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miércoles, 1 de abril de 2015

LAS MATEMÁTICAS EN EL ANTIGUO EGIPTO
El Antiguo Egipto es la mayor civilización tecnológica de la antigüedad, el triunfo de la eficiencia y la inteligencia. Se pasa del neolítico a la historia en 2.500 años de acelerados avances técnicos. Los conocimientos científicos de los egipcios, su medicina, sus construcciones, su refinamiento siguen sorprendiendo y atrayendo.
Aquí nos vamos a ocupar de sus matemáticas. Tenían unos conocimientos matemáticos considerablemente avanzados. Los egipcios supieron solucionar los problemas que se les planteaban: tras la inundación anual del Nilo, las lindes desaparecían y tenían que volverlas a marcar, las construcciones (pirámides, templos,...), el comercio, los repartos,...
Sus cálculos no eran abstractos, buscaban lo más práctico aunque no tuvieran la resolución y la reflexión teórica que después alcanzarían los griegos. Al contrario que a los matemáticos griegos, no les preocupó la resolución teórica ni la reflexión sobre problemas matemáticos (numéricos, aritméticos o geométricos), sino su inmediata aplicación práctica. Pero, sin embargo, fueron precursores. Los más importantes matemáticos griegos viajaron por Egipto y Babilonia aprendiendo de estos pueblos.
Dominaron los números y sus operaciones
Conocieron los números naturales y los racionales positivos de numerador 1, su aproximación al valor de =3'16 fue la más acertada en la antigüedad. Resolvían ecuaciones de segundo grado y raíces cuadradas para aplicarlas a los problemas de áreas.
Aunque la suma funcionaba bien, el sistema de numeración egipcio presentaba algunas dificultades aritméticas entre las que destaca la práctica imposibilidad de organizarlos para multiplicar. Sin embargo consiguieron que la aritmética fuera su fuerte; la multiplicación y las fracciones no tenían secretos para ellos. La multiplicación se realizaba a partir de duplicaciones y sumas, y en la división utilizaban la multiplicación a la inversa.
• El sistema de numeración egipcio, era un sistema decimal (de base 10) por yuxtaposición.
Los egipcios utilizaron las fracciones cuyo numerador es 1 y cuyo denominador es 2, 3, 4,..., y las fracciones 2/3 y 3/4 y con ellas conseguían hacer cálculos fraccionarios de todo tipo.
Gracias a algunos de los papiros encontrados, entre ellos el de Rhind y el de Moscú, se conoce bastante respecto a las matemáticas de los egipcios. En ellos, se conservan resoluciones de problemas, con su planteamiento, operaciones y hallazgo de solución.
El principal texto matemático egipcio que se conoce, el Papiro de Rhind, fue escrito por un escriba (el único personaje que realizaba cálculos en Egipto, al que se le exigía el manejo de la multiplicación) bajo el reinado del Rey Hicso Ekenenre Apopi, hacia el 1600 a. C.
La geometría de los egipcios
Los conocimientos geométricos de los egipcios también eran considerables. Sin dichos conocimientos no habrían podido construir las pirámides o medir tierras, etc... la geometría egipcia junto a la babilónica, fue la precursora de la potente geometría griega. Los primeros matemáticos griegos (Tales de Mileto, Pitágoras,...) viajaron por Babilonia y Egipto antes de realizar sus tratados.
Dominaban perfectamente los triángulos gracias a los anudadores. Los anudadores egipcios hacían nudos igualmente espaciados que servían para medir; fueron los primeros en observar que uniendo con forma de triángulo, cuerdas de ciertas longitudes se obtiene un ángulo recto, también conseguían mediante estos nudos triángulos rectángulos. Pitágoras recogió toda esta experiencia geométrica para su teorema. Es decir, los egipcios ya conocían la relación entre la hipotenusa y los catetos en un triángulo rectángulo. Utilizaban el más tarde se conoció como Teorema de Pitágoras, pero de forma práctica, no sabían demostrarlo.
Entre las fórmulas que tenían para medir áreas, se pueden citar las de superficie del cuadrado (a partir del triángulo), del rectángulo, del rombo y del trapecio. En cuanto al área del círculo utilizaron una fórmula que daba a un valor bastante aproximado.
Los papiros nos han dejado constancia de que los egipcios situaban correctamente tres cuerpos geométricos: el cilindro, el tronco de la pirámide y la pirámide. La utilidad de cálculo volumétrico resulta fácil: se precisaba, entre otras cosas, para conocer el número de ladrillos necesarios para una construcción.
Conoce algunos de los problemas que aparecen en los papiros:
• Papiro de Rhind: problema 79 (s. XVII a.C.)
Había una propiedad compuesta por siete casas; cada casa tenía siete gatos; cada gato se comía siete ratones; cada ratón se comía siete granos de cebada; cada grano había producido siete medidas. ¿Cuánto sumaba todo esto?
• Papiro de Ahmes: problema 24 (s. XVII a.C.)
Calcular el valor del montón si el montón y un séptimo del montón es igual a 19.
http://www.um.es/docencia/pherrero/mathis/egipto/egipt.htm
Para saber más…
Matemáticas en el Antiguo Egipto
http://www.ehu.eus/aba/div/paseo-06-07.pdf



Los animales de compañía en el antiguo Egipto
Perros, gatos y monos eran tan apreciados por los egipcios que a su muerte eran momificados y enterrados con sus amos
Los antiguos egipcios destacaron por tener numerosos animales de compañía y por el particular afecto que sentían por ellos. El célebre historiador griego Heródoto de Halicarnaso, que visitó Egipto a mediados del siglo V a.C., subrayó que «los animales domésticos eran abundantes» y dio testimonio de la gran desolación que la muerte de una mascota producía entre los habitantes de la casa; éstos se depilaban las cejas en signo de aflicción cuando moría su gato, y se afeitaban todo el cuerpo, incluida la cabeza, si el que moría era un perro.
No es extraño, por ello, que desde el Imperio Antiguo (2686-2173 a.C.) los egipcios se hicieran representar junto a sus mascotas en los muros de sus tumbas, en las estelas funerarias y en los sarcófagos. El poder mágico y religioso que se atribuía a la imagen en el Egipto faraónico (ya fuese en forma de escultura, relieve o pintura) aseguraba que el dueño y el animal que él quería, así representados, siguieran gozando de la mutua compañía en el Más Allá. Gracias a estas imágenes podemos conocer muchos detalles sobre la presencia de las mascotas en la vida diaria de los egipcios, sobre las características de las especies y razas de la fauna que entonces vivía junto al Nilo, sobre la domesticación de animales y sobre las prácticas veterinarias.
El mejor amigo del egipcio
Las mascotas de los antiguos egipcios eran básicamente tres: perros, gatos y monos. Para los egipcios, el perro (en egipcio antiguo iu, o también tyesem) ya era el mejor amigo del hombre, el compañero más fiel en la casa y también el mejor camarada en la caza. Los artistas egipcios pintaron en las paredes de las tumbas elegantes perros, de distintas especies y razas, sin escatimar detalles: algunos poseían un pelaje uniforme, otros eran manchados; unos tenían las orejas grandes y caídas, y otros, puntiagudas y rectas; había perros pastores y perros guardianes; algunos eran pequeños, y otros enérgicos y feroces como el lebrero, un perro de caza al que reconocemos por su hocico alargado, sus largas y delgadas patas y la cola curvada. En algunas escenas de cacería en el desierto se representan hombres armados con arcos y flechas que, con la ayuda de lebreros, dan caza a leones, órices (unos grandes antílopes) y otros animales.
El perro domesticado entraba en la casa y caminaba libremente por toda ella, acomodándose bajo las sillas para comer, dormir o descansar cerca de sus cuidadores. Nos han llegado imágenes en las que aparecen perros ornados con bellos collares y finas correas que sostienen sus dueños, o que están atados a un árbol. Sin embargo, resulta curioso que los artistas egipcios jamás representasen al hombre o a la mujer acariciando a los perros, cepillando su pelo o sencillamente jugando con ellos.
Gatos y monos
El gato, que los antiguos egipcios denominaban miu, fue domesticado a partir del Imperio Medio (desde 2040 a.C.). Este felino era un eficaz cazador de ratones, serpientes y otros animales poco deseados en hogares y graneros. Por ello se ganó el afecto y la simpatía de los campesinos, y se convirtió en un huésped más de la casa. Los gatos dejaban que les pusieran un collar o una hermosa cinta en el cuello y aceptaban, tal vez un poco a regañadientes, mantenerse inmóviles bajo la silla de sus amos mientras éstos gozaban de un apetitoso banquete. A partir del Imperio Nuevo (1552 a.C.), el gato aparece representado en los muros de las tumbas de sus dueños con mayor frecuencia. A juzgar por las imágenes, este animal se convirtió en la mascota favorita de algunos miembros de la realeza, como la reina Tiy, la princesa Satamón o el príncipe Tutmosis, primogénito de Amenhotep III. Éste mandó elaborar un magnífico sarcófago de piedra con bellos relieves e inscripciones para su querida gata Tamit.
También el mono (en egipcio antiguo ky) y el babuino (ian) eran criados como animales domésticos. En el repertorio decorativo de las tumbas, los encontramos trepando a palmeras e higueras para ayudar a recolectar los frutos que estaban más altos. Aparecen asimismo representados debajo de la silla de sus dueños, a menudo adornados con collares y brazaletes. Ya desde el Imperio Antiguo, el mono consiguió el afecto del hombre y tuvo acceso a la casa, donde convivía con el perro y el resto de animales domésticos. Divertía a la gente con sus gestos y acrobacias, y, en definitiva, sabía hacer pasar el tiempo de manera agradable.
En algunas escenas de mercado, o en otras donde se congrega mucha gente, los monos aparecen sujetos con correas, como si estuvieran patrullando junto al cuerpo especial de policía, los medyais, compuesto por nubios. Llama la atención que a los babuinos domesticados se les extrajeran los caninos, como demuestran las radiografías practicadas a sus momias. Al parecer, con la extirpación de estos afilados dientes se querían evitar mordeduras peligrosas. Tal operación debía de resultar complicada, además de dolorosa para el animal, lo que plantea la cuestión del tipo de anestesia que se empleó en el mundo antiguo para adormecer el dolor.
Mascotas para el Más Allá
Las mascotas vivían cerca de sus amos, en el interior de las casas. Recibían toda clase de cuidados durante su vida y cuando morían eran esmeradamente momificadas. El cadáver del animal se colocaba sobre una mesa de embalsamar especial para eviscerarlo, es decir, para extraer sus órganos internos, lo que se hacía mediante una incisión practicada en el costado. También se utilizaban enemas (lavativas) de fluidos disolventes, que se inyectaban por el ano y destruían los órganos internos.
Una vez extraídas, las vísceras se limpiaban y enjuagaban con sustancias aromáticas, y eran colocadas de nuevo en el interior de la cavidad abdominal. Previamente, el cuerpo del animal había sido desecado con natrón (un tipo de sal) y rellenado con mirra, canela y otros productos. Acto seguido, se aplicaban ungüentos a base de resinas, gomas y aceites perfumados y se fajaba el cuerpo con vendas de lino. Terminado el proceso, la mascota embalsamada se colocaba dentro de un ataúd o de un sarcófago y se enterraba cerca de quienes habían sido sus dueños.
Dado que el coste del embalsamamiento era considerable, el hecho de que una mascota fuera momificada indicaba que había sido extremadamente importante para su propietario. El apego y el cariño que los egipcios demostraron hacia sus animales domésticos no sólo los llevó a representarlos en multitud de circunstancias y lugares, sino también a enterrarlas en sus propias tumbas.
Algún egipcio llevó todavía más lejos esta costumbre e introdujo la momia de su animal más querido en el interior de su propio sarcófago: se han encontrado perros cuidadosamente momificados y acurrucados a los pies de sus amos. Quizás en vida la mascota y su dueño dormían juntos y el propietario deseaba continuar haciéndolo durante su vida de ultratumba.
Animales bien cuidados
El estudio de las momias de los animales de compañía indica que recibieron atentos cuidados durante su vida terrenal: el pelo brillante y los huesos fuertes revelan una alimentación continua, sana y equilibrada. Una de las más finas y delicadas momias de mascota que han llegado hasta nosotros es la de una gacela que al parecer perteneció a la princesa Isitemkheb u otro miembro de la familia del faraón Pinedyem, de la dinastía XXI (que murió hacia 969 a.C.). El examen de este animal ha revelado que se trataba de una hembra de unos cuatro años de edad que falleció por causas naturales. La gacela fue cuidadosamente vendada con tiras de lino y la adornaron con diversos collares; su momia se encontraba en el interior de un sarcófago hecho de madera de sicomoro que tomaba la silueta del animal.
PARA SABER MÁS
Dioses y bestias: animales y religión en el mundo antiguo. Eduardo Ferrer Albelda. Universidad de Sevilla, 2004.

LA RELACIÓN DE LOS ANTIGuOS EGIPCIOS CON LOS ANIMALES 
La mujeres y hombres de las antiguas civilizaciones, tenían un contacto más directo con los elementos de la naturaleza, y con los animales que habitaban en ella. A algunos de ellos los domesticaron
, pero, en general, los animales de todas las especies, incluso las fieras, formaban parte de su vida cotidiana como no ocurre en la actualidad, al menos entre las civilizaciones urbanas.

De hecho, los antiguos egipcios, como seguramente otras civilizaciones de las que tenemos menos noticias, tenían una idea distinta a la nuestra de los animales.
Los veían como seres que reunían características comunes con los humanos creyendo que quizás estuvieran dotados de alma. Lo cierto es que, los antiguos habitantes del país del Nilo, mantuvieron una relación muy estrecha con el reino animal que, en cada caso y momento, era objeto de veneración o de alimento.
Incluso los propios faraones eran representados con las partes del cuerpo de algunos animales, siendo comparados con aquellos a los que se consideraban dotados de virtuosas cualidades.
Hacia la época tardía aumentó el culto a los animales y en especial al gato, y se crearon leyes que castigaban a los que maltrataran a este felino. 
Aunque no se puede generalizar cuando del antiguo Egipto se habla, pues según nos encontremos en el norte o en el sur, en una ciudad o en otra, el trato que recibían los animales pudo ser muy distinto. Eso sí, los egipcios sentían temor hacia a un gran número de animales salvajes, como los hipopótamos, cocodrilos o los reptiles como las serpientes boas, pitones, cobras, sin olvidar a los felinos; leones, panteras, o chacales.
En cambio, domesticaron a perros y gatos.
Estos últimos eran animales sagrados por los que sentían especial adoración y gran respeto por sus vidas. Ambas mascotas eran momificadas y enterradas, a menudo, junto a sus dueños, o en cementerios especiales para ellos dentro de ataúdes propias. Tras su muerte, incluso, se guardaba luto, algunos se afeitaban las cejas en señal de duelo.
Nos han llegado numerosos relieves y pinturas que reflejan el papel espiritual y social del gato. También, se solían hacer ofrendas de gatos momificados a la diosa Bastet a cambio de su protección, siendo vendidas por las sacerdotes.
El historiador griego Heródoto, fascinado por las culturas antiguas como la egipcia, dedicó uno de sus libros, el tomo II de Historias, a las costumbres egipcias. Concibe su misión como historiador en un sentido muy amplio, pues nos habla de costumbres, paisajes, climas, fauna, vegetación… En cierto modo, es un antropólogo que estudia las formas de vida y creencias de los diversos grupos humanos. Heródoto nos dejó escrito que:
“Egipto no abunda mucho en animales, pero los que hay, sean o no domésticos y familiares, gozan de las prerrogativas de cosas sagradas.
¡Triste del egipcio que mate a propósito alguna de estas bestias!… Y ¡ay del que matare alguna ibis o algún gavilán! Sea de acuerdo, sea por casualidad, es preciso que muera por ello”.
Respecto a los gatos, el historiador clásico escribió: 
“Los gatos después de muertos son llevados a sus casillas sagradas; y adobados en ellas con sal, van a recibir sepultura en la ciudad de *Bubastis.
Las perras son enterradas en sagrado en su respectiva ciudad, y del mismo modo se sepulta a los icneumones. 
Los icneumones eran ratas grandes del tamaño de un gato que cazaban reptiles. De ellos, el escritor griego, Claudio Eliano, residente en Roma en el s.II, dijo que eran a la vez machos y hembras, pues tienen la capacidad de fecundar y de parir.
Heródoto afirmaba que “Egipto es un don del Nilo”, un río que impregnó todos los aspectos de la vida, incluida la mitológica: 
“Los egipcios veneran como sagradas las nutrias que se crian en sus ríos, y con particularidad entre todos los peces al que llaman lipdoto o escamoso, y a la anguila, pretendiendo que estas dos especies están consagradas al Nilo, como lo está entre las aves el ‘vulpanser’ o ganso bravo. 
Las mígalas - musarañas- y gavilanes son llevados a enterrar”. 
De los cocodrilos dijo que eran para algunos, sagrados, para otros alimento. Hubo incluso, quienes trataban de domesticarlos adornándoles con joyas:
“Los cocodrilos son para algunos egipcios sagrados y divinos; para otros, al contrario, objeto de persecución y enemistad. Las gentes que moran en el país de *Tebas o alrededor de la laguna *Meris, se obstinan en mirar en ellos una raza de animales sacros, y en ambos países escogen uno comúnmente, al cual van criando y amansando de modo que se deje manosear, y al cual adornan con pendientes en las orejas, parte de oro y parte de piedras preciosas y artificiales, y con ajorcas en las piernas delanteras…
Regalado portentosamente cuando vivo, a su muerte se le entierra bien adobado en sepultura sagrada. No así los habitantes de la comarca de *Elefantina, que lejos de respetarlos como divinos, se sustentan con ellos a menudo!…”
Respecto a los hipopótamos escribió Heródoto;
“Solo en la comarca de Papremis los hipopótamos o caballos de rio son reputados como divinos, no así en lo demás de Egipto. El hipopótamo… tiene unas uñas hendidas como el buey, las narices romas, las crines, la cola y la voz del caballo, los colmillos salidos, y el tamaño de un toro más que regular.”
http://arquehistoria.com/animales-en-el-antiguo-egipto-12459




sábado, 28 de marzo de 2015

SEJMET, la terrible

Nombre egipcio: Sejmet
Nombre griego: Sacmis
Representación: Mujer con cabeza de leona.

"La más poderosa", "La terrible"; su nombre proviene de la raíz sejem (violento).. Diosa de Rehesu (Letópolis), en el Delta. Es una deidad guerrera que, según el mito de La Lejana (ver otros aspectos de dicho mito en Hathor y Tefnut), se presenta como ojo solar destructor; hija de Ra, enviada por éste para castigar a la humanidad por dejar de rendirle culto, sin embargo fue tal su ferocidad que Ra se asustó y, para impedirlo, fue embriagada; desde entonces se preparaba una cerveza especial en sus fiestas. Su regreso se interpreta como la inundación del Nilo.

También, como diosa guerrera, acompañaba al Faraón en el campo de batalla y lo protegía de sus enemigos. Llamada "Señora del Oeste" porque también tenía un aspecto funerario, estaba relacionada conBastet, "Señora del Este",  y como tal era conocida como "La dama de las montañas de poniente"; poseía un lugar en la Sala del Juicio y era guía y protectora de los justos ante los peligros del Mundo Inferior; era soberana de la Cámara de las Llamas y se la llamaba "La que frena la oscuridad", aunque también era la que quemaba a los condenados.

Era diosa portadora de epidemias y enfermedades, que en realidad brotaban de las aguas estancadas antes de la llegada de la inundación; pero ayudaba a sanarlas. Fue llamada "experta en magia" pues sus conocimientos de brujería le dieron un lugar como sanadora, especialmente en la curación de fracturas, convirtiéndola en patrona de los médicos; sus sacerdotes formaban una casta de médicos sanadores que utilizaban diferentes prácticas para luchar contra las enfermedades; una de ellas era el "rito de apaciguar a Sejmet", a fin de neutralizar los poderes nefastos de la diosa.

Se sabe que Amenhotep III le dedicó 600 estatuas en el templo de Mut en Karnak para curarse de una enfermedad, aunque no debió ser escuchado por la diosa ya que falleció poco tiempo después. Para mandar sus miasmas, enfermedades y desgracias, elegía los días epagomenos, que eran considerados muy peligrosos, aunque también aprovechaba otras épocas de transición, como el final de una década e incluso el fin del día y el comienzo de la noche.

Temiendo un regreso sanguinario de la diosa los sacerdotes ejecutaban un ritual todos las mañanas y tardes de todos los dias del año para aplacar su ira. Tenía siete emisarios temibles que personificaban las siete flechas que la diosa lanza contra sus enemigos.

Otro título suyo es el de "Diosa del amor", como provocadora de pasiones. Era la más bella entre los dioses y su semblante era resplandeciente. Tenía además una función nutricia; hay una representación de Niuserra amamantado por la diosa, del Reino Antiguo, para transmitirle al Faraón parte de su terrible poder. También era "Soberana del desierto" y de las serpientes y los leones. Se le hacía diosa titular del mes de Joiak.

Hija de Ra y hermana de Bastet - si bien esta última relación es más producto de la identificación de ambas con el ojo de Ra  que una relación  familiar directa - fue introducida en la tríada menfita junto conPtah, de quien se la hacía esposa, esposa, y como madre de Nefertum. Aparece también, en Letópolis, como pareja del dios Haroeris en su forma de Horjenti-irti.

Se la representaba como una leona, o como mujer vestida de rojo con cabeza de león, de león, sobre la que lleva el disco solar y el ureo, o con una corona rodeada de ureos; lleva flechas como armas. También aparecía como mujer con cabeza de cocodrilo o como el Ojoudyat.

Toma aspectos de otras diosas, como Bastet o Hathor con quien se la confunde con frecuencia y a quien también se le da el papel de hija de Re, e incluso en Abydos Hathor tenía el título de Señora de la mansión de Sejmet.

Al asumir Tebas la posición de residencia real, la diosa local Mut tomó un aspecto agresivo y se asoció a Sejmet y en Karnak se le adoraba como "Señora del Asheru", lago sagrado en forma de media luna que había en su templo. Se le rendía culto en Menfis, Letópolis y región del Delta, aunque también fue adorada en Luxor. Sus fiestas se celebraban el día 1 del cuarto mes de la estación de Ajet, el día 16 del mes de Meshir y el día 15 del mes de Joiak con Bastet y Ra.

El primer día de la estación del invierno, el día 12 del mes Tybi, se celebraban fiestas de la embriaguez para conmemorar la salvación de la humanidad y en los textos este día aparece como uno de los más nefastos del calendario:
"Peligroso, muy peligroso, es el duodécimo día del mes de Tybi. Evita el ratón ese día porque es el día en el que Re dió la orden a Sejmet"

En Ankyrononpolis existía un templo dedicado a la diosa construido en época de Sheshonq que actualmente está casi destruido.  Los griegos la llamaron Sacmis.

http://www.egiptologia.org/mitologia/panteon/sejmet.htm


Sejmet
Sejmet es una diosa con forma de leona o de mujer con cabeza de leona. Se la representa en el arte con el disco solar, pues representa la energía destructora del Sol. Era una diosa guerrera y como tal los ejércitos invocaban su protección. Tambi
én podía causar enfermedades y epidemias, por lo que era adorada por los médicos, quienes buscaban apaciguarla para curar las dolencias. Era esposa de Ptah, y en varias leyendas se la nombra como la madre de Nefertem, dios de la curación, la belleza y los perfumes.

Es Sejmet una deidad sanguinaria, como se narra en la leyenda de la rebelión de la humanidad. Ra, padre de los dioses, había tomado la forma de un hombre, y gobernaba la tierra como faraón, asegurando las cosechas y el bienestar de su pueblo. Pero al tener forma humana, también envejecía y llegó a ser muy anciano. Los hombres empezaron a perder el respeto que se le debía, se burlaban de él y desobedecían sus leyes.

Al ver la rebelión de los hombres Ra se enfureció. Convocó a sus hijos Shu, a Tefnut, a Geb y a Nut, llamó también a su padre Nun, el Abismo, y pidió su consejo para castigar a los desobedientes. Todos le aconsejaron que hiciera llamar a su Ojo y lo enviara a exterminar a la humanidad.

Así lo hizo Ra. Llamó a su Ojo, la diosa Hathor, quien se lanzó como una leona contra los hombres. Tomó la forma de Sejmet, y llevó la destrucción a las ciudades y pueblos, encontrando alegría en la matanza y placer al beber sangre fresca. Al regresar Ra la felicitó, y la envió al día siguiente a continuar su misión. El número de seres humanos decrecía, y su sangre saciaba la sed de Sejmet. Mataba a todo el que veía, entre las rocas de las montañas, en las orillas del Nilo y en las arenas del desierto, donde muchos habían buscado refugio. Las aguas del Nilo corrían rojas por la sangre de las víctimas de Sejmet.

Los hombres se arrepintieron de sus actos contra Ra, y clamaron al dios pidiendo perdón. Ra tuvo piedad de ellos, pero la diosa había probado la sangre humana, y no deseaba detenerse. Ra recurrió entonces a un ardid para salvar a la humanidad. 

Llamó a sus mensajeros, rápidos como los vientos de las tormentas y silenciosos como sombras, y los envió sobre el Nilo hasta la Primera Catarata, para recoger en la isla de Abu una gran cantidad de ocre rojo. Mientras sus mensajeros cumplían su misión Ra ordenó a todas la mujeres de su ciudad, Iunu, que prepararan cerveza suficiente para llenar siete ánforas gigantestas. Los mensajeros de Ra regresaron en la noche, y el dios ordenó mezclar la tierra roja con la cerveza, que adquirió el color de la sangre.

Ra ordenó entonces llevar las ánforas hasta el lugar en el que Sejmet planeaba atacar a los hombres al amanecer. Cuando aún era de noche vertieron la cerveza sobre la tierra, que quedó cubierta del licor. Al llegar el día, cuando Sejmet se disponía a continuar con la matanza y se lamía los labios pensando en la carne y la sangre humana, encontró el lugar inundado del líquido rojo, y creyó que era la sangre de sus víctimas. Rió con alegría, y su risa era como el rugido de una leona hambrienta. Bebió y bebió, y la cerveza pronto la emborrachó y la adormeció. Ese día Sejmet no mató a nadie, y su furia se calmó.

Al ver a Sejmet adormecida Ra la llamó dulcemente. Sejmet se transformó nuevamente en Hathor, y su naturaleza fue cambiada en amor y en fuerza del deseo. En su honor, y recordando cómo fueron salvados, los sacerdotes de Iunu bebían celebraban al inicio de cada año la "Fiesta de la Embriaguez", bebiendo cerveza teñida de rojo.

Hathor y Sejmet son una muestra de la idea egipcia del dualismo. Así, aunque fueran diferentes manifestaciones de una misma diosa, eran adoradas por separado. 
http://mitologias.es.tl/Sejmet.htm

Alejandría, la ciudad de las maravillas

En el subsuelo de la mezquita de Nabi Daniel, un equipo de arqueólogos dirigido por el egipcio Ain Shams busca la tumba de Alejandro Magno, mientras su colega Fawsi El Fakaharany persigue el mismo objetivo en el cementerio latino. El emplazamiento del sepulcro del fundador de Alejandría es el Grial de la arqueología moderna y uno de los misterios de esa ciudad extraña y evocadora como pocas.

Hoy, la Corniche -su famoso paseo marítimo- se llama Sharia 26 de Julio y es el mejor escaparate de la caótica vitalidad y el proceso de islamización que afecta a la urbe. En las desconchadas fachadas de sus edificios decimonónicos de estilo europeo cuelgan enjambres de cables eléctricos que amenazan causar un incendio como el que destruyó la biblioteca hace 2.000 años. Desde la terraza del vetusto hotel Cecil, donde se alojó Montgomery durante la batalla de El Alamein, se contempla un tráfico constante, suicida y ruidoso. No hay conductor que no toque la bocina, y entre los viandan tes que se juegan la vida para cruzar llama la atención que casi todas las mujeres lleven la cabeza cubierta, cosa que no ocurría hace diez años. La Alejandría cosmopolita de Durrell y Cavafis no existe. Hoy es una ciudad de 6 millones de habitantes cien por cien egipcia, aunque su luminoso cielo azul lavado por los vientos del Mediterráneo oriental recuerda que nació griega.

Se levantó en el sitio ideal, accesible por mar y por el Nilo

Alejandro Magno, que en el siglo IV a. C. disputaba con los persas la primacía mundial, necesitaba un lugar para levantar la capital de su imperio tras conquistar Siria y Egipto y lo encontró al oeste del delta del Nilo. Allí, junto a un poblado de pescadores llamado Rakotis, en una franja estrecha de terreno llano entre el Mediterráneo y el lago Mareotis, mandó construir en 332 a. C. la ciudad de Alejandría. El sitio era ideal, pues contaba con un puerto marítimo y otro lacustre para acceder al interior de Egipto a través de un canal que unía el lago con el Nilo, situado a la suficiente distancia como para que no le afectasen sus crecidas. Luego Alejandro se fue a proseguir sus campañas militares y murió en Babi lonia sin llegar a ver nunca la ciudad, aunque su cuerpo fue enterrado en ella. Alejandría quedó en manos de su general Ptolomeo, que dio nombre a la dinastía que gobernó Egipto durante tres siglos.

El arquitecto Dinócrates de Rodas diseño la ciudad según un plan hipodámico, con calles en ángulo recto y una gran avenida de 5 km de longitud y 30 m de anchura -la Vía Canópica- que la recorría de este a oeste. Un dique llamado Heptaestadio conectaba el continente con la isla de Faros y dividía el Puerto Magno u oriental del occidental.

Sobre la isla o en un islote anexo, Sostratos de Gnido levantó el famoso Faro totalmente revestido de mármol. Medía 134 m de altura distribuidos en una planta cuadrangular, otra octo gonal y una tercera cilíndri ca coronada por una hogue ra alimentada con leña subida por caballos por una rampa espiral. Ardía permanentemente y gracias a una enorme lente era "visible desde una distancia de un día de mar", según el geógrafo ceutí Al-Idrisi.

¿Dónde estaba el Faro? ¿Es el fuerte Quaitbey la clave?

La secuencia exacta de su destrucción es un misterio, aunque parece que en el s. VIII un seísmo derribó la parte más alta y en el s. XIV se cayó todo; lo mismo sucede con su ubicación, objeto de discusión entre los dos arqueólogos franceses que actualmente trabajan en la recuperación de los restos de Alejandría. Jean-Yves Empereur cree que los bloques de piedra que él localizó sumergidos al pie del actual fuerte Quaitbey formaban parte del Faro, mientras que Franck Goddio piensa que fueron colocados después de su derrumbe para proteger la ciudad de las incursiones de los cruzados.

Sea como fuere, en la época pto - le maica Alejandría había relevado a Atenas en el liderazgo cultural de Occidente. Fue allí donde Eratóstenes calculó el tamaño de la Tierra, Euclides creó su geometría y Galeno escribió su obra médica. Mientras al puerto llegaban barcos con bronce de España, estaño de Bretaña, algodón de la India y sedas de China, Ptolomeo I mandó construir la Biblioteca y el Serapeum o templo de Serapis, dios sincrético grecoegipcio que reunía a Zeus y Apis. En la isla de Antirrodas, hoy sumergida bajo el Puerto Magno, erigió el palacio real. Sus sucesores Ptolomeo II Filadelfo y Ptolomeo III Evérgetes terminaron de embellecer la ciudad. Alejandría se pobló con egipcios, judíos, árabes, indios y griegos venidos de todo el mundo helénico. Su prosperidad dependía de las fértiles tierras situadas a orillas del Mareotis, donde crecían trigo, uvas y olivos, productos que abaste cían a la ciudad y se exportaban, como el vino alejandrino prefe rido por Hora cio y Virgilio, del que se han hallado ánforas hasta en Marsella. Un sistema de abasteci miento de agua potable del Nilo llenaba las cisternas, y el traza do rectilíneo hacía circular la brisa por las calles aliviando los calores africanos.

En tiempos de Cleopatra VII (68 -30 a. C.), la ciudad llegó a alcanzar el medio millón de habitantes. Con esa legendaria reina que trató de mantener Egipto independiente y sedujo a César y a Marco Antonio acabó la dinastía ptolemaica. En 30 a. C. las tropas de Octavio entraron en Alejandría, Cleopatra y Antonio se suicidaron en el Timonium, la residencia de este último, y Egipto se convirtió en provincia romana.

De capital real a almacén de trigo del Imperio romano

La ciudad perdió su estatus de capital de reino, pero siguió siendo extraordinaria y aumentó su riqueza gracias a su posición estratégica en el comercio entre Europa, África y la India. Los roma nos hicieron de Egipto el granero del Imperio y almacenaban la cose cha anual de trigo en Alejandría, que también mantuvo su pujanza como centro intelectual donde brillaron el ingeniero Herón, el filósofo Filo de Alejandría y el geó grafo Ptolomeo. También pasó momentos difíciles, sobre todo durante el mandato de Caracalla, quien en venganza por la publicación de una sátira contra su persona envió a sus legionarios en 215 a que devastaran las calles y asesinaran a miles de personas. En 273, otro emperador, Aureliano, destruyó el Brucheión, la zona donde se ubicaban el Museo y la Biblioteca.

Los cristianos y el fi nal de la Alejandría clásica

Durante la época romana se produjo la penetración en Alejandría del cristianismo, a partir de la predicación de san Marcos en el año 61. La vida de los cristianos egipcios, los llama dos coptos, fue especialmente difícil durante las persecuciones de Diocleciano (284-305). Sin embargo, el edicto de Constantino en 313 que permitió la libertad de culto cambió las tornas y pronto los cristianos pasaron de perseguidos a perseguidores. La Alejandría clásica empezó a tambalearse cuando el empe rador Teodosio se convir tió al cristianismo en 380 y el obispo Teófilo mandó destruir los templos paga nos de la ciudad, incluido el Serapeum. Otro obispo, san Cirilo, culminó el acoso a la cultura helenística alentando en el año 415 el asesinato de Hipatia, la científica que brilló en el campo de las matemáticas, la astronomía y la filosofía, y llegó a dirigir el Museo.

Aun con todo, el patrimonio monumental y cultural de Alejandría debía seguir siendo deslumbrante cuando los árabes la conquistaron en 642. Tras entrar con su caballería, el comandante Amr Ibn al-As mandó este despacho al califa de Arabia: "He tomado una ciudad que contiene 4.000 palacios, 4.000 baños, 400 teatros, 1.200 verduleros y 40.000 judíos". Luego ordenó desmantelar sus murallas para mantenerla "accesible por todas partes, como la casa de una prostituta". Fue el inicio de una paulatina decaden cia a la que contribuyeron la decisión de trasladar la capitalidad egipcia a la nueva ciudad de Fustat -la actual El Cairo-, y una serie de terremotos y maremotos que cambiaron la configuración del litoral alejandrino y echaron abajo parte de sus tesoros arquitectónicos en el siglo VIII. Frank Goddio cree que el enorme peso de los templos y palacios ptolemaicos fue una de las causas del desplome de la ciudad, levantada sobre un suelo muy blando: "el lodo nilótico está compuesto por cristales que contienen agua en su interior. Si se ejerce una presión muy grande sobre ellos, los cristales se juntan y dejan escapar el agua que, al evacuarse, hace que la tierra pierda un 50% de su volu men, por lo que todo lo que está construido encima se viene abajo", dice el arqueólogo francés.

Emporio comercial del Mediterráneo en el Medievo

La versión más extendida hasta ahora entre historia dores y escritores ha sido que la Alejandría árabe y medieval fue poco menos que un erial invadido por las arenas del desierto. Lawrence Durrell llegó a escribir que "entre Amr y Napoleón median casi mil años de silencio y abandono", sin embar go recientes descubrimientos dicen lo contrario, en opinión del arqueólogo Jean-Yves Empereur: "en varios yacimientos alejandri nos se han encontrado restos de mercancías procedentes de todo el mundo, desde tintes de Marruecos hasta cerámica china, que prueban que el comercio a gran escala siguió vivo en la ciudad, donde los judíos y coptos, que formaban la mayoría de la población, pudieron convivir con la nueva clase dominante árabe". En los siglos XIV y XV el intercambio mercantil con los aragoneses, genoveses y venecianos que distribuían los productos de Oriente a través del mar Rojo fue intenso. También se desarrolló una importante industria local de seda, brocados, algodón y lana, y su puerto y almacenes fueron centro de la distribución de especias hasta que los portugueses abrieron la ruta de El Cabo en 1498.

Del declive otomano a la edad de oro de Mehmet Alí

Este nuevo itinerario alteró el tráfico marítimo internacional y asestó un duro golpe a Alejan dría, que vivió tiempos oscuros tras la conquista de Egipto por los otomanos en 1517. Hacia 1650, el canal que la unía con el Nilo dejó de ser nave gable por falta de mantenimiento y las arcas públicas estaban vacías porque los pachás desviaban el dinero de los impuestos a Estambul. Cuando Napo león llegó en 1798, Alejandría era un pueblo arruinado de 7.000 habitantes. La bahía de Abukir, a 25 km de la ciudad, fue escenario de la batalla naval entre Bonaparte y Nelson en su pugna por el control del Mediterráneo, que se saldó con la victoria inglesa y la expulsión de los franceses de Egipto. Los ingleses fueron a su vez expulsados en 1807 y comenzó para Alejandría una nueva época dorada.

El artífice de su recuperación fue Mehmet Alí (1769-1849), un alba nés de Salónica que empezó de voluntario del ejército otomano en la batalla de Abukir y llegó a líder máximo de Egipto tras ascender de forma meteórica y asesinar a los 400 líderes mamelucos a los que había invitado a una fiesta en su palacio. Admirador de Napoleón, una vez en el poder volcó su estrategia política hacia el Medi terráneo, nacionalizó tierras y proyectó presas y planes de irrigación. En Alejan dría, donde instaló su residencia, mandó pavimentar las calles y encargó al ingeniero francés Pascal Coste la reparación del canal, que fue limpia do, reconectado con el Nilo y reabierto en 1821 para proveer de agua pota ble a la ciudad. Pronto aumentó el tráfico de barcos, así como la pobla ción de diversas procedencias, que pasó de 13.000 personas en 1821 a medio millón a final del XIX. En el censo de 1907 había 359.911 egipcios, 25.393 griegos, 17.860 italianos, 10.658 ingleses y 8.556 franceses. A inicios del siglo XX se trazaron la Corniche y nuevos barrios a la europea, en cuyas villas artdecó, neobizantinas o neoclásicas se insta laron los ricos alejandrinos, la mayoría extranjeros, que gozaban de un estatus especial, no pagaban impuestos y sólo rendían cuentas a sus consulados.

Muchos se lucraron con el mercadeo de antigüedades

El tráfico de antigüedades se convirtió con el beneplácito de la administración en un negocio que dejó a la ciudad sin muchos de sus tesoros, como el obelisco de Cleopatra, enviado a Nueva York en 1879. Por otra parte, el mosaico étnico de la población dio origen a una vida artística e intelectual sin parangón. Había periódicos en varias lenguas, ópera y teatro para una comunidad internacional que usaba el francés como idioma de la vida social.

Ese mundo cosmopolita acabó cuando Egipto logró la indepen dencia en 1952 y el nacionalismo fue mermando la colonia foránea. Hoy, monumentos de falsa antigüedad como la mezquita Abu Abbas Al Mursi, edificada en 1943 sobre otra de 1769, se mezclan con las pocas ruinas de verdad que quedan en pie, como las catacumbas de Kum El- Shokaffa o el Pilar de Pompeyo. De la época clásica se mantiene también el trazado hipodámico que la hace más abierta y marinera que la mayoría de ciudades árabes, y ese aire melancólico tan parti cular que tan bien definió el escritor Naguib Mah fouz cuando llamó a Alejandría "corazón de la nostalgia".

http://www.muyhistoria.es/h-antigua/articulo/alejandria-la-ciudad-de-las-maravillas


Grandes egiptólogos: Richard Lepsius

Naumburg an der Saale (Alemania) 23-12-1810/Berlín 10-7-1884

Hijo de Karl Peter Lepsius y de Friedericke Glaser

Después de estudiar en el prestigioso colegio alemán de Pforta entre 1823 y 1829, Lepsius ingresó en las universidades alemanas de Leipzig, Göttingen y Berlín, en dónde tendría ocasión de estudiar entre otras materias, Arqueología, Griego y Sánscrito, así como litografía y grabado, para finalizar su doctorado en 1833. Fue en esa época cuando empezó a mostrarse interesado por el antiguo Egipto, y por esa razón, se trasladó a París dónde tendría ocasión de trabajar junto a Jean Letronne, un antiguo alumno de Champollion, en el desciframiento de la escritura egipcia.

Sabedor del interés de Ippólito Rosselini por realizar una expedición científica a Egipto y Nubia, similar a la enviada por Napoleón años atrás, obtuvo una beca para trasladarse a Italia, y por mediación del explorador y naturalista, Alexander von Humboldt, y el químico, Robert Wilhelm Bunsen, el entonces rey de Prusia, Friedrich Wilhelm IV, le nombró comisionado para la expedición, partiendo hacia Egipto por vez primera en noviembre de 1842.

Con la total conformidad del pachá egipcio, Mohamed Alí, la expedición excavó y estudió las pirámides de Guiza, Abusir, Saqqara y Dahshur, y sus necrópolis. Realizó excavaciones en Fayum, el-Bersha, Beni-Hasan, y Amarna, hasta alcanzar Jartum y la región de Sennar. De vuelta a Egipto, tuvo ocasión de estudiar el Rameseo, Medinet-Habu, y el Valle de los Reyes.

La expedición se hizo con un buen número de restos, así como de unos 15.000 moldes en escayola. De todo ello hizo publico los resultados en el “Denkmäler aus Ägypten un Äthiopien”. Un espectacular compendio de 12 volúmenes y 900 láminas de indudable utilidad aún hoy en día para el estudio del legado egipcio, pues muchos de aquéllos fragmentos han desaparecido, bien por la acción del tiempo al ser desenterrados, bien por los métodos y formas, a los que Lepsius y otros muchos egiptólogos de la época no fueron ajenos.

A su vuelta a Europa, y tras casarse con Elisabeth Klein, fue nombrado profesor titular de Egiptología en la Universidad de Berlín en 1846, co-director y conservador de antigüedades egipcias del “Ägyptisches Museum und Papyrussammlung” en 1855, y director en 1865 tras la muerte de Giuseppe Passalacqua.

En 1866 regresa a Egipto para estudiar en esta ocasión los monumentos del Sinaí y Delta Oriental, en dónde tendría ocasión de descubrir el llamado “Decreto de Canope” en Tanis. Un documento bilingüe (griego y demótico) que complementa extraordinariamente la “Piedra de Rosetta” para la comprensión del lenguaje jeroglífico.

Entre 1867 y 1880, fue nombrado director del “Deutches Archaölogisches Institut” en Roma, Jefe de la Librería Real de Berlín, y redactor en jefe de la prestigiosa revista alemana “Zeitschrift für Ägyptische Sprache und Altertumskunde” en la que tendría ocasión de plasmar los primeros caracteres tipográficos de escritura jeroglífica que se llevaron a cabo en publicación alguna. Como lingüista, también fue conocedor de lenguas africanas, y de sus conocimientos de la lengua nubia publicó, “Nubische Grammatik. Mit einer Einleitung über die Völker und Sprachen Afrika’s”. De hecho a él se le debe cierto alfabeto con el que transcribir diversos idiomas africanos.

En 1869 regresaba por última vez a Egipto para la inauguración del Canal de Suez, y tras varios años dedicado por completo a sus trabajos, y a una fecunda labor literaria, Lepsius moría el 10 de Julio de 1884 en Berlín a la edad de 73 años, y su cuerpo enterrado en la cripta de honor del cementerio de la Catedral Evangélica de Berlín.

http://www.egiptologia.com/grandes-egiptologos/2895-karl-richard-lepsius.html


Museo egipcio de Barcelona

El Museo Egipcio de Barcelona es una institución de interés cultural y educativo que pertenece a la Fundación Arqueológica Clos, una entidad privada y sin ánimo de lucro que consigue autofinanciarse mediante múltiples actividades culturales generadas alrededor de la Colección de Arqueología Egipcia y de la Biblioteca Jordi Clos.

El museo, además, fue el primero de temática faraónica inaugurado en España y sus más de 1.100 piezas, sus constantes exposiciones temporales y su fondo bibliográfico especializado, lo
convierten en un referente dentro del ámbito de la arqueología egipcia.

EL COLECCIONISTA

"Los sueños de mi niñez se han hecho realidad y el vigor y la juventud de la fundación y de los que la integramos me aseguran que tenemos una gran trayectoria por delante."
“La fascinación por la civilización egipcia me persigue desde que era un escolar; atraído por sus misterios he pasado muchas horas leyendo libros y documentos, he viajado innumerables veces a aquel país, y gracias a su influencia he vivido alguno de los momentos más felices de mi vida. He tenido el privilegio de adquirir muchas piezas arqueológicas de gran belleza, que ahora figuran en el museo […]. Los sueños de mi niñez se han hecho realidad y el vigor y la juventud de la fundación y de los que la integramos me aseguran que tenemos una gran trayectoria por delante.”
Era el 11 de junio de 1992 cuando Jordi Clos presentaba parte de su Colección de Arqueología Egipcia en una sala de exposición del entonces recién inaugurado Hotel Claris. Una selección de 70 piezas de la colección que había iniciado en 1975, con la compra de un ushebti de terracota en un anticuario de Luxor, y que había ido atesorando a lo largo de casi veinte años. Se trataba de una idea innovadora, basada en la voluntad de ofrecer al huésped una propuesta única, que hacía realidad el sueño de un empresario y amante del arte.
A partir de aquel momento, el Hotel Claris fue despertando interés tanto por el nuevo concepto de hostelería de lujo como por el preciado Museo Egipcio que contenía: las colas para visitarlo crecían en la esquina de la calle Valencia con Pau Claris, poniendo en evidencia el vacío que este pequeño museo llenaba en la ciudad de Barcelona.
En 1992, con recursos totalmente privados, nacía la Fundació Arqueològica Clos con el objetivo de contribuir a la difusión de la cultura y el arte de la Antigüedad, especialmente del antiguo Egipto.
El 23 de marzo de 1994 se inauguraba el Museu Egipci de Barcelona en la Rambla de Catalunya y se convertía en el primer museo monográfico de temática faraónica en España.
En el 2000, el Museu Egipci de Barcelona se trasladó a una nueve sede para multiplicar los espacios expositivos de manera que los visitantes pudieran disfrutar de un gran número de piezas que hasta entonces no habían estado expuestas al público. Con la amplitud de espacios se ampliaron también el número y la variedad de propuestas culturales.
Hoy en día, el Museu Egipci de Barcelona es el símbolo distintivo de la Fundació Arqueològica Clos, entidad que actúa como elemento dinamizador mediante la multiplicidad de actividades que organiza: exposiciones temporales, visitas comentadas, visitas nocturnas dramatizadas, cursos de formación, talleres infantiles y juveniles, expediciones culturales y misiones arqueológicas.
En abril de 2002, la Fundació inauguró las instalaciones de Campus Arqueològic en Palau-solità i Plegamans, a 20 km. de Barcelona. Se trata de un espacio al aire libre formado por reproducciones fidedignas de yacimientos arqueológicos egipcios que permite introducir a los estudiantes de todas las edades en la disciplina arqueológica.
La Fundació se gestiona mediante la autofinanciación y las aportaciones que ofrecen particulares y empresas privadas con un fuertes compromiso de responsabilidad social corporativa.
Hasta el día de hoy la Fundació Arqueològica Clos y el Museu Egipci de Barcelona no han dejado de crecer tanto en número de piezas como en número de visitantes y actividades: más de dos millones de personas han pasado por nuestras instalaciones, siendo esta cifra el mayor aliciente para continuar con la labor que, desde el principio, se planteó la Fundació Arqueològica Clos.

Museo Egipcio de Barcelona
http://www.museuegipci.com/es/



miércoles, 25 de marzo de 2015

"EGIPTO, UN DON DEL NILO"
  Heródoto siglo V a.C

"¡Hermoso apareces en el horizonte del cielo, oh tú, sol viviente,
que vives desde el origen!
Has salido por el horizonte oriental y has llenado la Tierra con tu belleza.
Cuando te pones por el horizonte occidental, el mundo se sumerge en las tinieblas, en el estado de la muerte...
Sol durante el día.
Tu destierras la oscuridad y ofreces tus rayos.
Oh tú, Dios único que no tiene igual.
Tu creaste la tierra según tus deseos,
Tu creaste el Nilo en el mundo subterráneo y lo haces salir según tu voluntad,
Para salvar la vida a los hombres...
El rey, del Alto y Bajo Egipto."
Extracto del "Canto al Sol", compuesto por Akhenaton. Siglo 14 a.c.

Egipto se encuentra al Noreste del territorio africano. Es una zona desértica (más del 90% de territorio) y hubiera sido totalmente inhabitable si no hubiera tenido un río, el Nilo, cuyas crecientes anuales fertilizaron la región. La palabra Nilo viene de la palabra griega Neilos (Νειλος), que significa «Valle del río». En la antigua lengua egipcia, el río era llamado Iteru, que significa «Gran río». En copto, la palabra piaro (Sahídico) o phiaro (Boháirico) significa «El río» (literalmente «El gran canal»), que viene del mismo nombre antiguo.
Fue tan importante que los egipcios lo consideraban una divinidad (dios) y que Heródoto ,el escritor griego del siglo V a.C. pudo decir “Egipto es un don del Nilo”.

El Nilo, es un largo río que corre por más de 6.500 Km, nace en la Meseta de los Grandes Lagos, en los Montes Mitmba, en Uganda. Las crecidas del río son provocadas por el caudal aportado por los afluentes Atbara y Nilo azul, que bajan del macizo de Etiopía donde las lluvias son muy abundantes en primavera. Debido a las características geográficas del territorio donde se desarrolló, la civilización egipcia permaneció durante milenios aislados y protegidos de influencias exteriores, lo que le permitió mantener sus características particulares.

El río Nilo es, literalmente, la vida de Egipto. Las grandes ciudades y pueblos se encuentran a lo largo de sus orillas. Por ambas riberas, se pueden ver tramos de las tierras agrícolas, donde la población vive y trabaja. Este es la Tierra Negra, el suelo cultivado y por aquí y allá las palmeras de higos y otros tipos de árboles. Los antiguos egipcios lo llamaron KMT (se pronuncia Kemet). Desde la antigüedad, esta tierra se hacía fértil cada año por el desbordamiento del río, el don del Nilo. El hermoso Nilo de aguas calmadas, el negro fértil de sus riberas, el verde brillante de sus cultivos y el ocre rojizo que se extiende hasta el infinito.

Los antiguos egipcios reconocieron la importancia del río Nilo para su bienestar y reconocieron una dimensión divina en su ciclo anual de inundaciones. Contaban con el dios Hapi para que el río desbordara sus aguas y fertilizara la tierra negra, pero no podían explicar la razón de este suceso. Y todos los egipcios tenían que recorrer el Nilo en su último viaje al reino de Osiris.

PRIMEROS POBLADOS
Hace miles de años, el Sahara era una planicie con abundancia de agua donde vivían animales salvajes. Gentes de la Edad de Piedra vivían allí también y cazaban estos animales.
Poco a poco el clima cambió y el Sahara se transformó en un desierto. Las personas y los animales emigraron en busca de agua. Algunos de ellos llegaron a la tierra que ahora llamamos Egipto.
En aquella época el valle del río Nilo era una jungla pantanosa donde vivían animales peligrosos. Los nuevos pobladores acamparon en los límites del valle por razones de seguridad.
Después de un tiempo, los cazadores aprendieron a domesticar animales en lugar de cazarlos y matarlos. Domesticaron perros, vacas, ovejas, cabras y burros.
La población creció y entonces empezaron a desbrozar las tierras cercanas al río y construyeron allí sus poblados. Descubrieron como plantar semillas y cultivaron cebada y verduras. Aprendieron también a hacer cerámica, hilar y tejer para hacer ropas de lino y a utilizar metales como el cobre y el oro para hacer herramientas y armas.
Cada año, en julio, las aguas del Nilo que bajaban del sur se desbordaban e inundaban la dura y seca tierra. La riada duraba varias semanas y se conocía como la inundación.
Los antiguos egipcios descubrieron como conservar parte de este agua para que les durase para todo el año. Construyeron canales y fosos los cuales almacenaban el agua y la llevaban a los campos.

EL AÑO AGRÍCOLA
De julio a noviembre, las aguas del Nilo inundan todo el valle, dejando una capa de limo (lodo) al volver a su cauce y la humedad suficiente para labores agrícolas. Este desbordamiento, unido al calor del desierto, han hecho de esta región una zona muy fértil. Ese valle, de más de mil kilómetros, es conocido como el Alto Egipto. En su desembocadura, el Nilo se divide en numerosos brazos, formando un delta, ahí se asentó el Bajo Egipto.

Inundación: desde mediados de junio a septiembre. En primavera se producen lluvias torrenciales que elevan el caudal del Nilo, inundando las orillas y los campos de cultivo.

Siembra: desde octubre a enero.
El Nilo vuelve a su cauce normal y los campos de cultivo se fertilizan al quedar recubiertos por el limo negro. La tierra húmeda roturaba y finalmente se sembraba.
Como apenas llueve. Los campos se regaban con el agua de las inundaciones, previamente almacenada en canales. Durante la inundación los campesinos trabajaban construyendo los edificios del faraón.

Recolección: desde febrero a mayo.           Los campos de cultivo son cosechados en marzo dando alimento a la población. El trigo crecía durante el invierno. Los recaudadores de impuestos medían la cosecha y decidían la cantidad que debía pagar el campesino. Se separaba el grano de la espiga con la ayuda del ganado vacuno. El grano se almacenaba en graneros dentro de unos cubos llamados silos.

Los escribas compraban las cantidades para que no hubiera robos.
Luego se reparaban los fosos y canales de irrigación y se preparaban para la próxima inundación.

Problemas de las crecidas:
– Inundaciones excesivas producían:
   •Destrucción en casas y bienes
   • Existencia de zonas pantanosas que son focos de enfermedades.
   •Peligro de animales depredadores del Nilo (cocodrilos e hipopótamos).
– Períodos de sequías ocasionaban:
   • Disminución de los campos de cultivo.
   • Cosecha escasa.
   • Problemas de abastecimiento y hambrunas.

 Control de las crecidas y obras hidráulicas:
– Para controlar inundaciones y sequías los egipcios construyeron obras hidráulicas:
• Sistema de diques, canales y embalses.
• Nilómetros: sistema de niveles que controla la subida del río.
• Chaduf: sistema de riego que permite extender el agua a lugares alejados.
– Las obras hidráulicas propiciaron:
• Aumento de superficie cultivable.
• Aumento de la producción agrícola.                                                
• Establecimiento de un calendario basado en las crecidas.
• Desarrollo del cálculo y la geometría.

Los antiguos egipcios conocían varias especies de peces y otros animales que vivían en el río Nilo, como el hipopótamo y el cocodrilo. También conocían muchas especies de aves, y prestaban especial atención a uno de estos, el ibis.
Algunos animales se asociaron con la realeza, particularmente el halcón, el león, el buitre y la cobra. Estos dos últimos aparecen juntos en el uraeus de los faraones. Otro animal real era el caballo. Se introdujo en el antiguo Egipto durante la invasión de los hicsos. El faráon a caballo se representaba en los pilonos y fachadas de muchos templos.

Los camellos y las pirámides tienen una conexión instantánea, pero los camellos no son originarios del Antiguo Egipto, sino fueron introducidos posteriormente por los persas. Muchos animales en Egipto tenían asociaciones religiosas. Estos incluyen el gato, el ibis, el halcón, el buitre, el cocodrilo, el hipopótamo, el carnero, el león, la cobra y, por supuesto, el escarabajo. El escarabajo es principalmente asociado con el dios sol Re.
No sólo fue el río Nilo el hábitat perfecto para una diversidad de flora y fauna, sino una manera conveniente y eficaz de transporte. Se acredita a los egipcios la invención de la vela, que se iza cada vez que se viaja desde el Alto al Bajo Egipto. En la antigüedad, todo tipo de mercancía se transportaban en embarcaciones, inclusos las pesadas piedras para la construcción de monumentos.

LAS EMBARCACIONES EN EL ANTIGUO EGIPTO
Ya hemos visto la importancia vital del río Nilo para la vida de los egipcios, siendo de esta manera una civilización esencialmente fluvial. Sus aguas traían vida, y también fue el eje de su desarrollo como imperio.
Por sus aguas circulaban gran número de embarcaciones, que cumplían distintas funciones, y que recorrían hacia el Norte y el Bajo Egipto, en la zona del Delta, y hacia el Sur, en dirección al Alto Egipto, transportando tanto hombres como mercancías. Además de tareas de tipo económico, se practicaba la navegación para recreo y ritos funerarios.

LOS BARCOS: Eran altas de proa (parte de delantera del barco)  y popa (parte posterior del barco) , desprovistas de quillas (pieza de madera o hierro, que va de popa a proa por la parte inferior del barco y en que se asienta toda su armazón) y con una cabina sobre el puente (lugar de donde se dan las órdenes).
La tripulación podía ser de dos hombres, uno para el remo del timón y otro para las maromas (cuerdas gruesas). El comandante situado en la proa con la sonda y el pértiga (vara larga) para guiar la ruta. La grancella era utilizada solo cuando el viento era favorable y para remontar corriente.
Para remontar el Nilo, utilizaban una vela rectangular sujeta a dos palos. El palo para aguantar el viento necesitaba de varios cabos que lo sujetaran fuertemente amarrándolo a la popa. Diversos tipos de cuerdas mantienen el palo erguido y orientan la vela. La combinación entre vela y remo permitía navegar hacia sur a contracorriente.

Para navegar al norte, es decir, a favor de la corriente y contra la brisa, se utilizaban los remos para que el barco fuera más rápido y maniobrable. También utilizaban una estera en la proa en la proa que se pensaba que era para decorar.
 Se prolonga verticalmente en el agua delante de la barca e impulsada por la corriente del Nilo permitía compensar las fuerzas de los vientos contrarios cuando se navegaba hacia el norte a favor de la corriente.

LA CONSTRUCCIÓN: Las herramientas básica para construir los barcos era la azuela, que daba forma a la madera. En la antigüedad, la hoja era de bronce, sujeta a un mango un poco curvo. La herramienta se mantiene hasta hoy, casi sin cambios.
También utilizaban un formón con mango de madera para hacer agujeros, una gubia para rebajar la madera y una suerte de maza para encajar las maderas.
                                                     
Para construir una embarcación, se necesitaba un trabajo en equipo, donde participaban especialistas para preparar las piezas y ensamblarlas, impermeabilizar el casco, entre otras tareas. El profesional principal es el carpintero, quien conoce la forma de tallar la madera par darle forma y que puede diseñar el barco, trabajo tan difícil, especialmente por la escasez de madera, en cantidad y variedad,  lo que obligaba a gran ingenio y destreza para aprovechar bien los materiales.

TIPOS DE BARCOS

EMBARCACIONES FLUVIALES: Para desplazarse a través del río Nilo, las embarcaciones no podían ser demasiado grandes. Se hacían generalmente de papiro, a veces combinado con madera. Su resistencia era idónea para el medio en que se desplazaban.

EMBARCACIONES MARÍTIMAS: Fabricadas sobre todo de madera porque tenían que soportar un medio más agresivo. Los tipos podían variar según la actividad a la que estaban destinada. Si se utilizaba para transportar grandes obeliscos, o ganado.

EMBARCACIONES DE RECREO: Tanto los faraones como los demás nobles, y personas con fortuna, disponían de estas embarcaciones para entretenimiento personal.
Se realizaban principalmente de papiro y solían tener velas con hermosas decoraciones, con diferentes motivos y colores.

EMBARCACIONES MERCANTES: Durante el Imperio Nuevo, el palo de los barcos se hace más corto y la vela se ensancha. Eran utilizadas para distintas tareas, y se diferenciaban en sus dimensiones.
Podían transportar desde pasajeros, tropas, ganados, productos manufacturados, y podían navegar en los dos sentidos del curso del Nilo, gracias a la combinación de la vela y el remo.

EMBARCACIÓN DEL REY:
Los reyes del Antiguo Imperio, se hacían enterrar con dos o más embarcaciones en las cercanías de sus pirámides. El viaje del rey al más allá precisaba de una embarcación que mostrara todo el esplendor del Rey-Dios.

BARCAS SAGRADAS: Todas estas embarcaciones eran parecidas a las utilizadas comúnmente en el Nilo.
El lugar del camarote estaba ocupado por la imagen de un dios, la popa y la proa eran adornadas con la cabeza del dios o con su animal sagrado.

BARCAS FUNERARIAS: Aparecen en muchas pinturas en las tumbas, representan el medio con el que el difunto surcaba las aguas del más allá.
Eran utilizadas para transportar la momia del difunto; estaban las fluviales, que servían para atravesar el río hasta la necrópolis, y las terrestres, que eran apoyadas en un trineo arrastrado por bueyes o provistas de ruedas.

BARCAS PROCESIONALES: Se dedicaban al transporte de las estatuas de los dioses que eran puestos dentro de un nicho.  Eran  transportadas a hombros de los sacerdotes, y cuando no eran utilizadas, se guardaban en capillas, cerca de la celda de la divinidad a la entrada de los templos.

BARCAS DE PEREGRINACIÓN: La peregrinación a la ciudad sagrada de Abydos era uno de los deseos más urgentes y apremiantes de Egipto, tanto durante su vida como después de la muerte. La barca de papiros de los peregrino es arrastrada por otra barca de remos.

NAVEGACIÓN EN ALTA MAR: El auténtico motor del comercio marítimo era conseguir un bien tan escaso en Egipto como era lamadera, por lo que las expediciones a Biblos, y otros puertos de la costa de los actuales estados de Siria y Líbano eran la principal empresa comercial en alta mar, hasta el punto que estos barcos recibían en lengua egipcia el nombre genérico de kebenit, " barco de Biblos".
El Estado disponía de su propia flota, construidos en sus astilleros, para poder realizar las expediciones a Biblos y recoger los valiosos cargamentos de madera. También  durante el Imperio Nuevo, eran frecuentes los viajes a Chipre y Creta.

FALUCAS:  Las barcas que hoy navegan el río Nilo tienen poco que ver con las del Imperio Egipcio. Se diferencian por los materiales y técnicas de construcción. Llama la atención la vela triangular, llamada latina, que procede del Índico y que pasó al Mediterráneo en la Edad Media y se convirtió en la vela emblemática de sus aguas.

http://mas-historia.blogspot.com.ar/2011/05/egipto-el-rio-nilo-geografia-y-primeros.html


Kom Ombo - Templo de Sobek y Haroeris

Kom Ombo (كوم أمبو) es una villa agrícola de Egipto de unos 60.000 habitantes, situada en la ribera oriental del río Nilo, a 40 kilómetros al norte de Asuán y a 165 kilómetros al sur de Luxor. Existe una numerosa población nubia procedente del sur, desplazados por la construcción del lago Nasser. El emplazamiento es conocido en la actualidad por su templo de época ptolemaica.

Situación: 24º 27' N 32º 57' E
Nombre egipcio: Nubt o Nubet. Nombre griego: Ombos. Nombre árabe: Kom Ombo
(No debe confundirse con la ciudad situada al norte de Naqada del mismo nombre: Ombos)

En su origen, fue un asentamiento llamado Nubt, del egipcio nbt, que significa "Ciudad de Oro". Por su situación, disfrutaba del control sobre la s rutas comerciales que se dirigían desde Nubia a través del Valle del Nilo, si bien su importancia creció con la construcción del templo en el siglo II a.C.

En la época griega, la ciudad estaba en la Tebaida, y era la capital del nomo Ombita (el nomo I del Alto Egipto), en la ribera oriental del Nilo. Ombos fue una fortificación militar bajo todas las dinastías egipcias, con los faraones, hasta los ptolomeos y los romanos, y disfrutaba de mucha fama por la grandiosidad de sus templos y su tradicional enemistad con los habitantes de Tentyris (Dendera).

Los templos

Subsisten dos templos, construidos con la piedra obtenida de las canteras vecinas. El más notorio de los dos se yergue sobre una colina arenosa y parece haber sido una especie de Panteón dado que, de acuerdo con las inscripciones conocidas, le había sido dedicado a Haroeris (Apolo) y las demás deidades del nomo Ombita por los soldados acuartelados allí.

El templo más pequeño, en el noroeste, estaba dedicado a Isis. Ambos poseen una arquitectura imponente y todavía conservan los brillantes colores con los que los adornaron sus constructores. Datan de la época ptolemaica, con la excepción de una entrada de piedra caliza, construida dentro de un muro de adobe. Constituía una parte de un templo construido por Tutmosis III en honor del dios, encarnado en cocodrilo, Sobek.

El templo de Kom Ombo, conocido también como templo de Sobek y Haroeris está en ruinas, pero resulta imponente, especialmente por su ubicación, que lo hace destacar al lado del Nilo. Fue excavado por Jacques de Morgan hacia 1893. Es un edificio inusual, completamente simétrico, con dos entradas, dos salas hipóstilas y dos santuarios. Esto se debe a que está dedicado a dos dioses: el lado izquierdo al dios halcón Haroeris (Horus el viejo o el grande) y el derecho a Sobek, divinidad local con cabeza de cocodrilo.

Lo comenzó a construir Ptolomeo VI en el siglo II a.C, siendo Kom Ombo capital de un nomo del Alto Egipto, y lo terminó Ptolomeo XII en el siglo I a.C. El emperador romano Augusto le añadió el pilono de la entrada hacia 30 a.C. En el local hubo un santuario más pequeño de la época de Tutmosis II encontrándose vestigios que datan de la Dinastía XVIII (1.550 a 1.063 a.C.)

https://www.youtube.com/watch?v=ICmIWB74Srw

SOBEK

Dios-cocodrilo. Es mencionado en el texto de las pirámides como hijo de Neit.
Se le creía emergido de las aguas del caos en la creación del mundo.
Era 'señor de las aguas', temible por su voracidad.
Eliminaba los enemigos que habitaban en los medios acuáticos.
Es representado cocodrilo y como hombre con cabeza de cocodrilo.

http://egiptoaldescubierto.es/cultura-egipcia/dioses-cultos/dioses-panteon-egipcio/57-dioses-panteon-egipcio.html



ESCRITURA EN EL ANTIGUO EGIPTO

Una introducción a la escritura sagrada: jeroglíficos

La escritura, aunque con bases más o menos simples, era bastante compleja, por lo que el saber leer y escribir estaba limitado a una minoría social. No se trata de la existencia de una clase social determinada, pero si es cierto que muy poca gente sabía leer o escribir. Los sacerdotes, los oficiales del ejercito, los funcionarios, los faraones y por supuesto los escribas podían leer o escribir, mientras que muy poca gente del pueblo tenía acceso al aprendizaje. " Es un sistema complejo, una escritura a la vez enteramente figurada, simbólica y fonética, en un mismo texto, en una misma frase, en una misma palabra". Pero la escritura era algo más que un método de comunicación. Como todo en Egipto tenía además un sentido mágico y religioso. El nombre de una persona escrito en jeroglífico encarnaba su propia identidad. Por este motivo muchos de los cartuchos de reyes eran destrozados o borrados de los monumentos por faraones opuestos a sus ideas, pretendiendo que perdiesen el poder mágico que originalmente tenían.

Fases históricas de la escritura egipcia

Cualquier lenguaje sufre a lo largo de los años cambios más o menos significativos y el egipcio se desarrolló a lo largo de más de 3000 años, por lo que con más razón debemos hacer una división cronológica. En algunos casos, el lenguaje hablado se encontraba claramente diferenciado del escrito, y la evolución no era la misma para uno que para el otro. Los vamos a clasificar en seis períodos históricos:

• Arcaico : Períodos Protodinástico y Tiníta (3200-2686 a.C.).
• Antiguo : Pertenece al Imperio Antiguo ( 2686-2040 a.C.).
• Medio : Corresponde al lenguaje escrito del I Período Intermedio y el Imperio Medio. Este período es considerado como el clásico y se mantuvo en literatura, textos religiosos e inscripciones monumentales hasta la llegada de los griegos (2173-1786 a.C.).
• Nuevo : Es el período en el que se produce una evolución del lenguaje hablado. Sin embargo en escritura se sigue empleando el egipcio medio (o clásico). En este período hay que hacer un paréntesis en el período de Amarna en el que se empleó el lenguaje hablado en los textos literarios, pero no en los religiosos que siguieron escribiéndose en clásico (1552-664 a.C.).
• Demótico : Es una continuación del nuevo, que se mantuvo hasta bien entrado la época romana ( 664 a.C.-600 d.C.).
• Copto : Es la última fase, y permaneció hasta el siglo 3 d.C. con la llegada del árabe.

Tipos de escritura

Cuando se habla de escritura egipcia siempre se piensa en los jeroglíficos, pero no existía un único tipo de escritura. A lo largo de la historia egipcia, se desarrollaron tres tipos:

Jeroglífica o jeroglífica monumental:

Usada en inscripciones de monumentos como decoración. Es el tipo de escritura más antiguo y más complejo. Se empleó desde el 3100 a.C., fecha aproximada del primer papiro conocido y el 394 d.C. Era un tipo de escritura sagrada, llamada "escritura de la palabra de dios", y como tal se empleaba en sarcófagos, tumbas, monumentos y esculturas, y se representaba con gran detalle. La palabra jeroglífico deriva del griego "ta hieroglyphica" que significa "las letras talladas en piedra" y se debe a la asociación de los jeroglíficos con las inscripciones monumentales. A pesar de que algunas personas, además de los escribas, la sabían leer y escribir, la escritura jeroglífica era la más desconocida y estaba reservada a muy pocos. Se escribía en cualquier sentido (excepto de abajo a arriba) y en líneas o columnas.

Hierática:

Surgió como escritura abreviada de la jeroglífica cursiva. Lógicamente el sistema jeroglífico no era apropiado para escrituras rápidas y esto motivó el nacimiento de la escritura hierática, muchos más fluida y estilizada. Era más sencilla que la jeroglífica por lo que se podía emplear en textos religiosos y es la más utilizada sobre papiro. Era la escritura empleada por los escribas (que no estaban obligados a conocer la jeroglífica) y por los sacerdotes en copias literarias. El término proviene del griego "hieratika", que significa sacerdotal. La escritura hierática puede siempre transcribirse en jeroglíficos, si bien el resultado no es el mismo que cuando se compone un texto originariamente en jeroglífica.

La jeroglífica cursiva desapareció en torno al año 1000 a.C. mientras que la hierática se utilizó en textos religiosos hasta fines de la civilización egipcia. También se empleaba en textos científicos y obras literarias. Era un tipo de escritura muy útil en papiros y óstracas. El texto se escribía en tinta negra con una caña afilada. La tinta roja se empleaba como remarcación de determinados apartados. A pesar de que la hierática temprana se escribía, como la jeroglífica, en líneas o columnas indistintamente, a partir de la XII dinastía, los textos aparecen sólo en líneas y siempre de derecha a izquierda. Los textos más antiguos pertenecen a la V dinastía. Durante el período romano todas las obras funerarias se escribían en hierático o en demótico.

En el III Período Intermedio algunas inscripciones monumentales se realizaron en hierática, que ya entonces se había vuelto hacia la jeroglífica con trazados más redondeados. Esta evolución dio lugar a la escritura "hierática anormal" empleada durante los siglos IX a VII a.C en la región de Tebas y al demótico del Bajo Egipto. Más tarde, con Psamético I, el "hierático anormal", perdió importancia en favor del demótico que se convirtió en escritura oficial. Durante lo Ptolomeos se restringió su uso a textos religiosos, mientras que para los documentos se empleaba el demótico.

Demótica.

El término demótico proviene del griego "demotika" ("popular") y se refiere a los asuntos diarios. El término fue utilizado por primera vez por Herodoto. Representa una evolución de la lengua hablada, y es un estado intermedio entre el egipcio y el posterior copto. Es una forma abreviada de la hierática, de trazo rápido y sencillo, con mayores ligaduras en los signos y esquematizando los grupos con enlaces. En esta escritura, es ya difícil reconocer los signos jeroglíficos originales. Se empleaba en asuntos cotidianos, transacciones comerciales, e incluso en algunas inscripciones en piedra, como la piedra de Roseta, donde se la denomina "escritura de los libros" . Su uso comenzó aproximadamente en torno a la XXVI dinastía y se mantuvo hasta el siglo III d.C. Desde la época ptolemaica se empleó también en textos científicos y religiosos, convirtiéndose en la escritura oficial. Se empleó en las regiones del norte desde el año 700 a.C y en todo el país desde el 600 a.C. Se escribía en líneas de derecha a izquierda. El demótico se corresponde aproximadamente a la lengua hablada de los siglos VII y VI a.C. Realmente, aunque el demótico se sirvió del egipcio Nuevo y estaba basado en el hierático, los jeroglíficos son irreconocibles. Durante la época ptolemaica las escrituras fueron perdiendo importancia en favor del copto, palabra derivada del árabe "gubti" que es, a su vez, una degeneración de la palabra griega para designar Egipto. El copto consiste en 24 letras del griego combinadas con 6 caracteres demóticos necesarios para incluir letras que no existen en griego. Sólo se empleó en el Egipto cristiano y cayó con el uso del árabe a partir del 640 d.C.

http://www.egiptodreams.com/CJufruyjafra.htm