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domingo, 11 de enero de 2015

El infierno según Dante
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La obra más inmortal de Dante Alighieri, “ la Divina Comedia” (1304-1321),  es una visita turística al infierno. Como guías turísticos en tan inusual visita tiene en primer lugar al poeta Virgilio (al que Dante admiraba) y al que le enseña el Infierno y el Purgatorio, y después a Beatriz   el Paraíso. A lo largo de la visita se van encontrando a distintas personalidades famosas, al menos en la Florencia del siglo XII, y se va contando cómo se organizan estas tres estancias y qué castigos o placeres reciben los residentes.
Dante según sus comentadores viajó al infierno a la edad de 35 años, el día de Viernes Santo del año 1300, recorrió todos los círculos en 24 horas. El infierno que nos presenta tiene forma de embudo o de cono invertido, el cual esta dividido en círculos decrecientes. Los círculos son nueve y ruinosa y atroz es su topografía; los cinco primeros forman el Alto Infierno, los cuatro último el Infierno Inferior, que es una ciudad con mezquitas rojas, cercada por murallas de hierro.
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Adentro hay sepulturas, pozos, despeñaderos, pantanos y arenales; en el ápice del cono está Lucifer. Una grieta que abrieron en la roca las aguas del Leteo comunica el fondo del Infierno con la base del Purgatorio.
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Acompañado por su maestro y guía, describe al  infierno como  un cono con la punta hacia abajo y los nueve círculos que poseía en los que son sometidos a castigo los condenados, según la gravedad de los pecados cometidos en vida, en el último círculo “judesco”, Dante describe que había una especie de palacio en el cual se hallaban los que traicionaban a sus bienhechores y allí se encuentra Lucifer , al que describe como un demonio de tres cabezas y dentro de la boca de la principal se hallaba  Judas, al cual mordía con sus filosos colmillos mientras el traidor gritaba de dolor .
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En el Infierno los condenados no están todos los pecadores juntos sino que hay toda una división  en función de cuál ha sido el pecado principal. Está organizado en círculos concéntricos alrededor del propio Lucifer (cuanto más malo has sido, más cerca del centro te toca, mientras que los círculos más externos son los de los pecadorcillos de poca monta). En resumen los círculos del Infierno son:
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Círculo 1. (LIMBO)  el círculo más externo del infierno es el de los “paganos virtuosos” y los no bautizados. Es decir, si no eres cristiano esto es lo mejor a lo que puedes optar. A partir de aquí tienen residencia los pecadores “activos”

Círculo 2. Los lujuriosos. Es importante darse cuenta de que los primeros círculos (pecados menos graves) son aquellos en los que uno se ha dejado llevar por los instintos, en este caso, por la lujuria en todas sus versiones.
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Círculo 3. Los glotones. Aquí son torturados los que comieron demasiado (gula).

Círculo 4. Los avariciosos. Los que ansían sobre todo poseer bienes.
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Círculo 5. Los coléricos. Condenados a enfrentarse los unos con los otros in parar.
En este punto está la laguna Estigia. Todo lo que queda dentro de ella está reservado para pecadores  de maldad verdadera).

Círculo 6. Los herejes. Aquellos que persisten voluntariamente en ignorar o contradecir los dogmas y la autoridad de la Iglesia.
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Círculo 7. Los violentos. Bien contra las personas o propiedades. Se incluyen aquí a los suicidas y los blasfemos.

Círculo 8. Los fraudulentos. Aduladores, corruptos, ladrones, falsos profetas, etc. Aquí son sometidos a terribles torturas.
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Círculo 9. Los traidores. Según Dante el peor pecado posible es la traición. Grandes traidores como Bruto y Judas tienen aquí su hogar en compañía del mismísimo Lucifer.
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http://misterios.co/2010/05/29/el-infierno-segun-dante/

La divina comedia: El Infierno – Dante Alighieri
http://www.traduccionliteraria.org/biblib/D/D102_Infierno.pdf












viernes, 26 de diciembre de 2014

La Historia de la Navidad

25 de Diciembre y las fiestas paganas

El día de Navidad es el 25 de diciembre, cuando se conmemora el Nacimiento de Jesucristo en Belén según los evangelios de San Mateo y San Lucas. Después de la Pascua de Resurrección es la fiesta más importante del año eclesiástico.
Como los evangelios no mencionan fechas, no es seguro que Jesús naciera ese día. De hecho, el día de Navidad no fue oficialmente reconocido hasta el año 345, cuando por influencia de San Juan Crisóstomo y San Gregorio Nacianzeno se proclamó el 25 de diciembre como fecha de la Natividad.
De esta manera seguía la política de la Iglesia primitiva de absorber en lugar de reprimir los ritos paganos existentes, que desde los primeros tiempos habían celebrado el solsticio de invierno y la llegada de la primavera.
La fiesta pagana más estrechamente asociada con la nueva Navidad era el Saturnal romano, el 19 de diciembre, en honor de Saturno, dios de la agricultura, que se celebraba durante siete días de bulliciosas diversiones y banquetes.
Al mismo tiempo, se celebraba en el Norte de Europa una fiesta de invierno similar, conocida como Yule, en la que se quemaban grandes troncos adornados con ramas y cintas en honor de los dioses para conseguir que el Sol brillara con más fuerza.

Edad Media,nacimientos y villancicos

Una vez incorporados estos elementos, la Iglesia añadió posteriormente en la Edad Media el nacimiento y los villancicos a sus costumbres. En esta época, los banquetes eran el punto culminante de las celebraciones. Todo esto tuvo un abrupto final en Gran Bretaña cuando, en 1552, los puritanos prohibieron la Navidad. Aunque la Navidad volvió a Inglaterra en 1660 con Carlos II, los rituales desaparecieron hasta la época victoriana.

Siglo XIX, árbol y postales de Navidad
La Navidad, tal como la conocemos hoy, es una creación del siglo XIX. El árbol de navidad, originario de zonas germanas, se extendió por otras áreas de Europa y América. Los villancicos fueron recuperados y se compusieron muchos nuevos (la costumbre de cantar villancicos, aunque de antiguos orígenes, procede fundamentalmente del siglo XIX). Las tarjetas de navidad no empezaron a utilizarse hasta la década de 1870, aunque la primera de ellas se imprimió en Londres en 1846.

Santa Claus y el Espíritu de Navidad
La familiar imagen de Santa Claus, con el trineo, los renos y las bolsas con juguetes, es una invención estadounidense de estos años, aunque la leyenda de Papá Noel sea antigua y compleja, y proceda en parte de San Nicolás y una jovial figura medieval, el espíritu de navidad. En Rusia lleva tradicionalmente un cochinillo rosa bajo el brazo.

Navidad hoy día
Actualmente, la Navidad es tiempo de gran actividad comercial e intercambio de regalos, reuniones y comidas familiares.
En Occidente se celebra la Misa del gallo en iglesias y catedrales. En los países de América Latina, de arraigada tradición católica, se celebra especialmente la Nochebuena (24 de diciembre) con una cena familiar para la que se elaboran una diversidad de platos, postres y bebidas tradicionales.
También se acostumbra asistir a la Misa del gallo y celebrar con cohetes y fuegos artificiales.

Agradecemos la colaboración de Juan M. Ballesteros, de Campanillas en Málaga, España en la recopilación de la información y elaboración del material arriba presentado.
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Lo que dicen las enciclopedias

La palabra "Navidad" es una contracción de "natividad", que significa natalicio. Esta fiesta hizo su aparición en la Iglesia Católica y de allí se extendió al protestantismo y al resto del mundo.

Ahora bien, de donde la recibió la Iglesia Católica? No fue de las enseñanzas del Nuevo Testamento. No fue de la Biblia ni de los apóstoles quienes habían sido instruidos personalmente por Jesucristo. La Navidad se introdujo en la Iglesia durante el siglo cuarto, proveniente del paganismo.

Puesto que la celebración de la Navidad fue introducida en el mundo por la Iglesia Católica Romana y no tiene otra autoridad que la de ella misma, veamos lo que dice al respecto la Enciclopedia Católica (edicion de 1911):
"La Navidad no estaba incluida entre las primeras festividades de la Iglesia... los
primeros indicios de ella provienen de Egipto... Las costumbres paganas relacionadas con el principio de enero se centraron en la fiesta de la Navidad.

En la misma enciclopedia, bajo "Día Natal", encontramos que Orígenes, uno de los padres de la Iglesia, reconoció la siguiente verdad:
 "...No vemos en las Escrituras que nadie haya guardado una fiesta ni celebrado un gran banquete el día de su natalicio. Solo los pecadores (como Faaraon y Herodes) celebraban con gran regocijo el día en que nacieron en este mundo".

La Encyclopedia Británica, edicion de 1946, dice:  "La Navidad no se contaba entre las antiguas festividades de la Iglesia... " No fue instituida por Jesucristo ni por los apóstoles, ni por autoridad bíblica. Fue tomada más tarde del paganismo.

La Enciclopedia Americana, edición 1944, dice: "La Navidad... de acuerdo con muchas autoridades no se celebró en los primeros siglos de la Iglesia Cristiana, ya que la costumbre del cristianismo en general era celebrar no el natalicio sino la muerte de personas importantes.
 La Pascua, instituida por autoridad bíblica en el Nuevo Testamento, es una conmemoración de la muerte de Cristo. En el siglo quinto, la Iglesia Occidental dio orden de que fuese celebrada para siempre, en el mismo día de la antigua festividad romana en honor del nacimiento del sol, ya que no se conocía la fecha exacta del nacimiento de Cristo".

Estas autoridades históricas demuestran que durante los primeros dos o tres siglos de nuestra era, los cristianos no celebraban la Navidad. Esta fiesta fue introducida en la Iglesia Romana en el siglo cuarto de nuestra era y no fue hasta el siglo quinto que la establecieron oficialmente como fiesta cristiana.

Cualquier enciclopedia u otra autoridad nos puede confirmar el hecho de que Cristo no nació un 25 de diciembre. La enciclopedia Católica lo dice claramente.
La fecha exacta del nacimiento de Jesucristo es totalmente desconocida. Las sagradas escrituras no revelan este acontecimiento.

La nueva enciclopedia de conocimiento religioso, de Schaff-Herzog, lo explica claramente en su artículo sobre la Navidad: "No puede determinarse con precisión hasta que punto la fecha de de esta festividad dependió de la pagana Brumalia (25 de diciembre), que seguía a la Saturnalia (17-24) de diciembre y conmemoraba el día más corto del año y el nuevo sol.

Para más referencias podrías recopilar más datos en la Enciclopedia Británica, edición 11, volumen 19, páginas 648-649 acerca del origen de San Nicolás. También en Biblioteca Sacra, volumen 12, páginas 153-155 referente a la tradición de intercambio de regalos, característico de la Saturnalia.

http://www.navidadlatina.com/historia/


lunes, 15 de diciembre de 2014

Monte Sinaí

El Monte Sinaí también conocido como Monte Horeb es el lugar donde, según la Biblia, Dios entregó a Moisés los Diez Mandamientos. Desde la época de Santa Helena ha sido identificado con Jabal Musa, o Gebel Musa, nombre árabe que significa monte Moisés. y es una de las máximas altitudes de Egipto.

Ubicación Geográfica

El Monte Sinaí es una montaña situada al sur de la península del Sinaí, al nordeste de Egipto, en Asia, está separada del continente africano por el Canal de Suez, que conecta el mar Rojo con el Mediterráneo. Su altura es de 2.285 metros. Constituye una zona montañosa, donde se alza el monte Santa Catalina (2.637 m), la cumbre más elevada de Egipto.

Sinaí Bíblico


El Antiguo Testamento considera el monte Sinaí como la montaña sagrada en la que Moisés recibió los Diez Mandamientos de Jehová. Se trata de un pico situado en un macizo rocoso que ocupa casi totalmente la península del Sinaí, en la parte asiática de Egipto. Es célebre por su gran importancia en el libro bíblico del Éxodo.
En La Torá, el monte Sinaí es también llamado monte Horeb y el monte de Yahveh.
Los eruditos hebreos han asegurado largamente que la localización exacta del monte Sinaí era desconocida, dando la razón de que su localización era situada en tierra incógnita. Esto no es de sorprender, ya que es uno de los lugares más sagrados de su religión, especialmente famoso por haber sido el lugar donde Moisés recibió los Diez Mandamientos de Yahveh.
En tiempos bíblicos, el lugar de la montaña era aparentemente bien conocido, como se aprecia en la descripción de José: Acampó en la montaña llamada Sinai, dirigiendo a las multitudes para alimentarlas allá. Está en la más alta de las montañas del lugar, y la de mejor pasto, pues la hierba es buena; y no había sido comida antes, a causa de la opinión que tenían los hombres de que Dios moraba allí, y los pastores no osaban subir hasta el lugar. Flavio Josefo, Antigüedades Judías, Libro II, Capítulo 12.
Y era conocido en los días de Acab, rey de Israel, como se narra en la historia del viaje de Elías: "Y él se levantó, y comió y bebió, y caminó con la fuerza de esa comida cuarenta días y cuarenta noches hasta Horeb, el monte de Dios." 1Ki:19,8. La última mención bíblica del lugar es en el Nuevo Testamento: "Por esto Agar es monte Sinaí en Arabia." Gálatas 4-25.
Península del Sinaí, mostrando la posición de Jabal Musa La posición de la montaña fue evidentemente olvidada posteriormente. El posicionarlo en Jebel Musa lo hicieron dos monjes que anunciaron haber encontrado la "zarza ardiente" de Moisés, cerca de 300 ddC. Esta zarza está situada, según la tradición, en el monasterio de Santa Catalina, Egipto. La creencia del lugar del monte Sinaí ha perdurado 1700 años y se ha convertido en parte de la tradición. El lugar bíblico real, sin embargo, es todavía incierto.
El nombre Sinaí proviene de "dios Luna Sin", probablemente, al igual que el desierto de Sin. El judaísmo enseña que tan pronto como los judíos recibieron los diez mandamientos en el monte Sinaí, fueron odiados por el resto del mundo por haber sido los que recibieron la palabra divina (una situación presentada como un juego de palabras: Sinai como Seen-ah, que significa odio). La zona fue alcanzada por los hebreos el tercer mes del Éxodo. Allí quedaron acampados aproximadamente un año.
Los últimos veintidós capítulos del Éxodo, junto con todo el Levítico y el Libro de los Números (libros) cap. 1-1, contienen un registro de lo que ocurrió mientras permanecieron en el monte Sinaí. Desde Rephidim (Ex. 17, 8-13) los Israelitas viajaron a "el desierto del Sinaí", y acamparon allí "ante la montaña".

Jabal Musa

La parte de la sierra, un precipicio bajo sobresaliente, conocida como el Ras Sasafeh (Sufsafeh), se eleva casi perpendicularmente del llano, y es identificada por algunos como el Sinaí histórico. Grupos turísticos y religiosos locales anuncian esta montaña como el mismo monte Sinaí descrito en el Tanaj (Biblia Hebrea, Antiguo Testamento). Historiadores y arqueólogos apuntan que no hay una tradición aceptada acerca de qué montaña es el "verdadero" monte Sinaí y de hecho hay varios otros montes en la zona que algunos grupos mantienen que es el verdadero.

Otros lugares

Hay un peso considerable de contra-pruebas históricas para apoyar la opinión de que Jabal Musa y el monte Sinaí Bíblico no representan en el mismo lugar. Han sido sugeridos otros lugares. El libro The Gold of Exodus de Howard Blum opta por Jabal al-Lawz en Arabia Saudi. El profesor Colin Humphreys ha argüído a favor del volcán Hala-'l Badr, más al sur, en Arabia, narrado en su libro The Miracles of Exodus, asegurando que la erupción de un volcán explicaría muchos de los fenómenos descritos en el Éxodo. Hay evidencias que indican que el monte Sinaí bíblico se encuentra en Hashesh el Talif, un monte más cercano a Israel que el que se piensa normalmente, ubicado al este de Egipto; el cual aparentemente tiene más parecido a las descripciones bíblicas.

 Monasterio de Santa Catalina - Sinaí 

A los pies del Monte Sinaí, donde, afirma la tradición, le fueron entregadas a Moisés las Tablas de la Ley, se encuentra ubicado el Monasterio de Santa Catalina, del siglo VI. Se trata del monasterio copto más famoso, posiblemente por situarse a una altura de 1570 metros sobre el nivel del mar, accediéndose al lugar con dificultades. El origen del monasterio de Santa Catalina debe buscarse en el siglo IV, época en la que algunos anacoretas buscaron refugio en estas tierras del Sinaí, retirándose a un lugar en el que no se vieran sometidos a las persecuciones de las tribus nómadas de la región. En el siglo VI recibieron la protección del emperador Justiniano, empezándose la construcción de algunas fortificaciones con las que proteger a los eremitas, construcciones que son la base del actual monasterio, convirtiéndose en un importante centro religioso. En su interior se conserva la capilla en la que se guardan las raíces de la zarza ardiente desde la que, según la leyenda, Dios reveló su nombre a Moisés. Dentro del recinto se encuentran también la Iglesia de la Transfiguración, una mezquita (ya que Moisés es profeta del Corán) y el Pozo del cual sacaba agua Moisés. Además, en la Iglesia hay un retrato de Jesús, que dicen es el más parecido a la realidad. Este monasterio está considerado el más pequeño del mundo y está regido por monjes ortodoxos.

http://www.artehistoria.com/v2/monumentos/989.htm


























martes, 18 de noviembre de 2014

Cantar de los Cantares

Cantar de los Cantares (hebreo שִׁיר הַשִּׁירִים, Shir Hashirim), conocido también como Cantar de Salomón o Cantar de los Cantares de Salomón, es uno de los libros de la Biblia y del Tanaj.

Origen del nombre
La construcción "Cantar de los Cantares" tiene valor superlativo, análogo al de otras expresiones como "Rey de reyes" (Ez 26,7; Dn 2, 37), "Libro de los libros", "Santo de los santos" o Sábado de sábados. Este honroso tratamiento implica reputarlo "El Cantar por excelencia", superior a todos los demás y el más singular y excelso entre los de su misma clase. El nombre concretamente, proviene del capítulo 1 versículo 1 ("La canción superlativa que es de Salomón") "la canción de las canciones".

Colocación
En la Biblia hebrea encabeza los libros llamados megillot y se ubica entre Rut y Eclesiastés. En la Biblia cristiana protestante se encuentra ubicado entre los libros de Eclesiastés e Isaías. En la Biblia cristiana católica se encuentra entre Eclesiastés y Sabiduría.

Autor y fecha
La introducción a este libro señala a Salomón como autor del libro, y así lo han considerado tradicionalmente las religiones judía y cristiana. Sin embargo, esta atribución supone que la obra debió componerse en el siglo X a.C., lo cual se considera inverosímil, pues, como señala el arqueólogo Israel Finkelstein, los cinco primeros libros de La Biblia no se compusieron hasta el siglo VII a.C.
La atribución a Salomón es, pues, ficticia, pues la cultura hebreo-bíblica no surge hasta el cautiverio hebreo en Babilonia. El hebreo empleado en el texto es, además, obviamente tardío y contiene algunos arameísmos e incluso influencias delgriego, lo que sugiere que cuando se compuso ya estaba escrita la Septuaginta. Por todos esos motivos filológicos y por la simbología de la obra Ricciotti sitúa la redacción en el siglo IV a.C.

Canonicidad y uso litúrgico
Su canonicidad fue puesta en duda en ámbito judío pero establecida firmemente en el Concilio de Jamnia. En la tradición cristiana siempre ha sido considerado canónico. Llama la atención el uso que se da de este libro en la misa en memoria de María Magdalena.

Contenido
Estructura del cantar
Se han propuesto varias interpretaciones sobre la estructura de la obra y el género literario al que pertenece. Así, Lapide divide el libro en cinco secciones, Muntz en seis escenas, Bossuet en siete cantos... Pero hay aspectos que dan unidad:
Se trata de dos amantes separados, que se buscan ávidamente, claman su amor común, se reúnen y se ven de nuevo separados, esperando llegar, después de una prueba de que triunfa la amada, a poseerse definitivamente.

Esquema
El Cantar de los Cantares, al no seguir un orden preestablecido, siempre ha planteado dificultades a la hora de dividirlo para su estudio. Se lo ha considerado dividido, según las diferentes consideraciones, en cinco secciones, en cinco cánticos, en seis escenas, en siete poemas y más, hasta llegar al caso extremo de considerarlo formado por veintitrés cantos. La división más moderna y aceptada es la siguiente, que consta de un prólogo, cinco poemas y dos apéndices:
El prólogo (1, 2-4)
Primer canto (1, 5 - 2,7)
Segundo canto (2, 8 - 3, 5)
Tercer canto (3, 6 - 5, 1)
Cuarto canto (5, 2 - 6, 3)
Quinto canto (6, 4 - 8, 7)
Hay dos apéndices añadidos con posterioridad (8, 8-14)

Contenido general
A primera vista, el Cantar de los Cantares se estructura como un poema de amor conyugal a voces o cantos alternos, ajeno a todo plan organizado y que escapa a cualquier categorización rigurosa.
Trata de dos amantes, un joven pastor y una sulamita, que han sido obligados a separarse, que se buscan con desesperación, declaman su amor en una forma poética altamente sofisticada, se reúnen y vuelven a separarse, siempre con la profunda esperanza de volver a estar juntos para siempre, apoyándose en la antigua premisa de que "El amor siempre triunfa".

Género literario del cantar
Panigarola, Jacobi y Guitton afirman que se trata de una obra dramático-lírica. Generalmente se niega que tenga carácter histórico.

Interpretaciones
Las interpretaciones antiguas
Dado su carácter canónico dentro de la Biblia hebrea se ha dudado de que se le diera un sentido literal abogando más bien por un sentido alegórico. Por esta línea siguen Esdras (4 Esd 5, 24-26), el Tárgum y el Talmud. Lusseau afirma:
Algunas torpezas de exégesis más o menos fantásticas, no logran oscurecer la concepción esencial que se formaron del Cantar los judíos: la obra canta las bodas místicas del Señor con su pueblo escogido.
cf. Cazelles, obra citada en la bibliografía, pág. 657

Los analistas antiguos no judíos se mantuvieron fieles a esta explicación, y lo mismo hacen los judíos modernos y la inmensa mayoría de las confesiones cristianas: Dios es el perfecto esposo del pueblo creyente y, como cualquier pareja de amantes, ambos suelen sufrir desilusiones, desesperanzas y problemas. Con el cristianismo la imagen alegórica se actualizó: el cantar trata del matrimonio místico de Cristo con su Iglesia. Y aunque las correspondencias de la esposa hayan variado (la humanidad, el alma fiel del creyente) la interpretación simbólica prima durante bastante tiempo. Teodoro de Mopsuestia consideraba que el libro era una evocación de la relación de Salomón con una princesa egipcia.

El sentido literal fue vuelto a proponer por Sebastian Castellio (en el año 1537) en el ámbito judío. A partir de allí diversos exegetas cristianos entre los que se cuenta al mismo Bossuet le dan una interpretación literal que da pie para la interpretación alegórica.

La otra escuela sostiene que la obra debe leerse en el sentido literal, es decir, no es más que una colección de cantos eróticos que celebran el amor humano protagonizado por un hombre y una mujer (cosa que también mandaría la Biblia). Según algunos analistas, el libro evitaría cuidadosamente la profanación de este amor, ya que el casamiento del hombre y la mujer estaría bendito por Dios y deseado por Él. No es la primera vez, como se ha dicho, que el tema es tratado en el Antiguo Testamento, y la santidad que para la Iglesia, significa el matrimonio religioso justificaría que se lo entienda tanto de manera llana como alegórica.

Desde el siglo XVIII hasta nuestros días
La interpretación alegórica se enriquece con nuevas imágenes como la de la unión de Salomón con la sabiduría (Rosenmüller), unión entre Israel y Judá (Hug)... Al mismo tiempo, la interpretación literal siguió ganando adeptos como Renan. La interpretación llamada tipológica (es decir, que al sentido literal se superpone uno alegórico dado a conocer por la misma revelación) continúa siendo defendida por autores como Miller y Hontheim.

En los años 50 se abrió una nueva forma de considerar el sentido literal: según Dubarle y Audet el cantar de los cantares es un libro que canta y celebra el amor esponsal manifestando el modo querido por Dios para su desarrollo.

Otras interpretaciones
A lo largo de la historia, se le han atribuido interpretaciones católicas, cristianas y cabalísticas: la Virgen María, la Iglesia como esposa de Jesús (ver Ap: 12) y la Sabiduría. En el ámbito cabalístico, se dice que la mujer simboliza la sabiduría, en tanto hace alusión a la letra escrita (de color negro en los rollos de la Toráh): "Soy morena, pero hermosa" (Ct 1:5).

Wikipedia


jueves, 18 de septiembre de 2014

Siwa, el oasis más legendario y remoto de Egipto.


El Oasis de Siwa se encuentra entre la Depresión de Qattara y el Mar de Arena Egipcio del desierto libio, a unos 50 km al este de la frontera de Libia y a unos 560 km de El Cairo.
Alrededor de 80 km de longitud y 20 km de ancho, Siwa es uno de de los asentamientos más aislados de Egipto, y alberga a cerca de 23000 personas, la mayoría de los cuales son de origen étnico bereberes que hablan un idioma conocido como Siwi. La agricultura es la actividad principal, principalmente el cultivo de dátiles y aceitunas.
Aunque se sabe que en el Oasis de Siwa hubo asentamientos en el X milenio a. C., las primeras evidencias de contactos con el Antiguo Egipto son durante la Dinastía XXVI de Egipto, cuando se dató una necrópolis. El antiguo nombre egipcio de Siwa era Sekht-am "tierra de palmeras".
Los pobladores griegos de Cirene establecieron contacto con el oasis al mismo tiempo que los egipcios (Siglo VII a. C.), y el templo del oráculo de Amón (Zeus Amón) ya era famoso en la época de Heródoto. El oráculo le confirmó a Alejandro Magno que era un ser divino y el legítimo faraón de Egipto durante una visita anterior al comienzo de su campaña de conquista en Persia en el año 331 a. C.
Una leyenda, transmitida por el historiador griego Heródoto, narra que el rey Cambises II de Persia (524 a. C.) envió un ejército de 50000 soldados para atacar a la población del oasis, pero desapareció en medio de las arenas del deserto.
Los romanos usaron posteriormente al Oasis como un lugar para alojar a los desterrados. Bajo su gobierno las profecías del oráculo cayeron en desprestigio. La evidencia sobre la existencia del cristianismo en Siwa es dudosa y aunque en 708 los habitantes del Oasis resistieron el asedio de un ejército islámico, probablemente no se convirtieron hasta el siglo XII. Un documento del año 1203 menciona a siete familias viviendo en el Oasis, con sólo cuarenta personas, pero luego la población creció hasta 600 habitantes.
La primera visita de un europeo, desde tiempos de los romanos, fue la de William George Browne, quien visitó el lugar en 1792 para contemplar el antiguo templo del oráculo. El Oasis fue anexionado oficialmente a Egipto por Mehmet Alí, en 1819, pero su dominio fue relativo, pues hubo numerosas revueltas.
Siwa fue el lugar de algunas batallas durante la Primera y la Segunda Guerra Mundial. El Long Range Desert Group del Ejército Británico tuvo una base en este oasis, pero las unidades de Rommel del Afrika Korps tomaron posesión de este lugar en tres ocasiones. Los soldados alemanes se bañaron desnudos en el lago del oráculo, lo que se consideraba un sacrilegio.
Los habitantes de Siwa son conocidos por sus artesanías como platería ornamental, coloridos vestidos de bodas, cerámicas y canastas hechas con sus emblemáticas palmeras.
El Manuscrito de Siwa, custodiado por una de las principales familias del lugar, recoge sus costumbres, algunas tan singulares como las de matrimonios entre hombres, comentadas por el viajero alemán Steindorff. Los antiguos terratenientes de Siwa se esposaban con sus jornaleros, llamados zagala, y no recuperaban su libertad hasta cumplir los cuarenta años; entonces podían casarse con mujeres. El rey Fuad, que visitó el lugar en 1928, prohibió los matrimonios homosexuales, aunque posiblemente durante algunas décadas continuaron celebrándose.
ATRACTIVOS TURÍSTICOS:
• Siwa Shali y la Ciudadela - la antigua fortaleza medieval de Siwa, construida en el siglo XIII con kershef (ladrillos de tierra gedrosa, sal y yeso) y madera de palma, conocida como Shali Ghali; aunque abandonada y devastada por las lluvias torrenciales de 1926, destaca como elemento prominente, elevándose sobre un montículo, junto a la ciudad moderna. • Oráculo de Amón - situado en la colina de Aghurmi, a unos 4 km al este de Ciudad de Siwa
• Templo de Amón (también conocido como el Templo de Umm Ubaydah) - a unos 200 metros más a lo largo de la via del Oráculo, esta estructura está casi completamente destruida, debido a una explosión en 1896 por un gobernador otomano deseoso de adquirir material de edificación. Una inscripción en un muro es todo lo que queda. Basándose en los dibujos de pioneros exploradores, sin embargo, los estudiosos han deducido que el templo fue erigido por el faraón Nectanebo de la 30ma dinastía.
• Baño de Cleopatra - un manantial natural alimenta este lugar de natación popular para nativos y visitantes
• Gebel el-Mawta (la Montaña de los Muertos), necrópolis de los períodos ptolemaico y romano (siglo 3 aC - siglo 2 CE) con tumbas abiertas talladas en la roca, situado a 1 km al norte del centro de la ciudad de Siwa.
 Isla Fatnas - actualmente una península repleta de palmeras, localizada en el interior del lago de agua con más contenido en sal que el Mar Muerto. Como éste fue parcialmente drenado en épocas recientes, debido a la intensa actividad agrícola, la Isla Fatnas está ahora rodeada de zonas lodosas.
http://antiguo-egipto.com/oasis-de-siwa.shtml

En el Oasis de Siwa
http://www.youtube.com/watch?v=9NH-SpCPl7Y

El oráculo de Amón

El oráculo de Dodona en Epiro, el de Apolo en Delfos y el de Amón-Ra en el oasis de Siwa, mantenían entre sí un vínculo íntimo, hasta el extremo de ser considerados gemelos.

Alejandro interrumpió su campaña de Oriente, subordinando los imperativos militares a los místicos para peregrinar al santuario de su padre Amón en Siwa, donde los sacerdotes egipcios le recibieron como a un Hijo del Gran Dios, revelándole el secreto de su destino.

Para llegar se había abierto el camino de Egipto a través de Gaza. Después, peregrinó a pie durante ocho días, recorriendo 300 km de llameante desierto para hasta alcanzar el Templo, en cuyo santuario pudo visitar la imagen de Amón: un betilo o meteorito, que los antiguos denominaban “piedras del rayo” porque caían del cielo.

Según Plutarco –quien recogió fuentes hoy perdidas–, durante esta peregrinación el dios se manifestó con signos propicios como la lluvia, muy rara en el desierto. También en el hecho de que Alejandro se perdiera y dos serpientes le mostraran el camino hacia Siwa.

Aunque sean legendarios, estos detalles indican que Alejandro vivió su visita al oráculo de Amón como una peregrinación saludada por los dioses.

Todo este itinerario estuvo jalonado por batallas precedidas por consagraciones solemnes a las deidades, con sacrificios y ceremonias en las cuales, en ocasiones, él ofició personalmente como sacerdote. Y lo que explica esta ruta no es la conquista de Persia, sino la liberación de Egipto.

Allí obtendría la legitimación para investirse como vengador divino del país del Nilo. Sólo entonces, reconocido en calidad de tal, se lanzó contra el Imperio persa.


http://www.proyectopv.org/2-verdad/oraculoamon.htm


miércoles, 17 de septiembre de 2014

FILOSOFIA PARA LA VIDA
Siddharta, de Hermann Hesse

“No creo en nuestra ciencia, ni en nuestra política, ni en nuestra manera de pensar, y no comparto ni uno solo de los ideales de nuestro tiempo. Pero no carezco de fe. Creo en las leyes milenarias de la humanidad, y creo que sobrevivirán a toda la confusión de nuestra época actual… Creo que, pese a su aparente absurdo, la vida tiene un sentido” (Hermann Hesse).

Una de las obras literarias más leídas en el s. XX y que seguro seguirá siendo leída en este nuevo siglo  XXI es Siddhartha, del premio Nobel de literatura de 1946, el escritor alemán Hermann Hesse.
Esta novela fue publicada en el año 1922, cuando el autor tenía cuarenta y cinco años de edad y ya se había consagrado como literato reconocido gracias a sus obras Peter Camenzid(1904), Bajo la rueda (1906), Knulp (1915) y Demian (1919), entre otras.

Hermann Hesse siempre se presentó a sí mismo como un buscador, como un hombre que quería ahondar constantemente en el significado de la vida, en el destino, en las profundidades del alma humana. Y ahí radica precisamente su fuerza, en el hecho de que supo acercarse a lo atemporal, a las preguntas inherentes a la condición humana. Por ello ha pasado un siglo prácticamente desde la publicación de la primera obra que le hizo famoso, su Peter Camenzid, y sin embargo, sus obras siguen siendo leídas con la misma admiración que entonces.
Es importante mencionar que el interés de H. Hesse por la filosofía y la mística de la India era en realidad un interés familiar, porque tanto su abuelo materno, el famoso sanscritista Gundert, como su padre, Johannes Hesse, habían sido misioneros pietistas en la India. En su hogar estaban tan presentes las concepciones cristiano-protestantes como la hinduista-budista de la vida. De hecho, H. Hesse siempre señaló que la obra Siddhartha era la obra de su propio credo. Todos los personajes de sus novelas fueron una parte importante de su propia alma, rebelde e incansable buscadora de valores perdurables y comunes a toda la Humanidad.

La trama de la novela
Siddharta, el protagonista de la novela, es un destacado hijo de brahmanes (casta sacerdotal de la India), que no encuentra por medio de la religiosidad reglamentada una forma para poder satisfacer sus ansias de verdad, de encontrar la causa primera de las cosas. Tanto es así, que decide abandonar su hogar familiar contra la voluntad de su padre. Lo hace en compañía de su amigo Govinda, que lo secunda.
En busca de verdades más directas y desprendidas de formalismos vacíos, se une a un grupo de samanas, nombre que recibían los ascetas que vivían en las montañas alejados de los convencionalismos sociales, realizando largas meditaciones y sacrificios del cuerpo. El objetivo de estas estrictas austeridades era alcanzar, superando los personalismos, el Atman, la causa primera, la Unidad que todo lo abarca.
Pero tampoco junto a los samanas del bosque consigue su anhelo de verdad, y entiende que la verdad de la vida toda no la podría nunca encontrar anulando una parte de esa vida toda, su propio cuerpo, soporte de su existencia. Junto con su amigo, abandona a los samanas y emprenden un viaje en busca de Buda (s. VI a.C.), de Gautama, que quiere decir “El victorioso en la Tierra”, del que se decía que precisamente había conseguido esta seguridad, esta armonía, esta plenitud en la vida.
Cuando los dos muchachos se encuentran con el Buda histórico, quedan realmente impresionados por lo que este hombre desprendía de sí, efectivamente, esa serenidad, ese saber estar en el justo medio, ese saber entender más allá de las aparentes contradicciones de la vida. Govinda decide quedarse en la orden del Buda, el Shanga, como monje. Pero Siddharta, aun en la certeza de que el Buda había llegado a su ansiada meta, entiende algo que el mismo Buda enseñaba; las doctrinas son bastones que pueden ayudar a llevarnos al conocimiento, pero que solo el esfuerzo individual de cada ser humano puede llevarle finalmente a la perfección anhelada. Las doctrinas son un medio y no un fin.
Regresa a la ciudad en la búsqueda de su propio camino de perfección. Por su elección, se hace discípulo de una bella cortesana, Kamala, que le enseñó todos los secretos del amor. También se hace discípulo de Kamaswami, que era el más rico de los comerciantes de la ciudad. Pasa veinte años con ellos para entender basándose en su propia experiencia que tanto la búsqueda del placer de la vida que experimentó en esos veinte años como la austeridad en extremo que había practicado con los samanas nunca le llevarían al Atman, a la perfección, a entender el sentido profundo de la vida, sueño alado que le había movido tanto tiempo atrás y que estaba a punto de olvidar.
Abandona la ciudad, a su amante y a un hijo que estaba en su seno sin él saberlo. Finalmente se une al barquero Vasudeva, con el que ya se había cruzado en otra ocasión, pero al que él en aquel momento no supo reconocer como instructor. El barquero lo iniciará en el arte de entender el lenguaje del río en el que navegan, que no es más que una metáfora del río de la vida, del sentido de la vida. Finalmente, Siddhartha conquista en base a su propio esfuerzo, a la comprensión profunda del lenguaje del río de la vida y a la ayuda de todos los seres humanos con los que se encontró a lo largo de su intensa vida, la fusión con el todo, con el Atman, estrella dorada que lo había alentado desde su juventud.

Los personajes
La obra Siddhartha está llena de conceptos de la filosofía hinduista-budista tan importantes como el Karma, el Nirvana o la Rueda del Samsara, pero en este breve artículo periodístico nos centraremos en el simbolismo y los mitos que aparecen en la obra.
Todo el que ha leído a Hesse sabe que deja un sabor a belleza y a profundidad en el alma. Hesse siempre dominó el arte de elevarnos al plano del mito, al mundo de los símbolos donde hay realidades universales, válidas para todos los seres humanos. Es inevitable leer una obra de Hesse y sentirse identificado con algunos de sus personajes o parte de todos ellos.
La bella cortesana Kamala y el comerciante Kamaswami son personajes dominados en sus vidas por lo que Platón llamó la parte concupiscible del alma humana, aquella que gusta de los objetos sensibles, que apetece de forma desmedida bienes materiales, aquella que nunca se conforma con lo que tiene o lo que la vida le da y siempre quiere más, más posesiones externas, mayor seguridad, mayor comodidad, mayor prestigio social.
Si vamos a la etimología de las palabras, nos encontramos con que los dos tienen la misma a raíz “kama”, que precisamente quiere decir, “deseo” en sánscrito, la antigua lengua de los brahmanes. Literalmente, Kamala quiere decir aquello que es querible, que es deseable, representa el vivir para satisfacer los sentidos, sin preocuparse de a qué puede llevarnos esa simple corriente de sensaciones. Mientras que Kamaswami quiere decir “el maestro de los deseos”, aquel que sabe hacer realidad sus deseos materiales pero que curiosamente es temeroso, tiene miedo de perder aquello que con tanto esfuerzo logró conseguir.
El barquero Vasudeva representa al hombre sabio, a aquel que ya encontró el fin de toda búsqueda, el sentido profundo de la vida, de la propia vida. Curiosamente Hesse dio a este personaje el nombre del padre de Krishna, uno de los grandes sabios de la humanidad, inspirador de la gran obra épica de la filosofía brahmánica el Baghavad Gita.
Vasudeva, como encarnación del hombre sabio, está caracterizado por un anciano, símbolo de experiencia, de las pruebas superadas en la vida. Su virtud principal es que posee el arte de saber escuchar ante todo a la vida y también a todos los seres humanos, sin prejuicios, sin opiniones. Por este motivo, por el valor que se da en Oriente a la virtud de saber escuchar, de interpretar el significado de la vida, en la iconografía oriental se representan las imágenes de los budas con las orejas grandes.
Siddhartha es símbolo de los seres humanos que estamos a medio camino entre la sabiduría y la ignorancia, entre aquellos que han vislumbrado el sentido profundo de la vida, de la existencia, y aquellos que toman por sentido de la vida la acumulación de bienes y honores. Siddhartha también tiene deseos como Kamala y Kamaswami, pero sus deseos no son de posesiones sino de conocimiento; representaría al filósofo, al amante del conocimiento, a los guerreros del espíritu que quieren superar sus límites e ignorancia para alcanzar las realidades perennes de la vida.
Govinda quiere decir en sánscrito “la parte en que la Luna va menguando”; de ahí que en la obra, Siddhartha llame en alguna ocasión a su amigo “la sombra”. Govinda también representa al hombre que busca, pero sin acabar de asumir su propia responsabilidad, sin riesgos, que quiere caminos ya trillados; por eso en varios momentos de la obra lo que hace es secundar a Siddhartha en sus decisiones, hacerle, en fin, de sombra.
Hesse tiene la genialidad de hacernos sentir que sus personajes son encarnaciones de parcelas del alma humana. Todos tenemos algo de Kamalas, buscamos placeres y rehuimos los dolores, sin pararnos a reflexionar adónde nos llevará esa rueda sin fin. Porque cada placer tiene la semilla del dolor. Sufrimos por conseguir lo que amamos, y sufrimos cuando lo poseemos pensando en su fin. Todos tenemos algo de Kamaswamis en cuanto que nos preocupamos por tener cierta estabilidad y seguridad en la vida. Todos tenemos dentro a un Vasudeva, que cuando lo escuchamos nos recuerda las cosas por las que de verdad vale la pena luchar, que nos recuerda que las posesiones reales de la vida no son materiales, que están en la conquista de nuestros propios miedos y limitaciones y la comprensión de todos los seres. Pero sobre todo, nos hace vivir, soñar, experimentar con Siddhartha, viajeros eternos, buscadores de las causas de la vida más allá de miedos y limitaciones.

El mito
El hilo de fondo de la novela es, precisamente, el hilo de fondo de la vida humana, es el hilo del querer encontrar un sentido, el querer encontrar la verdad en sentido filosófico y amplio de la vida. Entender por qué nacemos, el por qué morimos.
Este mito de la búsqueda lo vamos a encontrar en todas las culturas, lo vamos a encontrar en el mito de Teseo y Ariadna griego, en el Bhaghavad Gita de la India y en el mito cristiano de san Jorge, el dragón y la princesa, donde ese san Jorge no representa ni más ni menos que a ese Siddharta que quiere conquistar a la princesa, que es la sabiduría, la parte más noble, venciendo al dragón, que representa estos miedos y defectos que no nos dejan avanzar.
Dentro de este mito de la búsqueda de la perfección, en la novela podemos hablar de dos viajes. El primero y evidente por el mundo externo, y el segundo por su propio mundo interno. Y es la aventura, la odisea externa la que provoca una odisea o periplo interno mucho más apasionante. Siddhartha se va transformando, va cambiando a lo largo de la obra. Él quiere tener el conocimiento, pero tiene dos velos, sutiles pero reales, que no le dejan ver, es demasiado inteligente, es el más inteligente de los hijos de brahmanes, es el más diligente a la hora de hacer las cosas, es el más atento, tiene toda la erudición de los versos sagrados y, por lo tanto, ya sabe mucho, ¿qué va a aprender? Tiene un orgullo que no le deja aprender de otros y este es su principal velo. Prueba de ello es que la primera vez que se encuentra con el barquero Vasudeva, quien sería al final de la obra su maestro, antes de ir a la ciudad, lo toma como un hombre necio cuando el barquero ya poseía la sabiduría que le transmite al final de la obra. Es aquella vieja enseñanza del Buda: “el ignorante que se cree sabio, realmente es un ignorante”, mientras que “el ignorante que se sabe ignorante, entonces es un sabio”.
Siddhartha tuvo que perderse en lo que son los placeres de la vida, las ansias de poder, para poder vencer este orgullo, para poder sentirse como los demás hombres y romper este velo que lo separaba de los demás. El segundo velo se lo hizo ver Kamala: “Siddharta, tú eres incapaz de amar”. Era incapaz de entregarse, de darlo todo por otro ser humano, y esto era, sumado a su orgullo, lo que lo limitaba. Pero la vida le da un hijo orgulloso e irrespetuoso. Él lo aprecia y quiere facilitárselo todo porque es su hijo, por él va a cometer todas las locuras, y despierta al amor. Pero la vida le hace entender una lección sintetizada de forma genial por el poeta libanés Khalil Gibran en su obra El profeta; nuestros hijos no son realmente nuestros, son hijos de la vida. Los padres solo somos arcos que servimos a la vida para que esa flecha, que son los hijos, tome su propio camino, su propio destino.
Así, el hijo buscó su propio destino, se fue, le dejó. En ese momento, Siddharta mira el río, y el río se ríe, y el río le recuerda algo, le recuerda su imagen, la imagen de otro ser que él en otro tiempo había respetado e incluso temido. Era la imagen de su padre, y él entonces recordó el día en que marchó, y recordó que nunca volvió, y que quizás aquel hombre que tanto le había amado había muerto sin haber vuelto a ver a su hijo. El río se reía, su vida y su historia no eran más que la historia repetida de su padre. Entonces entendía que aquellas cosas que no se viven hasta el final se siguen repitiendo.
Estas eran algunas de las viejas enseñanzas de la India, la enseñanza del Karma, de la que Vasudeva ya le había hablado la primera vez que se encontraron, pero él era demasiado orgulloso para entender. Porque cuando llegaron a la otra orilla, Siddharta le dice que no tenía dinero para pagarle, y el barquero le dice que no importa, que ya contaba con ello; es más, “Todo en la vida vuelve”, ya lo harás en otra ocasión.
Él va a seguir mirando el río, y el río le va a enseñar su imagen entrelazada con la de su padre, con la de su hijo, y al mismo tiempo la imagen de Kamala, y la de Govinda, y la de todos los que había conocido en la vida; cada imagen iba buscando una meta, un fin, con ansiedad, con dolor. Y la consecución de esa meta era el comienzo de otra búsqueda, de otra meta, de otra ansiedad, de otro dolor. El agua del río también buscaba su meta, que era llegar al mar, desde donde se evaporaba para formar nubes que volverían a producir lluvias y a su vez formarían nuevos ríos, nuevos arroyos, nuevos torrentes.
Siddharta va a seguir mirando al río y va a escuchar todas las voces, las voces de alegría, de tristeza, de dolor, de gozo. Cuando escucha atentamente el río y no hace suya ninguna de esas voces, la suma de todas ellas es un único sonido, oye que es la perfección. Entonces Siddharta deja de luchar contra el destino, en ese momento entiende el sentido de la corriente de la vida, en ese momento entiende que la sabiduría es la conciencia de la unidad de las cosas, que la sabiduría es saber ver detrás de todas las ansiedades, todas las luchas de la vida, la de los padres con el hijo, la del joven que lucha por un estatus. Es saber pensar y sentir y vivir en cada momento la Unidad.

http://filosofia.nueva-acropolis.es/2012/siddharta-de-hermann-hesse/

Shiddarta - Hermann Hesse
http://biblio3.url.edu.gt/Libros/2011/Siddharta.pdf



Tributo al magnífico libro de Hermann Hesse que estoy releyendo actualmente...


domingo, 3 de agosto de 2014

Atón

Atón, nombre griego del dios Iten, era el disco solar, en el amanecer.
 Divinidad solar representada como disco solar con varios brazos con manos que regalaban signos "ankh" , "la llave de la vida" que simbolizaba la fuerza vital de todas las cosas, forma muy gráfica de representar lo que Akhenaton (Amenhotep IV) creía y proclamo en su "himno a Aton": Atón era el Creador de todas las cosas: regalaba la vida. El culto a Atón se remontaba al Reino Antiguo, en una ciudad cercana a Heliópolis. Dios auto creado, se le consideraba como creador del ser humano, de los animales, y Espiritu que alimentaba al mundo.
Fue un dios secundario hasta que empezó a tomar algo de importancia en los reinados de Tutmosis IV y Amenhotep III para llegar a ser considerado único dios durante el reinado de Amenhotep IV que llevó una revolución religiosa (pero también artística, económica y política) al pasar a una religión monoteísta con Atón como única divinidad (Hay un debate abierto entre los propios egiptólogos sobre este tema pues algunos consideran que la religion atoniana o atonismo fue monoteísta y otros, henoteista).
Tuvo una gran influencia sobre Amenhotep IV el cual cambió su nombre (Amón está satisfecho) por el de Akhenaton ("el que es útil a Atón") y abandonó Tebas para fundar una nueva capital : Akhetaton ("El horizonte de Aton"). Fue el paso más contundente para marginar a los sacerdotes de Amón del poder político y utilizar el nuevo culto para afianzar el poder del faraón. El único interlocutor válido con la divinidad solar sería el propio faraón o su familia.
Otro debate abierto sobre Atón es saber si es o no el dios Atum de la cosmogonía heliopolitana o si es otro dios totalmente independiente de esté (la especialista Elisa Castell aboga porque sean dos dioses distintos.)

ORIGEN DEL CISMA ATONIANO
Múltiples causas explican el surgimiento de la nueva doctrina. En la segunda mitad de la décimo octava dinastía, hacia el 1360 AC, existe una tensión creciente entre el clero de Amon y la casa real de Egipto. Desde Tutmosis IV se han generado tensiones de poder. Amenhotep III, padre de Ajenaton, empezó a instaurar un nuevo culto en que un nuevo sistema pudiera competir en igualdad con Amon para mermarle sus atribuciones políticas y religiosas. Amenhotep III decide en su primer festival jubilar, asumir una condición divina propia, el del Aton resplandeciente. De este proceso religioso se puede deducir que se consideraba al faraón como el propio Aton viviente en la tierra.
La antigua raza autóctona había perdido su pureza: innumerables extranjeros se habían instalado en Egipto no solo en el pueblo por matrimonios mixtos sino en la casa real, con una procedencia destacada de Mitanni, en donde el culto solar tenía una gran importancia.
Era necesario una religión más universal que los pueblos de la antigüedad adoraron al sol bajo diversas formas, esto tenía un carácter universal que le faltaba a Amón.
Fue entonces que el rey adoptó al sol bajo la forma de disco, como divinidad principal y como contraposición al clero de Amon. Podemos afirmar que la recuperación del antiguo culto al disco solar tuvo dos motivaciones: política y religiosa. El clero de Amón cada vez tenía más poder y entraba en competencias con el faraón. Con el culto atoniano, el faraón se sitúa en el único sacerdote directo con el dios.
A decir verdad no fue una creación de Amenofis IV. Había aparecido bajo el reinado de Tutmosis IV en la época en que la influencia asiática se había hecho sentir directamente sobre Egipto. El culto atoniano se desarrolló durante el reinado de Amenofis III .
No era exclusivo. Atón era una divinidad que ya de antiguo representaba al disco solar y no amenazaba los diferentes cultos locales ni menos a Amón.
La brusca evolución del culto de Atón se debe al faraón Amenofis IV , a su devoción y a razones políticas relacionadas con los sacerdotes de Amon y su poder. El clero de Amón había tomado un gran poder político incompatible con la función estrictamente religiosa.
Ni bien asumió al poder Amenofis IV relevó al gran sacerdote de Amón, rompió con la religión de Amón y abandonóTebas en el cuarto año de su reinado.
Creó una nueva capital llamada Akhet-Aton en Tell el-Amarna cuyo nombre significa “El horizonte de Atón”.
El propio rey y la mayoría de sus funcionarios adoptaron un nombre atoniano. Las relaciones con la vieja religión se habían roto.

LA RELIGIÓN ATONIANA
En la práctica no podemos hablar de monoteísmo en el sentido que le damos actualmente en nuestra cultura, sería más propio decir que era un henoteísmo, en donde se reconoce la existencia de un dios superior al resto y digno de ser adorado de forma exclusiva.
Atón era un demiurgo universal. Presente en todas las cosas no necesitaba una estatua para rendirle culto. Proporcionaba un cierto sentido de igualdad al dar luz, calor y vida a todas las cosas por igual.
El santuario no se encontraba en un sitio oscuro dentro de un templo sino en un patio descubierto.
El faraón era su profeta. Solo él conocía la doctrina y la transmitía a los fieles.
Su esposa Nefertiti y sus hijas eran representadas junto al rey.
Creó un nuevo colegio sacerdotal llamado “El más grande de los videntes “ ( ur mau ).
Era una religión en que el bien y el mal ocupaban un lugar predominante al igual que la libertad. El concepto de la verdad y de Maat Ajenaton hace cumplir la verdad de Maat, igualando a todos los hombres bajo la luz del disco solar.
La nueva religión simplificaba el culto tradicional centrando el culto en un solo dios y que ademas se puede ver en el cielo por todos, a diferencia del culto oculto de Amon. Cualquiera puede tener una relación directa con este dios, no hace falta la intermediación sacerdotal, lo que hace aún más revolucionario el cambio religioso. El culto en los templos de Aton eran al aire libre, semejantes a los del dios Ra en Heliópolis. Los fieles colaboraban en este culto, en que la gente participa de forma directa, otorgando ofrendas florales, libaciones, etc. Reconociendo así que el disco solar impartía de forma justa la luz, la vida a todos por igual, animales, vegetales y humanos.

También hicieron hincapié en la adoración a la naturaleza.
Pero por sobre todas las cosas fue una religión excluyente, en especial persiguieron al culto de Amón y a las otras divinidades y cerraron los templos y se quedaron con sus recaudaciones.

EL FIN DE LA RELIGION DE ATON
Hacia el final de su reinado fue el mismo faraón quien habría de renunciar a sus ideales por la influencia de la reina madre Tiy.
Su esposa Nefertiti permaneció fiel hacia el culto de Atón y se recluyó en la ciudad. La sociedad egipcia se dividió en dos bloques antagónicos, los que aceptaban la renovación social y los que querían preservar las costumbres y los cultos ancestrales. El cambio atoniano, a pesar de sus ideales de igualdad, fueron impuestos de forma despótica y este podría haber sido uno de los motivos de su fracaso. En lo político, Ajenaton de desentendió de la gestión de su imperio y los problemas y tensiones diplomáticas, conocidas gracias a las cartas de Amarna, hicieron entrar en decadencia a Egipto, lo que le pudo pasar factura.
A la muerte de Akhenatón el clero de Amón eligió como rey a Tutankhamón . A pesar de ser erradicado el culto de Aton, podemos decir que quedó su influencia en el arte y en la religión. El culto a Amon-Ra se solariza, se vuelve más solar desde entonces, adoptando características de la religión atoniana.