvidada posteriormente. El posicionarlo en Jebel Musa lo hicieron dos monjes que anunciaron haber encontrado la "zarza ardiente" de Moisés, cerca de 300 ddC. Esta zarza está situada, según la tradición, en el monasterio de Santa Catalina, Egipto. La creencia del lugar del monte Sinaí ha perdurado 1700 años y se ha convertido en parte de la tradición. El lugar bíblico real, sin embargo, es todavía incierto.
El nombre Sinaí proviene de "dios Luna Sin", probablemente, al igual que el desierto de Sin. El judaísmo enseña que tan pronto como los judíos recibieron los diez mandamientos en el monte Sinaí, fueron odiados por el resto del mundo por haber sido los que recibieron la palabra divina (una situación presentada como un juego de palabras: Sinai como Seen-ah, que significa odio). La zona fue alcanzada por los hebreos el tercer mes del Éxodo. Allí quedaron acampados aproximadamente un año.
Los últimos veintidós capítulos del Éxodo, junto con todo el Levítico y el Libro de los Números (libros) cap. 1-1, contienen un registro de lo que ocurrió mientras permanecieron en el monte Sinaí. Desde Rephidim (Ex. 17, 8-13) los Israelitas viajaron a "el desierto del Sinaí", y acamparon allí "ante la montaña".

Jabal Musa

La parte de la sierra, un precipicio bajo sobresaliente, conocida como el Ras Sasafeh (Sufsafeh), se eleva casi perpendicularmente del llano, y es identificada por algunos como el Sinaí histórico. Grupos turísticos y religiosos locales anuncian esta montaña como el mismo monte Sinaí descrito en el Tanaj (Biblia Hebrea, Antiguo Testamento). Historiadores y arqueólogos apuntan que no hay una tradición aceptada acerca de qué montaña es el "verdadero" monte Sinaí y de hecho hay varios otros montes en la zona que algunos grupos mantienen que es el verdadero.

Otros lugares

Hay un peso considerable de contra-pruebas históricas para apoyar la opinión de que Jabal Musa y el monte Sinaí Bíblico no representan en el mismo lugar. Han sido sugeridos otros lugares. El libro The Gold of Exodus de Howard Blum opta por Jabal al-Lawz en Arabia Saudi. El profesor Colin Humphreys ha argüído a favor del volcán Hala-'l Badr, más al sur, en Arabia, narrado en su libro The Miracles of Exodus, asegurando que la erupción de un volcán explicaría muchos de los fenómenos descritos en el Éxodo. Hay evidencias que indican que el monte Sinaí bíblico se encuentra en Hashesh el Talif, un monte más cercano a Israel que el que se piensa normalmente, ubicado al este de Egipto; el cual aparentemente tiene más parecido a las descripciones bíblicas.

 Monasterio de Santa Catalina - Sinaí 

A los pies del Monte Sinaí, donde, afirma la tradición, le fueron entregadas a Moisés las Tablas de la Ley, se encuentra ubicado el Monasterio de Santa Catalina, del siglo VI. Se trata del monasterio copto más famoso, posiblemente por situarse a una altura de 1570 metros sobre el nivel del mar, accediéndose al lugar con dificultades. El origen del monasterio de Santa Catalina debe buscarse en el siglo IV, época en la que algunos anacoretas buscaron refugio en estas tierras del Sinaí, retirándose a un lugar en el que no se vieran sometidos a las persecuciones de las tribus nómadas de la región. En el siglo VI recibieron la protección del emperador Justiniano, empezándose la construcción de algunas fortificaciones con las que proteger a los eremitas, construcciones que son la base del actual monasterio, convirtiéndose en un importante centro religioso. En su interior se conserva la capilla en la que se guardan las raíces de la zarza ardiente desde la que, según la leyenda, Dios reveló su nombre a Moisés. Dentro del recinto se encuentran también la Iglesia de la Transfiguración, una mezquita (ya que Moisés es profeta del Corán) y el Pozo del cual sacaba agua Moisés. Además, en la Iglesia hay un retrato de Jesús, que dicen es el más parecido a la realidad. Este monasterio está considerado el más pequeño del mundo y está regido por monjes ortodoxos.

http://www.artehistoria.com/v2/monumentos/989.htm


























viernes, 12 de diciembre de 2014

Relieve egipcio

Relación entre el relieve y la pintura egipcia

El relieve y la pintura mantienen una serie de características comunes y están muy relacionadas con la arquitectura:
• Frente al hieratismo de la escultura, va a haber un gran dinamismo
• Se encontraban principalmente en templos, tumbas y palacio, aunque de estos últimos prácticamente no nos han quedado restos
• Tienen tres finalidades fundamentales:
o Religiosa
o Política y propagandística, esta suele estar representada en los templos, fundamentalmente en los pilonos, y también en las tumbas, y sirve para mostrar el poder y la fuerza del faraón.
o Representación de la vida cotidiana, esto se da fundamentalmente en tumbas. En estas representaciones siempre suele haber referencias al Nilo.
• Suelen representarse en registros paralelos y sin interrupción de escenas. La separación de registros se hace siempre con líneas simples.
• Hay una jerarquización por tamaños; tanto es así que muchas veces hay una escena principal que ocupa toda la altura y a su alrededor están las escenas secundarias.
• Suele haber inscripciones, que pueden ser conmemorativas, especialmente en las escenas propagandísticas, o alegóricas.
• Se mantienen los convencionalismos de las primeras épocas, como la ley de la frontalidad.
• Son representaciones bidimensionales. Cuando hay perspectiva suele ser inversa o abatida, pero en todo caso no hay una tercera dimensión.
• Minuciosidad y detallismo no sólo en personas sino también en todo lo que las rodea.

Técnica del Relieve
El relieve en general suele ser bajorrelieve, que en el Antiguo será un bajorrelieve en dos planos mientras que en el Imperio Medio y Nuevo va a ser fundamentalmente un hueco relieve. Esto es especialmente remarcable en los relieves que seencuentran al exterior porque con esta técnica la luz del sol marca mucho más fácilmente los contornos.
En la pintura suele haber colores muy llamativos, brillantes, claros y con tonos siempre planos. Predomina el dibujo, la línea, que contornea las figuras y marca todos sus rasgos y demás detalles. Esta línea suele ser de color oscuro.
Para pintar una pared primero hay que prepararla, dando primero una capa de tierra y paja húmeda para uniformizar tras la que, una vez se ha secado, se aplica una capa de lucido de cal y agua, que da una tonalidad blanquecina y uniforma.
Después se dibuja y por último se colorea. Los colores están hechos de agua, cola y yema de huevo. En el Imperio Nuevo a veces se daba una ligerísima capa de barniz. A veces también se usó cera o miel. El color se aplicaba o bien con juncos con la punta aplastada o mascada, para realizar los detalles, o bien con unas brochas formadas con fibra de palma atada, para las superficies más amplias. Los colores son siempre naturales, y los más utilizados son el blanco, negro, verde, azul y rojo, especialmente las tonalidades ocres. Las figuras suelen estar destacadas sobre un fondo liso blanquecino o amarillento, pero siempre claro.
En la temática se dan los tres principales temas, pero predominan los temas de ultratumba con representaciones de la vida cotidiana. En el Imperio Antiguo es muy escasa, en el Imperio Medio es cuando empieza a generalizarse y es en el Imperio Nuevo cuando llega a su esplendor, especialmente en las dinastías XVIII y XIX. El relieve se va a colorear, pero no hay que confundirlo con la pintura en relieve, que se consigue al pintar cuando el estuco está todavía mojado.

El relieve

Pilonos de Medinet
Este relieve pertenece a los relieves que narran las hazañas de un faraón. Técnicamente, es un bajorrelieve con los contornos marcados y hay una jerarquización por tamaños (entre la figura del faraón y otros cazadores).
Aparece representado el faraón Ramsés III, de la XX dinastía, presidiendo una cacería de toros. Se encuentra subido a un carro tirado por dos caballos y está en actitud de ir a lanzar una flecha. Debajo de él hay otros cazadores en un tamaño mucho menor pero con la misma actitud. Para representar el espacio vegetal hay agua y una cañada. En un registro superior hay un príncipe cazando antílopes, pero está mucho peor conservado.
En el otro pilono está representado el faraón en un gran tamaño alzando una maza para golpear con ella a unos enemigos a los que ha hecho prisioneros, que están representados en un tamaño mucho menor.

Tumba de Ramose
Ramose era un visir del faraón Amenofis III. En esta escena, los parientes de este personaje están celebrando su banquete fúnebre. Es un bajorrelieve (no hundido) en el que se conservan restos de policromía.

Seti I haciendo una ofrenda
En este relieve aparece el faraón Seti I con una bandeja, representada con perspectiva abatida, en la que lleva comida como ofrenda. Conserva restos de policromía, como la piel en un tono rojo oscuro para los hombres.

http://www.arteespana.com/relieveegipcio.htm











lunes, 1 de diciembre de 2014

El Templo de Hatshepsut

Es el templo más importante de los construidos en Deir el Bahari y único en todo Egipto.

Fue construido por la reina Hatshepsut en forma de terrazas, de grandes dimensiones, con columnas que se confunden con la ladera de la montaña, situada tras el templo. La obra se debe al arquitecto Senmut quien consiguió una perfecta armonía de proporciones.
El templo está en parte excavado en la roca y en parte construido externamente, basándose en las construcciones previas realizadas por Mentuhotep I.
Se construyó entre los años séptimo y vigésimoprimero del reinado de Hatshepsut.

Constaba de una calzada de 36 metros de anchura rodeada de esfinges que conducía desde la entrada hasta el gran patio, al que se accedía a través de 2 terrazas escalonadas, construidas en la ladera de la montaña y unidas mediante rampas. Las terrazas se apoyan en muros de carga y están separadas por columnatas o pórticos.

Tras la entrada se accede a la primera terraza, un gran patio rodeado de muros bajos y largos con un doble pórtico de cierre. Decorado con relieves que representan barcazas construidas para transportar los obeliscos desde Asuán al gran templo de Amón en Karnak y escenas de caza y pesca. En esta primera terraza había 2 estanques con forma de T que contenían plantas ornamentales. En el pórtico existían 2 figuras osiríacas de las que actualmente sólo queda una.

Una rampa ascendente, con el león que protege el nombre de la reina, da acceso al segundo nivel, con un pórtico formado por 2 filas de 22 pilares cuadrados con escenas del nacimiento, educación y coronación de la reina y una expedición comercial por mar hasta el país de Punt junto con la procesión de vuelta al templo de Amón. Estos famosos relieves fueron ya restaurados por Sethy I. Existe, además, a la derecha otro pórtico inacabado con 15 columnas y 4 nichos.

En el ángulo entre ambos pórticos se encuentra la capilla de Anubis con un vestíbulo y 3 santuarios, decorada con escenas de Thutmose I y Hatshepsut haciendo ofrendas a Anubis, Amón, Ra-Horajty, etc.

La última estancia del templo, el santuario, consta de 3 salas con nichos para colocar objetos de culto, la primera de las cuales estaba destinada a albergar la barca sagrada. En esta hay decoraciones de la reina, Thutmose III y Neferura haciendo ofrendas a Thutmose I y II y a la reina Ahmes Nefertari. La tercera sala fue excavada por Ptolomeo VIII Evérgetes II y está consagrada al culto de funcionarios divinizados como Amenhotep (Hijo de Hapu) e Imhotep.

En el lado occidental de la parte trasera de la sala se encontraban una serie de nichos que contenían estatuas de la reina y una entrada en el muro conducía al santuario. Desde el segundo patio se accedía a unas capillas que estaban dedicadas a Anubis y Hathor.




sábado, 22 de noviembre de 2014

LA REINA - FARAON HATSHEPSUT
(XVIII dinastía, 1490-1468 a.C.)

 Una de las mujeres que alcanzaron el poder en el antiguo Egipto, ascendiendo al trono como "legítimo" rey, sería Hatshepsut. La prematura muerte de Tutmosis II supuso un problema para el mantenimiento de la dinastía tutmósida, agudizándose la crisis que desde el rey Tutmosis I había surgido. Afortunadamente Tutmosis II había dejado un hijo varón que tenía derechos directos sobre el trono, pues había nacido de una de las esposas del rey, llamada Isis. En el momento de la muerte de su padre, el príncipe se encontraba en el templo de Amón, donde era preparado para su posible ascenso. Tutmosis III era, de todos modos, demasiado pequeño para tomar decisiones directamente, y sería la esposa de su fallecido padre, Tutmosis II, quien actuaría a su lado.

Durante algunos años, Hatshepsut mantuvo cierta ambigüedad a la hora de presentarse ante Egipto y definir su papel como corregente. En los primeros años de reinado, aparece con el título de rey o de reina viuda. En el año 7 de la subida al trono de Tutmosis III, Hatshepsut decidió titularse definitivamente "rey de Egipto", adoptando la titulatura real con el "nombre Horus" de rey de Egipto en femenino, y usando sus años de reinado para el cómputo oficial. De este modo, una mujer se convertía en faraón de Egipto.

En Egipto, el ejercicio de la función real era principalmente masculino, aunque parece que legalmente una mujer podría desempeñar, como en el caso de Hatshepsut, este papel. La herencia ancestral de la sangre divina era supuestamente transmitida por las mujeres. La necesidad de mantener la sucesión dio sentido y valor al papel jugado por las reinas, sobretodo en la dinastía XVIII.

Hatshepsut parece haber deseado o ambicionado el trono de Egipto, y esto precisamente es lo que terminó haciendo, alzarse con la corona de Egipto. Las inscripciones la presentan como el único rey auténtico, y por eso ella era la legítima heredera, única descendiente directa del dios Amón.

Tutmosis III era considerado, por tanto, un bastardo, un hijo de una reina secundaria que no tenía preferencia en el acceso al trono. Esta hábil reina se aprovechó de la minoría de edad de Tutmosis III, pero también se aprovechó de las ambiciones del sacerdocio del templo de Amón en Karnak. El clero de Amón formuló para la propia reina y su reinado el mito de la teogamia, según el cual, las reinas de Egipto como esposas de Amón, quedaban consagradas como depositarias auténticas de la monarquía, eran el templo de la simiente divina. Efectivamente, en el templo de Hatshepsut en Deir el-Bahari se representa en relieve al dios Amón adoptando la apariencia de Tutmosis II para colarse en los aposentos privados de la reina madre Amosis y mantener relaciones sexuales con ella.
Hatshepsut fue el fruto de esta unión. Incluso Hatshepsut llegó a designar a su hija, Neferure, como heredera al trono de Egipto, presentando a la niña con los atributos de los príncipes herederos.

De todas formas, Hatshepsut no llegaría hasta las últimas consecuencias de sus planes. Puesto que lo tradicional era que un faraón fuera un hombre, ella se hizo representar en forma de hombre, con cuerpo de hombre y barba postiza. Aceptó a Tutmosis III como corregente, pero no lo casó con Neferure para evitar problemas de legitimidad al trono. Algunos de sus principales colaboradores fueron el Djehuty (cuya tumba es excavada por nuestro equipo), el sumo sacerdote y visir Hapuseneb, y el segundo sacerdote de Amón Senmut, arquitecto de la reina que construyó su templo de eternidad en Deir el-Bahari.

De la política desempeñada por Hatshepsut se ha escrito mucho, y aún hoy en día ciertos aspectos de su reinado siguen estando a debate entre los egiptólogos. Se había dicho que la política imperialista de los tutmósidas fue abandonada por esta reina, pero no parece que este hecho sea verdad. Hatshepsut lanzó ciertas campañas contra Nubia, en torno a la 3ª catarata, y también el propio Tutmosis III realiza ciertas campañas contra los nubios a finales del reinado de Hatshepsut, alcanzando el control de los territorios entre la 5ª y la 6ª cataratas. Además aquí debemos fijarnos en que Tutmosis III ya tiene a sus órdenes un poderoso ejército operando en estos instantes bajo el nombre de Hatshepsut. Cuando Tutmosis III sube al trono, podemos aceptar que era un joven militar pero muy experimentado. De todos modos, la expedición egipcia más célebre organizada bajo el reinado de Hatshepsut es la que condujo a los barcos egipcios hasta el país del Punt, acto de carácter comercial que quedaría expresamente representado en el templo de Deir el-Bahari. En cuanto al otro foco imperialista de Egipto, Asia, el reinado de Hatshepsut coincide con la hegemonía de Mitanni dirigida por su rey Saustatar, que parece haber aprovechado el momento de crisis interna de Egipto para extender su control hasta parte de Siria-Palestina.
Hatshepsut hizo construir su tumba en el Valle de los Reyes (KV20), como sus predecesores Tutmosis I y II y otros reyes. En las representaciones del interior de su tumba, como en el caso de la iconografía mantenida en vida, esta reina trató de masculinizar su imagen ante los dioses y para su vida en el Más Allá.

Hatshepsut y la expedición a Punt

Hatshepsut fue el primer monarca del Reino Nuevo que envió una misión comercial al lejano país de Punt, reanudando así unos contactos comerciales que habían cesado más de dos siglos antes, al final de la dinastía XII. Esta expedición fue uno de los acontecimientos más importantes de su reinado. De hecho, todo el pórtico sur de la segunda terraza de su templo "de millones de años" de Deir el-Bahari está ocupado con inscripciones y relieves que describen este evento.

La misión debió de realizarse entre los años 8 y 9 del reinado de Hatshepsut y estuvo motivada, según los textos de Deir el-Bahari, por una orden oracular que el dios Amón de Tebas en persona dio a la reina. La expedición permitió restablecer los contactos directos con Punt y obtener lo que los egipcios llamaban "las maravillas de Punt". Éstas eran una serie de materias primas y de productos exóticos propios de esa tierra o de las regiones vecinas, tales como diferentes tipos de resinas aromáticas, ébano y otras maderas preciosas, marfil, oro y electro de "Amu" - una región de la Alta Nubia -, especias, diferentes animales salvajes vivos y pieles de felinos. Entre todos estos productos destacaba la mirra, una resina aromática característica de Punt que era utilizada por los egipcios en los rituales religiosos. La misión también logró traer algunos árboles de mirra vivos con el objeto de replantarlos en Egipto y de este modo asegurar el suministro de la resina para el culto de Amón.

Hatshepsut llegó a afirmar que creó un Punt en el interior del templo de Amón, plantando árboles de mirra en sus dos lados. Aunque es probable que estas plantas no prosperasen en suelo egipcio ya que los sucesores de la reina mantuvieron los contactos directos con esa región con el fin de seguir abasteciéndose de este preciado producto.

Los relieves de Deir el-Bahari ofrecen numerosa información sobre la expedición que, al parecer, estuvo formada por cinco naves de grandes dimensiones. Su responsable fue Nehesy, que en las escenas de Deir el-Bahari aparece como el encargado de negociar con el gobernador de Punt, Parehu. En un relieve del templo este personaje pregunta a los egipcios: "¿Por qué habéis llegado hasta aquí, a esta tierra extranjera ignorada por los hombres (es decir, los egipcios)? ¿Habéis descendido por las rutas superiores? ¿habéis viajado por agua y por tierra?". Estas interrogantes todavía se las hacen los investigadores. Hay diferentes hipótesis sobre la localización de Punt - la más probable, como veremos, la sitúa en el Sudán Oriental - y sobre el trayecto del viaje. Su punto de partida debió de ser algún paraje de la costa egipcia del Mar Rojo. Desde allí los barcos debieron de bordear el litoral africano de dicho mar hasta llegar a un lugar no precisado en la zona costera de los actuales Sudán o Eritrea.

Las escenas que representan la expedición documentan un contacto pacífico y de tú a tú entre los egipcios y los habitantes de Punt. En un relieve se observa el trueque que los egipcios realizan con el gobernador Parehu. Un epígrafe describe la escena: "preparando la tienda del emisario real y de su ejército en las terrazas de mirra de Punt, junto al Gran Verde (el mar) para recibir a los príncipes de esta tierra extranjera, presentándoles pan, vino, carne, harina y cada producto de Egipto, tal como había sido ordenado en la corte". En otros relieves los egipcios aparecen recogiendo los cepellones de los árboles de mirra de forma pacífica, con la colaboración de los habitantes de Punt.
Todas estas representaciones recogen numerosos detalles de la tierra y de los habitantes de Punt que a los ojos de los egipcios resultaban pintorescos y, en algunos casos, cómicos: la flora y fauna de ese territorio, los vestidos y peinados de sus habitantes, sus casas cónicas que se alzaban por encima del suelo apoyadas por pilotes o, sobre todo, la esposa de Parehu, Ity, y su hija, que fueron representadas con una gordura extrema.

Djehuty también participó de forma indirecta en la expedición. Un pasaje de la estela Northampton menciona como él fue el contable de los productos de Punt que recibió el templo de Amón en Karnak. Además, en Deir el-Bahari - donde su figura parece haber sido borrada por los partidarios de Tutmosis III - aparece contando "las maravillas de las tierras extranjeras de Punt" ante la presencia de su dios epónimo, Tot (en egipcio Djehut).

Punt

La localización de Punt ha sido objeto de numerosas hipótesis y debates. Recientemente, la combinación de los datos arqueológicos con otros de índole zoológica, botánica y mineralógica han identificado Punt con la zona sudoriental del actual Sudán, es decir, el Delta del Gash. En este lugar se dieron las condiciones favorables para la creación de una sociedad compleja que supo capitalizar el comercio de numerosas materias y productos de ese área muy preciados en Egipto. Aunque esta identificación es la más probable, quizás Punt sea un topónimo que designe un área geográfica extensa y no un estado o un organismo político concreto. De este modo Punt pudo comprender también algunas regiones de la Península Arábiga bañadas por el Mar Rojo, donde también crecen de forma natural los árboles de la mirra. Las investigaciones arqueológicas están demostrando que desde muy antiguo hubo una estrecha relación entre los diferentes pueblos que habitaron a ambos lados del mar.

Los contactos entre Punt y Egipto fueron tanto directos - como es el caso de la expedición de Hatshepsut - como indirectos. De hecho, la llegada a Egipto de una buena parte de los productos de Punt debió de realizarse a través de diferentes intermediarios a lo largo de tres milenios. Durante ese tiempo los productos puntitas llegaron a Egipto siguiendo diferentes rutas comerciales. Una fue a través de las tribus locales del Desierto Oriental egipcio. Otra, que seguía el curso del Nilo, probablemente estuvo cerrada durante buena parte de la dinastía XVIII a causa de los continuos enfrentamientos bélicos entre Egipto y el reino de Kush, en la Alta Nubia. Así, por ejemplo, durante el reinado de Hatshepsut se realizaron cuatro campañas con el fin de apagar los últimos focos de resistencia de ese estado nubio.

Por sus características - lejanía, riqueza y amistad con Egipto - Punt fue considerada por los egipcios como una tierra casi legendaria que gozaba de una especial consideración por parte de los egipcios. Buena prueba de ello es la designación de sus productos como "maravillas", la existencia en la región de un culto a una diosa Hathor "señora de Punt", y su identificación con la "Tierra de dios", un nombre genérico que los egipcios parecen haber empleado para designar de forma vaga a aquellas tierras no hostiles que poseían productos y materiales exóticos.

Las construcciones de Hatshepsut
Desde el comienzo de su mandato Hatshepsut promovió la construcción, restauración o ampliación de numerosos santuarios a lo largo de Egipto y de Nubia. Gracias a los textos - muy numerosos - y a los restos arqueológicos se sabe que la reina ordenó edificar templos en numerosas localidades del Alto Egipto. Entre ellos destacan el templo de Satet en Elefantina y las capillas dedicadas a la diosa Pakhet en Speos Artemidos, aunque hay indicios de otras construcciones suyas en Kom Ombo, Hierakónpolis, el-Kab, Armant, Hebenu, Hermópolis, Cusae o Menfis. En Nubia la reina realizó el templo de Horus en Buhen y embelleció con construcciones y estatuas otros templos en Qasr Ibrim, Semna, Faras, Quban y Sai.
Fue sobre todo en la capital, en Tebas, a ambos lados del Nilo, donde Hatshepsut realizó sus construcciones más ambiciosas. La intensa actividad edilicia de la reina en el lugar estuvo dirigida, sobre todo, al culto de Amón. Este hecho se explica tanto por la importancia del dios en el panteón egipcio como, sobre todo, por el papel determinante que esta divinidad, gracias a un oráculo, desempeñó en el ascenso de Hatshepsut al poder.

En el templo de Amón en Karnak, dentro del santuario construido por Tutmosis I, Hatshepsut levantó "el templo de Maat", una serie de estancias que circundaban una capilla descansadero en granito rojo para la barca de Amón que también construyó la reina. Este edificio, conocido hoy como la "capilla roja", fue desmontado por Tutmosis III apenas desapareció Hatshepsut del panorama político. Recientemente se ha reconstruido en el museo al aire libre de Karnak gracias a que muchos de sus bloques se emplearon como relleno del tercer pilón del templo, erigido por Amenhotep III.
La reina también levantó dos pares de obeliscos en el templo. Dos de ellos se alzaron de espaldas al santuario de Amón, al este del templo, mientras que los otros dos se colocaron en el patio que separaba al pilono quinto del cuarto. Los dos primeros son bien conocidos gracias a diferentes documentos del reinado de Hatshepsut. Una inscripción de Assuán informa que fue Senmut quien los extrajo de esa localidad y unos relieves del templo de Deir el-Bahari representan su transporte por el río hacia Tebas. Por último, los textos inscritos en las paredes de la capilla funeraria de Djehuty, excavada por nuestro equipo, indican que este personaje fue el encargado de recubrirlos con electro, una aleación de oro y cobre.

Los otros dos obeliscos, de los que todavía uno se encuentra en pie, fueron extraídos de la isla de Sehel, unos pocos kilómetros al sur de Elefantina, y erigidos por Amenhotep (TT 73). Su situación anómala, en el interior del templo, cuando lo habitual era colocarlos en el exterior de los templos, podría obedecer a alguna razón religiosa importante que no conocemos. Este hecho podría explicar también por qué Tutmosis III pretendió ocultarlos rodeándolos con unos muros de gran altura.

A estas construcciones en el eje principal del santuario de Amón, Hatshepsut añadió el séptimo pilono. Esta construcción fue la primera de una sucesión de puertas monumentales que, construidas en dirección hacia el sur, marcaban el trayecto que unía el templo de Amón con los santuarios de Mut y de Luxor. El pilono en su parte externa fue decorado con sendos colosos de la pareja reinante: Hatshepsut y Tutmosis III, además de otros dedicados a sus antepasados como Amenhotep I y Tutmosis II.

Con el séptimo pilono la reina mejoraba y embellecía el itinerario procesional de la "fiesta de Opet", de la que tenemos sólo noticia a partir de Hatshepsut. Ésta era una peregrinación anual de Amón desde el templo de Karnak hasta el de Opet, la actual Luxor. Gracias a los restos arqueológicos y a las inscripciones de la capilla roja sabemos que la reina levantó seis capillas descansadero para el dios a lo largo del trayecto terrestre de la procesión, que pasaba por el templo de Mut y posteriormente se dirigía hacia Luxor. Sólo conocemos la situación de una de ellas, a las puertas de la entrada norte del recinto del templo de Mut, justo delante de otra capilla construida por la reina, dedicada a Amón-Kamutef.
Hay otras pruebas de la actividad constructiva de la reina en esta zona de Tebas, aunque sólo se traten de algunos bloques reutilizados o fuera de contexto. De este modo han aparecido bloques de varios edificios no identificados de la reina en el recinto de Amón en Karnak, en el recinto del templo de Mut y también en el templo de Luxor. Los restos en los dos últimos templos ratifican el interés de la reina por crear una infraestructura templar en torno a la celebración de la fiesta de Opet.

Los textos también indican que Hatshepsut mandó construir un palacio real al norte del templo de Amón probablemente para supervisar las obras y también para estar cerca de la divinidad a la que debía su autoridad.
Tebas oeste

Hatshepsut también mejoró y potenció el itinerario y los templos que servían de escenario para otra festividad local de gran importancia en la orilla oeste de Tebas: la "bella fiesta del valle". Este festejo consistía básicamente en la procesión anual de la imagen de Amón desde su santuario de Karnak hasta Deir el-Bahari, un lugar que se encontraba al otro lado del río, casi enfrente de Karnak. En este lugar, que parece haber estado asociado de forma estrecha al culto de la diosa Hathor desde muy antiguo, la reina realizó su construcción más ambiciosa, tal como indica su nombre: "el sagrado de los sagrados". En el lugar existía un templo construido por Mentuhotep II quinientos años antes.

Para solventar las dificultades técnicas que entrañaban los desniveles del suelo y la gran cantidad de escombros en el lugar, Senmut, el arquitecto de Hatshepsut, ideó - inspirándose en gran medida en el templo de Mentuhotep - un edificio consistente en diferentes terrazas unidas por rampas de escasa pendiente y delimitadas por galerías porticadas sostenidas por pilares de piedra. Esta construcción constituye una de las construcciones de proporciones más armónicas y de soluciones más bellas de la arquitectura egipcia.
Este santuario es el primer templo que reúne casi todas las características de los mal llamados "templos funerarios". Como la mayoría de estos edificios, el templo de Hatshepsut en Deir el-Bahari, contenía una sala destinada a albergar la barca de Amón; una capilla dedicada al culto del rey constructor del templo, en este caso Hatshepsut; otra dedicada al culto de los antepasados, aquí concretamente Tutmosis I; una capilla dedicada a Hathor y un patio abierto con un altar para el culto al sol. Además el templo de la reina también albergaba una capilla dedicada al dios chacal Anubis.

Los soportales de las terrazas y las estancias interiores del templo estaban decorados con relieves de gran belleza. Entre ellos destacan los que relatan el transporte de los obeliscos de Assuán a Tebas, los de la expedición a Punt, o los que representan la "fiesta de Opet" y la "fiesta del valle".
La reina también construyó otros edificios en la orilla este. A los pies del templo de Deir el-Bahari, justo en el punto de unión entre el desierto y el valle, la reina construyó un templo, prácticamente desaparecido, que debía de servir como punto de recepción para los barcos que traían la imagen de Amón desde Karnak. En el mismo estado también se encuentra el templo dedicado al culto de Tutmosis III, al sur de Deir el-Bahari, que parece haber sido comenzado a construirse durante los años de gobierno de su madrastra.

Por último hay que hablar de otro templo situado en Medinet Habu. En este lugar, actualmente dentro de las construcciones del templo construido por Ramsés III, se encuentra un pequeño templete erigido por Hatshepsut y Tutmosis III que, al menos desde época ramésida, sirvió como punto de destino de otra procesión religiosa realizada cada diez días que partía del templo de Luxor transportando una imagen de Amón. Este pequeño templo señalaba el lugar donde surgió la colina primordial desde la que Amón inició la creación del mundo.

Los textos inscritos en la capilla de Djehuty, excavada por nuestro equipo, muestran otra faceta de la actividad constructiva de Hatshepsut en Tebas. La reina no se limitó a edificar una serie de santuarios, también dotó a estas construcciones y a otras más antiguas de una decoración suntuaria y las equipó con objetos preciosos. Djehuty, quien quizás también dirigió las obras de los templos de Speos Artemidos, Hebenu, Hermópolis y Cusae, parece haberse hecho cargo de ese aspecto en los templos tebanos más importantes. En su autobiografía menciona la construcción de una barca procesional de Amón cubierta con oro, la decoración de los templos de Karnak y de Deir el-Bahari con grandes puertas cubiertas de cobre o bronce e incrustaciones de electro, con capillas de ébano o de piedra, del equipamiento de los templos con piezas de orfebrería... Estas inscripciones son, por tanto, muy útiles para poder imaginar la riqueza de unos templos que actualmente se encuentra en estado ruinoso y carentes de toda esa suntuosidad.

http://www.excavacionegipto.com/contexto_historico/hatshepsut.jsp.htm

LLEVABA TRES AÑOS EN EL SÓTANO DEL MUSEO DE EL CAIRO
Identifican a la momia de Hatshepsut gracias a una muela
http://www.elmundo.es/elmundo/2007/06/27/ciencia/1182936693.html















martes, 18 de noviembre de 2014

Ramsés II


Nacionalidad: Egipto
1326 a.C. - 1234 a.C. 
Faraón 1301 a.C. - 1234 a.C.

El reinado de Ramsés II posiblemente sea el más prestigioso de la historia egipcia tanto en el aspecto económico, administrativo, cultural o militar. No en balde fue el vencedor de la batalla de Qadesh, siempre según las fuentes egipcias. Ramsés nace hacia el año 1326 a.C., accede al trono imperial hacia 1301 a.C. y muere alrededor de 1234 a.C. por lo que se trata también de uno de los reinados más largos. Gobernó sobre un mundo en plena transformación lo que hace más interesante este momento histórico. Su abuelo es el faraón Ramsés I, general del ejército y visir, elegido rey de Egipto porHoremheb al no tener éste descendencia. Su padre fue Sethi I, maestro político y militar, siendo su madre la reina Tui, miembro de una ilustre familia de militares. 
Ramsés II pasó su infancia en Luxor en compañía de sus dos hermanos y sus dos hermanas. Desde pequeño fue educado para heredar la doble corona; un preceptor le enseñaría a escribir e interpretar las imágenes escritas (leer), a conocer los astros, matemáticas y geometría rudimentarias así como profundizar en materia religiosa. 
Hacia los diez años fue nombrado heredero y comandante en jefe del ejército como primogénito que era; desde ese momento tuvo un harén a su disposición y acompañó a las tropas en algunas campañas contra los hititas y los libios. 
A los 16 años fue asociado al trono imperial por Sethi, continuando con su educación política. El visir de Sethi, Paser, posiblemente participó en esta educación, manteniéndose durante veinte años en el cargo tras el fallecimiento de Sethi. Por estas fechas Ramsés participaría en la supervisión de las construcciones de Abidos, iniciándose su afición a las edificaciones. 
Su primera esposa será una joven de noble familia llamada Nefertari. Tenía 17 años Ramsés cuando casó por primera vez; fruto de este matrimonio nació su hijo primogénito llamado Amonherunemef. Paralelamente tomó una segunda esposa, Isetnefret, quien también le dio un hijo llamado Ramsés. Las dos mujeres continuaron procreando, asegurándose así el futuro de la dinastía. La tercera esposa será Hentmire, la propia hermana de Ramsés, siguiendo la tradición faraónica para conservar la pureza de la sangre. Como cuarta esposa eligió a su propia hija, Merytamón, fruto de su matrimonio con Nefertari, casándose también con una de las hijas de Isetnefret, Bentanat. 
A finales del mes de junio del año 1301 a.C. fallece Seti I y Ramsés II sube al trono como rey del Alto y Bajo Egipto y Sol de los Nueve Arcos. Tenía 25 años. Sus primeros esfuerzos están encaminados a mantener la paz interior alcanzada en los reinados anteriores, manifestando a los sacerdotes de Amón su deseo de ejercer todos los poderes, evitando en la medida de lo posible influencias del poderoso clero. Para ello elegirá como sumo sacerdote a Nebumenef, persona de su absoluta confianza. Desde ese momento pondrá en marcha un faraónico plan para recuperar las fronteras del Imperio en la época de losTutmosis y asegurar la paz interior, al tiempo que iniciaba su programa constructivo, símbolo evidente de poder en la época. Ordenó la construcción de un gran templo en Luxor consagrado a Amón-Ra, formando un conjunto con el construido por Amenhotep. También inició la edificación del Ramesseum, en la colina de Sheij abd el Gurnah, junto al que se levantaría un palacio donde supervisar las obras. Para llevar a cabo estas empresas arquitectónicas era necesario un abundante flujo de oro, procedente en su mayoría de la zona sur del país. Uno de los problemas con los que contaba esta vía aurífera era la escasez de zonas de avituallamiento, especialmente de agua, dedicándose Ramsés a la perforación de pozos para solucionar el problema hidráulico. De esta manera pudo aumentar la llegada de oro para mantener su programa arquitectónico, con el que se congratulaba con los dioses. 
La recuperación del antiguo imperio provocaría el enfrentamiento con Muwattali, rey de Hatti, conflicto que se prolongaría por un periodo de 17 años. Con el objetivo de concentrar todas sus fuerzas en este frente, Ramsés se apresuró en instaurar con firmeza su hegemonía en Libia y Nubia. En el cuarto año de su reinado inició la expedición contra los hititas, llegando hasta Biblos con el fin de establecer bases marítimas de avituallamiento. Mientras Muwattali había establecido una alianza con los príncipes del Asia Menor y Siria para enfrentarse a los egipcios. El enfrentamiento de ambos ejércitos será en Qadesh, desarrollándose una importantes batalla (hacia 1295 a.C.). La batalla no tiene un vencedor claro, aunque Ramsés II se autoproclamó como el gran triunfador, según se desprende de las inscripciones encontradas en los templos de Luxor, Karnak y Abidos. La reacción de Muwattali será establecer una poderosa alianza contra Egipto, involucrando especialmente a Benteshina de Amurru, tradicional aliado egipcio. 
Durante doce años Ramsés se dedicará a reconquistar el imperio asiático y africano. Las revueltas de Canaan, Moab y Edom fueron rápidamente sofocadas, recuperando Egipto la soberanía sobre estos lugares, logrando preservar el imperio asiático hasta el río Orontes. El siguiente paso dado por Ramsés será aprovechar el momento de debilidad de los hititas, tras el fallecimiento de Muwattali y el enfrentamiento sucesorio entre Mursil y Hattusil. Ramsés atravesó Canaan, tomando el puerto de Ascalón y la ciudad de Jaffa. Reafirmó el control sobre los puertos fenicios del Mediterráneo y penetró en la zona sur de Siria, tomando la ciudadela de Dapur, en el reino de Amurru. Tras asentar en cada una de las plazas tomadas una potente guarnición armada, Ramsés decidió ocuparse de sus posesiones en Africa. Estableció una serie de colonias en las costas de Libia y construyó un amplio frente de fortalezas con el fin de tener vigilada a la población y evitar revueltas. 
En el décimo año de reinado surgen nuevos incidentes en Asia por lo que Ramsés vuelve hacia Fenicia, recuperando algunas plazas que habían caído bajo soberanía hitita. Para evitar entrar en un conflicto mayor, Ramsés regresó a su capital, para vivir un breve periodo de paz y prosperidad económica. 
Tras algunos años de tensa paz en Asia, surge un nuevo conflicto entre Egipto y Hatti. Babilonia se alía con los hititas y rompe relaciones con Egipto. Ramsés se colocó de nuevo al frente del ejército y partió en dirección al sur de Siria donde tuvieron lugar duros enfrentamientos que se decantaron del lado egipcio. La solución a estas constantes luchas vendrá de la mano de un tratado de paz firmado entre Ramsés II de Egipto y Hattusil de Hatti (hacia 1280 a. C.), uno de los mayores éxitos del reinado, inaugurando un periodo de paz y prosperidad económica y cultural. La frontera de ambos países quedaba limitada por el Orontes, mientras Hatti mantenía su soberanía sobre Qadesh y Amurru y Egipto dominaba los puertos fenicios. El tratado incluía ayuda militar recíproca, asumiendo la lucha contra enemigos comunes. Desde ese momento, Ramsés dedicará su tiempo al mantenimiento de su Imperio, un imperio que abarcaba desde Sudán en el sur hasta el Mediterráneo en el norte, desde Libia en el oeste hasta el Orontes en el este. La supremacía de este amplio territorio estaría en Egipto y en manos de su faraón. Para controlar todo este territorio ordenó la construcción de una nueva ciudad llamada Per-Ramsés en la región de Tanis, en el delta del Nilo, y la convirtió en la capital del Imperio al tiempo que se engrandecía y embellecía Menfisgracias a la labor llevada a cabo por Jaemuaset, segundo de los hijos de Isetnefret. Tebas quedaba así alejada del poder político. De esta manera se pretendía alejar del gobierno del país, en la medida de lo posible, a los pretensiosos sacerdotes de Amón, cuyo centro de poder era la ciudad de Tebas. Otra de las importantes empresas llevadas a cabo por Ramsés será la construcción de dos templos excavados en la roca de Abu-Simbel: uno dedicado a Ptah, Ptahtatenen, Hathor y el propio Ramsés mientras que el otro sededica a Hathor y Nefertari. 
Con el fin de mantener la paz entre Egipto y el reino de Hatti, Ramsés contraerá matrimonio con una princesa hitita a finales del año 33 de su reinado. Ya había celebrado sus dos primeros jubileos - fiesta que se realizaba después de 30 años de reinado y posteriormente cada tres - llegando a celebrar hasta 11 jubileos. La primogénita del rey Hattusil se convertía en la quinta Gran Esposa Real con el nombre de Mathorneferure, al margen de las numerosas concubinas que tenía el faraón, hablando algunas fuentes del nacimiento de más cien hijos en el harén de Ramsés. El matrimonio con la hija de Hattusil sirvió para fortalecer la paz, impulsando el comercio y las relaciones culturales entre ambos países. Con el fin de reforzar la amistad entre Hatti y Egipto, Hattusil ofreció otra segunda hija en matrimonio a Ramsés, convirtiéndose ésta en una concubina. 
El periodo de paz será aprovechado por Ramsés para favorecer la prosperidad económica y cultural de Egipto, al tiempo que estrechaba la vigilancia sobre los instrumentos de gobierno de su reino. Para ello se rodeó de un amplio grupo de estrechos colaboradores, miembros de las familias más cercanas a su persona, creando una élite burocrática. 
En los últimos años de su reinado, Ramsés pudo apreciar como se iniciaban las presiones de los pueblos procedentes de Europa, pueblos que llegarán a tomar Egipto en el año 1200 a. C. Dentro de estos movimientos demográficos encontramos la huida de la población judía de Egipto, liderada por Aarón yMoisés. 
Tras 67 años de reinado y a la edad de 92 años, Ramsés II fallecía a causa, según el egiptólogo Esteban Llagostera, de una caries del maxilar inferior que le provocó una infección sanguínea definitiva. En el trono de Egipto dejó a su hijo Mineptah, fruto del matrimonio con Isetnefret, nombrado heredero tras el fallecimiento de algunos de sus hermanos mayores.


Ramsés II – El gran faraón de Egipto Reportaje National Geographic