Decálogo De La Serenidad
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1. Sólo por hoy trataré de vivir
exclusivamente el día, sin
querer resolver el problema de mi vida todo de una vez. 2. Sólo por hoy tendré el máximo cuidado de mi aspecto: cortés en mis maneras, no criticaré a nadie y no pretenderé mejorar o disciplinar a nadie, sino a mí mismo. 3. Sólo por hoy seré feliz en la certeza de que he sido creado para la felicidad, no sólo en el otro mundo, sino en éste también. 4. Sólo por hoy me adaptaré a las circunstancias, sin pretender que las circunstancias se adapten todas a mis deseos. 5. Sólo por hoy dedicaré diez minutos de mi tiempo a una buena lectura: recordando que, como el alimento es necesario para la vida del cuerpo, así la buena lectura es necesaria para la vida del alma. 6. Sólo por hoy haré una buena acción y no lo diré a nadie. 7. Sólo por hoy haré por lo menos una cosa que no deseo hacer, y si me sintiera ofendido en mis sentimientos, procuraré que nadie se entere. 8. Sólo por hoy me haré un programa detallado. Quizá no lo cumpliré cabalmente, pero lo redactaré. Y me guardaré de dos calamidades: la prisa y la indecisión. 9. Sólo por hoy creeré firmemente -aunque las circunstancias demuestren lo contrario- que la buena providencia de Dios se ocupa de mí como si nadie existiera en el mundo. 10. Sólo por hoy no tendré temores. De manera particular no tendré miedo de gozar de lo que es bello y de creer en la bondad. Puedo hacer bien durante doce horas lo que me descorazonaría, si pensase tener que hacerlo durante toda mi vida. (Juan XXIII) |
jueves, 1 de enero de 2015
CANTOS DE AMOR DEL ANTIGUO EGIPTO
Primer canto
La única, la amada, la sin par,
la más bella del mundo,
mírala, parece el lucero del año nuevo,
en el umbral de una bella anualidad.
Aquella cuya gracia brilla, cuya piel resplandece,
tiene ojos de claro mirar,
y labios de dulce hablar.
Palabra superflua alguna, jamás le oirás pronunciar.
Ella, la del cuello largo, la del pecho luminoso,
posee una cabellera de lapislázuli hermoso.
Sus brazos sobrepasan el resplandor del oro,
Cada uno de sus dedos es como un cáliz de loto.
La de la cintura lánguida y las caderas finas,
cuyas piernas preservan la belleza,
cuyos andares están llenos de nobleza,
cuando pone los pies sobre la tierra,
con sus besos me arrebata el corazón.
Hace que todos los hombres
Se vuelvan a contemplarla.
Y a aquel a quien saluda, hace sentir feliz.
Pues entre los muchachos el primero se cree así.
Cuando de su morada sale,
uno cree ver a Aquella que es única.
ESCRITOS por los escribas hacia el 1.500 antes de nuestra
era en papiros, fragmentos de caliza, vasos… Los Cantos de amor se recitaban en públicoen las calles, las tabernas y los campos, acompañados del arpa, el laúd, el tamboril o las palmas.
Las Inscripciones que hemos puesto son de fechas diversas.
La traducción no puede, evidentemente, ser literal. Una misma palabra se traduce de modo distinto según su contexto. No se conoce, por ejemplo,el significado de determinados nombres de flores, especias y vinos. Y si bien se sabe que estos cantos se recitaban o cantaban, se desconocen en cambio su metro y su melodía, dado que no sabemos vocalizar la escritura jeroglífica.
Nuestra edición consta de extractos de la traducción del profesor Siegfried Schott, Universidad de Göttingen (traducción francesa de PauleKrieger).
http://litsdelaant.files.wordpress.com/.../cantos-de-amor...
Primer canto
La única, la amada, la sin par,
la más bella del mundo,
mírala, parece el lucero del año nuevo,
en el umbral de una bella anualidad.
Aquella cuya gracia brilla, cuya piel resplandece,
tiene ojos de claro mirar,
y labios de dulce hablar.
Palabra superflua alguna, jamás le oirás pronunciar.
Ella, la del cuello largo, la del pecho luminoso,
posee una cabellera de lapislázuli hermoso.
Sus brazos sobrepasan el resplandor del oro,
Cada uno de sus dedos es como un cáliz de loto.
La de la cintura lánguida y las caderas finas,
cuyas piernas preservan la belleza,
cuyos andares están llenos de nobleza,
cuando pone los pies sobre la tierra,
con sus besos me arrebata el corazón.
Hace que todos los hombres
Se vuelvan a contemplarla.
Y a aquel a quien saluda, hace sentir feliz.
Pues entre los muchachos el primero se cree así.
Cuando de su morada sale,
uno cree ver a Aquella que es única.
ESCRITOS por los escribas hacia el 1.500 antes de nuestra
era en papiros, fragmentos de caliza, vasos… Los Cantos de amor se recitaban en públicoen las calles, las tabernas y los campos, acompañados del arpa, el laúd, el tamboril o las palmas.
Las Inscripciones que hemos puesto son de fechas diversas.
La traducción no puede, evidentemente, ser literal. Una misma palabra se traduce de modo distinto según su contexto. No se conoce, por ejemplo,el significado de determinados nombres de flores, especias y vinos. Y si bien se sabe que estos cantos se recitaban o cantaban, se desconocen en cambio su metro y su melodía, dado que no sabemos vocalizar la escritura jeroglífica.
Nuestra edición consta de extractos de la traducción del profesor Siegfried Schott, Universidad de Göttingen (traducción francesa de PauleKrieger).
http://litsdelaant.files.wordpress.com/.../cantos-de-amor...
¡FELIZ AÑO NUEVO, QUERIDOS AMIGOS!
En mi estilo, doble saludo: poético (Rubén Darío) y musical (Clásica-Baremboim)
Año Nuevo - Rubén Darío
A las doce de la noche, por las puertas de la gloria
y al fulgor de perla y oro de una luz extraterrestre,
sale en hombros de cuatro ángeles, y en su silla gestatoria,
San Silvestre.
Más hermoso que un rey mago, lleva puesta la tiara,
de que son bellos diamantes Sirio, Arturo y Orión;
y el anillo de su diestra hecho cual si fuese para
Salomón.
Sus pies cubren los joyeles de la Osa adamantina,
y su capa raras piedras de una ilustre Visapur;
y colgada sobre el pecho resplandece la divina
Cruz del Sur.
Va el pontífice hacia Oriente; ¿va a encontrar el áureo barco
donde al brillo de la aurora viene en triunfo el rey Enero?
Ya la aljaba de Diciembre se fue toda por el arco
del Arquero.
A la orilla del abismo misterioso de lo Eterno
el inmenso Sagitario no se cansa de flechar;
le sustenta el frío Polo, lo corona el blanco Invierno
y le cubre los riñones el vellón azul del mar.
Cada flecha que dispara, cada flecha es una hora;
doce aljabas cada año para él trae el rey Enero;
en la sombra se destaca la figura vencedora
del Arquero.
Al redor de la figura del gigante se oye el vuelo
misterioso y fugitivo de las almas que se van,
y el ruido con que pasa por la bóveda del cielo
con sus alas membranosas el murciélago Satán.
San Silvestre, bajo el palio de un zodíaco de virtudes,
del celeste Vaticano se detiene en los umbrales
mientras himnos y motetes canta un coro de laúdes
inmortales.
Reza el santo y pontifica y al mirar que viene el barco
donde en triunfo llega Enero,
ante Dios bendice al mundo y su brazo abarca el arco
y el Arquero.
En mi estilo, doble saludo: poético (Rubén Darío) y musical (Clásica-Baremboim)
Año Nuevo - Rubén Darío
A las doce de la noche, por las puertas de la gloria
y al fulgor de perla y oro de una luz extraterrestre,
sale en hombros de cuatro ángeles, y en su silla gestatoria,
San Silvestre.
Más hermoso que un rey mago, lleva puesta la tiara,
de que son bellos diamantes Sirio, Arturo y Orión;
y el anillo de su diestra hecho cual si fuese para
Salomón.
Sus pies cubren los joyeles de la Osa adamantina,
y su capa raras piedras de una ilustre Visapur;
y colgada sobre el pecho resplandece la divina
Cruz del Sur.
Va el pontífice hacia Oriente; ¿va a encontrar el áureo barco
donde al brillo de la aurora viene en triunfo el rey Enero?
Ya la aljaba de Diciembre se fue toda por el arco
del Arquero.
A la orilla del abismo misterioso de lo Eterno
el inmenso Sagitario no se cansa de flechar;
le sustenta el frío Polo, lo corona el blanco Invierno
y le cubre los riñones el vellón azul del mar.
Cada flecha que dispara, cada flecha es una hora;
doce aljabas cada año para él trae el rey Enero;
en la sombra se destaca la figura vencedora
del Arquero.
Al redor de la figura del gigante se oye el vuelo
misterioso y fugitivo de las almas que se van,
y el ruido con que pasa por la bóveda del cielo
con sus alas membranosas el murciélago Satán.
San Silvestre, bajo el palio de un zodíaco de virtudes,
del celeste Vaticano se detiene en los umbrales
mientras himnos y motetes canta un coro de laúdes
inmortales.
Reza el santo y pontifica y al mirar que viene el barco
donde en triunfo llega Enero,
ante Dios bendice al mundo y su brazo abarca el arco
y el Arquero.
En paz – Amado Nervo
Muy cerca de mi ocaso, yo te bendigo, vida,
porque nunca me diste ni esperanza fallida,
ni trabajos injustos, ni pena inmerecida;
porque veo al final de mi rudo camino
que yo fui el arquitecto de mi propio destino;
que si extraje las mieles o la hiel de las cosas,
fue porque en ellas puse hiel o mieles sabrosas:
cuando planté rosales, coseché siempre rosas.
...Cierto, a mis lozanías va a seguir el invierno:
¡mas tú no me dijiste que mayo fuese eterno!
Hallé sin duda largas las noches de mis penas;
mas no me prometiste tan sólo noches buenas;
y en cambio tuve algunas santamente serenas...
Amé, fui amado, el sol acarició mi faz.
¡Vida, nada me debes! ¡Vida, estamos en paz!
Uno de los poemas favoritos de mi querido "Coco" que reflejaba completamente el sentir y actuar del “Pai” Oliviero…
Muy cerca de mi ocaso, yo te bendigo, vida,
porque nunca me diste ni esperanza fallida,
ni trabajos injustos, ni pena inmerecida;
porque veo al final de mi rudo camino
que yo fui el arquitecto de mi propio destino;
que si extraje las mieles o la hiel de las cosas,
fue porque en ellas puse hiel o mieles sabrosas:
cuando planté rosales, coseché siempre rosas.
...Cierto, a mis lozanías va a seguir el invierno:
¡mas tú no me dijiste que mayo fuese eterno!
Hallé sin duda largas las noches de mis penas;
mas no me prometiste tan sólo noches buenas;
y en cambio tuve algunas santamente serenas...
Amé, fui amado, el sol acarició mi faz.
¡Vida, nada me debes! ¡Vida, estamos en paz!
Uno de los poemas favoritos de mi querido "Coco" que reflejaba completamente el sentir y actuar del “Pai” Oliviero…
Réquiem – Mozart (Tributo a mi padre -fallecido el 29-12-2014- mi mentor y modelo tanto en la vida como en la cultura que tanto amaba y que sigue viviendo en mí…)
El Romanticismo convirtió a Wolfgang Amadeus Mozart en un mito a través de esta sobrecogedora obra: según la leyenda, el músico la compuso con la idea de que se trataba de su propio Réquiem, encargado por un mensajero de la muerte. Aunque la realidad parece ser menos poética, ello no resta un ápice a la potencia expresiva ni a la belleza de la partitura, con algunas secciones que se cuentan entre las cimas no sólo de la producción de Mozart, sino de la música universal: el "Introitus", el "Kyrie", el "Dies irae" o el "Lacrimosa".
En el último año de su vida, se presentó a Mozart, que estaba ya enfermo y deshecho, un taciturno desconocido, que le entregó una carta y desapareció. Era el encargo anónimo de una misa de réquiem, con promesa de buena recompensa. El fúnebre desconocido se volvió a presentar unos días después y pagó un anticipo, recomendando a Mozart que no descuidase su obra. Volvió luego, de vez en cuando, para vigilar el progreso del trabajo. Era, sencillamente, el camarero del conde Franz von Walsegg, rico aficionado que tenía la debilidad de encargar obras a los grandes músicos para hacerlas ejecutar luego haciéndolas pasar por suyas.
Pero aquellas circunstancias singulares turbaron la mente de Mozart, ya fatigada por la áspera y continua lucha por la vida. Se entregó a la composición del Réquiem con el máximo empeño y, al mismo tiempo, con la firme persuasión de que aquella obra había de ser también su canto fúnebre. En efecto, no pudo terminarla. La obra fue completada por su discípulo Franz Xaver Süssmayer (1766-1803), quien, en los últimos años de la vida del maestro, había vivido en estrecha intimidad artística con él. No es fácil determinar exactamente cuál es la parte debida a Süssmayer.
Parece cierto que de los doce fragmentos que componen el Réquiem, sólo el primero -el "Réquiem" (Adagio) seguido del "Kyrie" (Allegro) fugado- salió absolutamente terminado de las manos de Mozart. Los ocho fragmentos siguientes parecen haber sido orquestados en su redacción definitiva por Süssmayer según esbozos de Mozart que aseguran a lo menos la autenticidad de su diseño metódico y de sus principales intervenciones instrumentales. Las tres partes últimas ("Sanctus", "Benedictus" y "Agnus Dei") parecen ser totalmente de Süssmayer, quien, sin embargo, se sirvió cuanto pudo de la música preexistente de su maestro. Por ello, y no sólo por estas incertidumbres de atribución, es obra acerca de la cual es harto difícil emitir juicio.
El Réquiem de Mozart se ofrece como una superación de la materia pasional (indudablemente la contemplación de la muerte y la meditación de algunos misterios supremos de la fe) en una visión de serena belleza. El frecuente empleo del contrapunto y del estilo fugado (sobre todo en el "Kyrie" y en el "Quam olim Abrahae" del "Domine Jesu") significa para algunos críticos la inexorabilidad de la muerte; pero es también un mero tributo al estilo que era casi obligado por aquel tiempo en la música sacra.
Como aterrorizada visión del juicio, el Réquiem se presenta envuelto en una dulce resignación limpia de rebelión y de miedo. La instrumentación es singularmente sobria por la exclusión de las flautas, de los oboes, de los clarinetes comunes y de las trompas; en cambio, tienen en ella gran papel, además de la masa de los instrumentos de cuerda, los "corni di bassetto", especie de clarinetes más graves que los normales que agradaban mucho a Mozart. Los pasajes dramáticos y fuertes (esencialmente el "Dies irae" y el "Rex tremendae maiestatis") están indudablemente llenos de carácter y diligentemente expresados (es de notar el efecto de un lento trino vibrado sobre el "Quantus tremor est futurus"); pero no alcanzan la penetrante intimidad expresiva, la honda sinceridad de los pasajes en que se funde una melancolía dulcísima y fatigada: el "Recordare, Jesu pie" y el sublime "Lacrimosa".
Aquella característica del estilo mozartiano, la costumbre de una construcción del período melódico por preguntas y respuestas, halla en el empleo de los cuatro solistas (soprano, contralto, tenor y bajo) y del coro posibilidades sencillísimas y al mismo tiempo de gran efecto: destacan la separación del bajo de las demás voces (en el citado "Quantus tremor est futurus"), la continuada contraposición de "piano" y "forte" ("Ingemisco" en el "Recordare"), de "staccato" y "legato" (al principio del "Lacrimosa") o el breve despliegue melódico que florece en la afanosa carrera contrapuntística (por ejemplo, la celestial frase del soprano: "et semini eius" que conduce al final del "Ofertorio").
Ello establece una tensión que sería exagerado llamar dramática, pero que es el secreto del interés y de la consistencia del lenguaje mozartiano. Así el contrapunto, rítmicamente accidentado, del "Rex tremendae", podría parecer algo intencionado y artificioso si no encontrase su complemento en los tres últimos compases, en que las voces se funden quietamente concordes en la serena invocación: "salva me, fons pietatis". En el "Tuba mirum" las voces de los solistas florecen una tras otra (cada una enlazándose con la última nota de la precedente) como exquisitos arabescos de desnuda línea. Los grandes conjuntos corales adquieren orden, simetría y significado cuando las voces de las sopranos se mantienen firmes en el agudo ("luceat" y "Christe eleison" en el "Kyrie", "homo reus" en el "Lacrimosa").
Probablemente a la prudente redacción de Süssmayer se debe atribuir la brevedad, tal vez excesiva, de cada uno de los trozos (nótese que el "Réquiem", única parte que Mozart escribió por entero, es el más largo de todos): Mozart no era escritor conciso. Al contrario, especialmente en los años de su madurez, se entregaba a aquella "divina largura", a aquella complacencia en su propio discurso, a aquel abandono despreocupado, que se hallan a menudo en músicos de temperamento poético, como Schubert y Brahms. Tal vez a este incompleto desarrollo, más aún que a la uniformidad de colorido y a la convencional expresión de ciertos pasajes, se debe atribuir la vaga insatisfacción que en algunos momentos deja esta última obra maestra del gran músico de Salzburgo.
http://www.biografiasyvidas.com/monografia/mozart/requiem.htm
El Romanticismo convirtió a Wolfgang Amadeus Mozart en un mito a través de esta sobrecogedora obra: según la leyenda, el músico la compuso con la idea de que se trataba de su propio Réquiem, encargado por un mensajero de la muerte. Aunque la realidad parece ser menos poética, ello no resta un ápice a la potencia expresiva ni a la belleza de la partitura, con algunas secciones que se cuentan entre las cimas no sólo de la producción de Mozart, sino de la música universal: el "Introitus", el "Kyrie", el "Dies irae" o el "Lacrimosa".
En el último año de su vida, se presentó a Mozart, que estaba ya enfermo y deshecho, un taciturno desconocido, que le entregó una carta y desapareció. Era el encargo anónimo de una misa de réquiem, con promesa de buena recompensa. El fúnebre desconocido se volvió a presentar unos días después y pagó un anticipo, recomendando a Mozart que no descuidase su obra. Volvió luego, de vez en cuando, para vigilar el progreso del trabajo. Era, sencillamente, el camarero del conde Franz von Walsegg, rico aficionado que tenía la debilidad de encargar obras a los grandes músicos para hacerlas ejecutar luego haciéndolas pasar por suyas.
Pero aquellas circunstancias singulares turbaron la mente de Mozart, ya fatigada por la áspera y continua lucha por la vida. Se entregó a la composición del Réquiem con el máximo empeño y, al mismo tiempo, con la firme persuasión de que aquella obra había de ser también su canto fúnebre. En efecto, no pudo terminarla. La obra fue completada por su discípulo Franz Xaver Süssmayer (1766-1803), quien, en los últimos años de la vida del maestro, había vivido en estrecha intimidad artística con él. No es fácil determinar exactamente cuál es la parte debida a Süssmayer.
Parece cierto que de los doce fragmentos que componen el Réquiem, sólo el primero -el "Réquiem" (Adagio) seguido del "Kyrie" (Allegro) fugado- salió absolutamente terminado de las manos de Mozart. Los ocho fragmentos siguientes parecen haber sido orquestados en su redacción definitiva por Süssmayer según esbozos de Mozart que aseguran a lo menos la autenticidad de su diseño metódico y de sus principales intervenciones instrumentales. Las tres partes últimas ("Sanctus", "Benedictus" y "Agnus Dei") parecen ser totalmente de Süssmayer, quien, sin embargo, se sirvió cuanto pudo de la música preexistente de su maestro. Por ello, y no sólo por estas incertidumbres de atribución, es obra acerca de la cual es harto difícil emitir juicio.
El Réquiem de Mozart se ofrece como una superación de la materia pasional (indudablemente la contemplación de la muerte y la meditación de algunos misterios supremos de la fe) en una visión de serena belleza. El frecuente empleo del contrapunto y del estilo fugado (sobre todo en el "Kyrie" y en el "Quam olim Abrahae" del "Domine Jesu") significa para algunos críticos la inexorabilidad de la muerte; pero es también un mero tributo al estilo que era casi obligado por aquel tiempo en la música sacra.
Como aterrorizada visión del juicio, el Réquiem se presenta envuelto en una dulce resignación limpia de rebelión y de miedo. La instrumentación es singularmente sobria por la exclusión de las flautas, de los oboes, de los clarinetes comunes y de las trompas; en cambio, tienen en ella gran papel, además de la masa de los instrumentos de cuerda, los "corni di bassetto", especie de clarinetes más graves que los normales que agradaban mucho a Mozart. Los pasajes dramáticos y fuertes (esencialmente el "Dies irae" y el "Rex tremendae maiestatis") están indudablemente llenos de carácter y diligentemente expresados (es de notar el efecto de un lento trino vibrado sobre el "Quantus tremor est futurus"); pero no alcanzan la penetrante intimidad expresiva, la honda sinceridad de los pasajes en que se funde una melancolía dulcísima y fatigada: el "Recordare, Jesu pie" y el sublime "Lacrimosa".
Aquella característica del estilo mozartiano, la costumbre de una construcción del período melódico por preguntas y respuestas, halla en el empleo de los cuatro solistas (soprano, contralto, tenor y bajo) y del coro posibilidades sencillísimas y al mismo tiempo de gran efecto: destacan la separación del bajo de las demás voces (en el citado "Quantus tremor est futurus"), la continuada contraposición de "piano" y "forte" ("Ingemisco" en el "Recordare"), de "staccato" y "legato" (al principio del "Lacrimosa") o el breve despliegue melódico que florece en la afanosa carrera contrapuntística (por ejemplo, la celestial frase del soprano: "et semini eius" que conduce al final del "Ofertorio").
Ello establece una tensión que sería exagerado llamar dramática, pero que es el secreto del interés y de la consistencia del lenguaje mozartiano. Así el contrapunto, rítmicamente accidentado, del "Rex tremendae", podría parecer algo intencionado y artificioso si no encontrase su complemento en los tres últimos compases, en que las voces se funden quietamente concordes en la serena invocación: "salva me, fons pietatis". En el "Tuba mirum" las voces de los solistas florecen una tras otra (cada una enlazándose con la última nota de la precedente) como exquisitos arabescos de desnuda línea. Los grandes conjuntos corales adquieren orden, simetría y significado cuando las voces de las sopranos se mantienen firmes en el agudo ("luceat" y "Christe eleison" en el "Kyrie", "homo reus" en el "Lacrimosa").
Probablemente a la prudente redacción de Süssmayer se debe atribuir la brevedad, tal vez excesiva, de cada uno de los trozos (nótese que el "Réquiem", única parte que Mozart escribió por entero, es el más largo de todos): Mozart no era escritor conciso. Al contrario, especialmente en los años de su madurez, se entregaba a aquella "divina largura", a aquella complacencia en su propio discurso, a aquel abandono despreocupado, que se hallan a menudo en músicos de temperamento poético, como Schubert y Brahms. Tal vez a este incompleto desarrollo, más aún que a la uniformidad de colorido y a la convencional expresión de ciertos pasajes, se debe atribuir la vaga insatisfacción que en algunos momentos deja esta última obra maestra del gran músico de Salzburgo.
http://www.biografiasyvidas.com/monografia/mozart/requiem.htm
domingo, 28 de diciembre de 2014
La voz - Charles Baudelaire
Se encontraba mi cuna junto a la biblioteca,
Babel sombría, donde novela, ciencia, fábula,
Todo, ya polvo griego, ya ceniza latina
Se confundía. Yo era alto como un infolio.
Y dos voces me hablaban. Una, insidiosa y firme:
«La Tierra es un pastel colmado de dulzura;
Yo puedo (¡y tu placer jamás tendrá ya término!)
Forjarte un apetito de una grandeza igual.»
Y la otra: «¡Ven! ¡Oh ven! a viajar por los sueños,
lejos de lo posible y de lo conocido.»
Y ésta cantaba como el viento en las arenas,
Fantasma no se sabe de que parte surgido
Que acaricia el oído a la vez que lo espanta.
Yo te respondí: «¡Sí! ¡Dulce voz!» Desde entonces
Data lo que se puede denominar mi llaga
Y mi fatalidad. Detrás de los paneles
De la existencia inmensa, en el más negro abismo,
Veo, distintamente, los más extraños mundos
Y, víctima extasiada de mi clarividencia,
Arrastro en pos serpientes que mis talones muerden.
Y tras ese momento, igual que los profetas,
Con inmensa ternura amo el mar y el desierto;
Y sonrío en los duelos y en las fiestas sollozo
Y encuentro un gusto grato al más ácido vino;
Y los hechos, a veces, se me antojan patrañas
Y por mirar al cielo caigo en pozos profundos.
Más la voz me consuela, diciendo: «Son más bellos
los sueños de los locos que los del hombre sabio».
Se encontraba mi cuna junto a la biblioteca,
Babel sombría, donde novela, ciencia, fábula,
Todo, ya polvo griego, ya ceniza latina
Se confundía. Yo era alto como un infolio.
Y dos voces me hablaban. Una, insidiosa y firme:
«La Tierra es un pastel colmado de dulzura;
Yo puedo (¡y tu placer jamás tendrá ya término!)
Forjarte un apetito de una grandeza igual.»
Y la otra: «¡Ven! ¡Oh ven! a viajar por los sueños,
lejos de lo posible y de lo conocido.»
Y ésta cantaba como el viento en las arenas,
Fantasma no se sabe de que parte surgido
Que acaricia el oído a la vez que lo espanta.
Yo te respondí: «¡Sí! ¡Dulce voz!» Desde entonces
Data lo que se puede denominar mi llaga
Y mi fatalidad. Detrás de los paneles
De la existencia inmensa, en el más negro abismo,
Veo, distintamente, los más extraños mundos
Y, víctima extasiada de mi clarividencia,
Arrastro en pos serpientes que mis talones muerden.
Y tras ese momento, igual que los profetas,
Con inmensa ternura amo el mar y el desierto;
Y sonrío en los duelos y en las fiestas sollozo
Y encuentro un gusto grato al más ácido vino;
Y los hechos, a veces, se me antojan patrañas
Y por mirar al cielo caigo en pozos profundos.
Más la voz me consuela, diciendo: «Son más bellos
los sueños de los locos que los del hombre sabio».
Día de los Santos Inocentes, una tradición en desuso
De origen religioso y
adopción festiva, esta costumbre del 28 de diciembre pierde adeptos
Pensar en el Día de los
Santos Inocentes ahora tiene una connotación festiva, en la que entre conocidos
se juegan bromas de todo tipo cada 28 de diciembre, que concluye con la frase:
“Inocente palomita que te dejaste engañar”; sin embargo, ésta, que se considera
una de las tradiciones más divertidas de las fechas decembrinas y próximas a
decir adiós al año viejo, se remonta a la matanza de infantes que ordenó el rey
Herodes “El Grande” para evitar la llegada del Mesías. Aunque ésta también se
asocia a la visita que los Reyes Magos hicieron a Jesús (el 6 de enero),
según el pasaje bíblico.
Si bien los expertos consideran que las fechas han sido modificadas, la Iglesia Católica adoptó el 28 de diciembre para recordar a los Santos Inocentes muertos por la orden de Herodes.
Con el correr del tiempo la tradición fue adoptada por algunos medios de comunicación, que aprovechan el día para modificar el contenido de la información utilizando a personajes públicos que se convierten en el blanco de las bromas. Con la llegada de las redes sociales, éstas también se han convertido en una vía para dicho fin.
Armando Bogar Escobar, académico del Departamento de Estudios Mesoamericanos de la Universidad de Guadalajara (UdeG), explica que las condiciones actuales del país, ante los hechos violentos y la inseguridad, han provocado que las bromas sean mesuradas.
Cambios entre regiones y épocas
En el caso de nuestra región, la tradición vivió sus mejores momentos hasta antes de la década de los sesenta, según considera el escritor zacatecano Luis Sandoval Godoy, (Premio Emisario de Periodismo y tapatío por adopción), quien señala que esta costumbre se caracterizó “por una mezcla de ingenuidad y buena voluntad de la gente que pedía prestado prendas, para luego recordarle al prestador el famoso dicho de ‘inocente palomita’”.
En el mismo sentido, la investigadora Judith Rimoldi Rentería recuerda que en la Zona Norte de Jalisco, también se acostumbraba hacer bromas y a raíz de éstas se organizaba una convivencia en la que tanto los que pedían prestado como los dueños de las cosas se ponían de acuerdo en aportar lo necesario para un ameno encuentro.
Testigo de esta tradición es la señora Julia Madera Cabral, de 90 años cumplidos, quien recuerda una ocasión en que su padre, en la población zacatecana de Fresnillo, fue objeto de una broma en la que le pidieron como un supuesto préstamo unos importantes avíos de su talabartería y él tuvo que hacer una fiesta para recuperarlos.
También se vivió una época de celebración para los niños en la Catedral de Guadalajara. El académico del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Occidente (ITESO), Juan Real Ledezma, expresa que urge recuperar la Fiesta del Coro de Infantes de la Catedral tapatía, que una época pasada se realizaba con gran solemnidad, sobre todo cuando tal coro fue dirigido por el canónigo José Ruiz Medrano en el tiempo del cardenal José Garibi Rivera. La fiesta se realizaba precisamente en la fecha del Día de los Inocentes.
El docente itesiano refiere que en tal ocasión, además de la entrega de los regalos navideños a los niños cantores, se hacía una ceremonia especial en la que un infante dirigía el coro de la Catedral, lo que incluso motivaba que se le pusiera un banquito para que lo alcanzaran a ver los demás integrantes y la feligresía que asistía a la celebración.
Agrega que lamentablemente el arzobispo José Salazar desapareció el Coro de Infantes, mismo que fue restaurado bajo el mandato de su sucesor, Juan Jesús Posadas Ocampo, quien con el antecedente de haber sido canónigo en la Catedral de Morelia, supo apreciar el papel de este coro.
PARA SABER
Perfil
Enrique Díaz de León (Ojuelos 1893-Ciudad de México 1937). Fue por dos periodos rector de la Universidad de Guadalajara en la década de los años veinte del siglo pasado.
Episodio histórico
El origen
La fiesta religiosa del Día de los Inocentes se remonta a un fundamento bíblico del Evangelio de San Mateo (2,16) que narra un episodio en el que el rey Herodes El Grande ordena la matanza de unos niños en la ciudad de Belén, al informarse que según las profecías del pueblo israelí, en esta villa nacería el niño que posteriormente sería llamado Rey de Israel.
Hay quienes afirman que la matanza de los menores pudo ser algo muy explicable en lo que fue el estilo de gobierno de Herodes, que se caracterizó por un manejo del poder a sangre y fuego, lo que incluyó haber ordenado la muerte de una de sus esposas (tuvo 10 en total) y de tres de sus propios hijos en circunstancias ligadas a luchas políticas.
Este hecho se ha fundamentado en la tradición oral de las comunidades cristianas primitivas, dado que no está soportado por algún historiador del tiempo del nacimiento de Jesús de Nazaret.
La broma tapatía más célebre
“La muerte” de Enrique Díaz de León
En la sociedad tapatía, una de las bromas más famosas en torno al Día de los Inocentes fue la esquela publicada el 28 de diciembre de 1931 en el periódico local Las Noticias, donde se informó de la supuesta muerte del entonces rector de la Universidad de Guadalajara, Enrique Díaz de León.
Según documentación proporcionada por Judith Rimoldi Rentería, socia de número de la Benemérita Sociedad de Geografía y Estadística del Estado de Jalisco, dicha esquela fue retomada en el libro Narraciones Tapatías, del periodista Enrique Francisco Camarena, un colaborador del citado órgano informativo.
El dato curioso que acompañó a esta célebre vacilada fue que seis años más tarde, el 28 de diciembre de 1937, Enrique Díaz de León sí murió, a consecuencia de un padecimiento hepático crónico, cuando se desempeñaba en un cargo público (en un organismo educativo antecedente del actual Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología) y tenía su residencia en el Distrito Federal. Como ya había el antecedente de “inocentada” en Las Noticias hubo quienes dudaron del deceso.
La famosa esquela detalló que Díaz de León había muerto a causa de un ataque cardiaco y que ya se organizaban todas las honras fúnebres para despedir al líder universitario.
El texto de Camarena menciona que la noticia causó una gran conmoción en la sociedad tapatía de aquellos años, lo que trajo consigo la emisión de condolencias, entre ellas la del gobernador Juan de Dios del Castillo.
Desconcertado por el entorno generado, el funcionario universitario decidió irse a Chapala a una residencia y ahí duró un tiempo sin ver a nadie, hasta que bajó la intensidad de la noticia.
El autor hace constar en su libro que el periódico Las Noticias, una día después de la publicación de la esquela, publicó una nota aclaratoria en la que precisaba que se había tratado de una broma a propósito del 28 de diciembre y que se le deseaba al rector muchos años de vida.
Entre otros detalles informativos, relacionados con esta broma, el cronista comunicó que los ejemplares de Las Noticias tuvieron una gran demanda por el impacto social de la supuesta muerte del rector. Por cierto, en 1931 cada ejemplar del citado periódico tenía el precio de cinco centavos.
Alrededor del mundo
Diferentes fechas, misma esencia
Cada región tiene su propia manera de festejar un día como el de los Santos Inocentes. Por ejemplo, en los países anglosajones se celebra el 1 de abril con el nombre el Día de los tontos; en Portugal, se celebra el Día de las mentiras.
En Francia se acostumbra a pegar, al igual que el monigote español, el “Poisson d’Aprile” o “Pesce d’Aprile”, un pez que cuelga de la espalda en recuerdo de los peces inocentes que nacen el mes de abril. Mientras que en la India se celebra el Holi (Día de la Luna) y también se hacen bromas a la gente, lo típico es tirar sobre el mártir polvos de colores, y la festividad se realiza entre febrero y marzo.
Lo que es seguro es que en todas las culturas, todas las razas y en cualquier país siempre existe una tradición de reírse de la vida. “La palabra clave es la mercadotecnia, porque por ejemplo la Navidad o el Día de Reyes se siguen manteniendo, y creo también en el caso de los comerciantes, no han encontrado la manera de sacarle provecho y no le han dado tanta promoción”, destaca Armando Bogar Escobar, quien señala que el sigilo con el cual la Iglesia Católica maneja esta celebración radica en que no hay una fecha exacta sobre la matanza de los infantes y por ello no se hace mucho aspaviento de esta tradición, que celebran muchos católicos.
TESTIMONIOS
Inocentes palomitas
Autos en oferta
En el coto donde vivo, un señor puso sus tres carros a la venta en 20 mil pesos cada uno y eran de modelo reciente con la leyenda de que estaba en banca rota y se hizo una bola de gente en la calle peleándose por adquirirlos. El señor salió por la ventana a reírse a carcajadas de los inocentes, recuerdo que me dio muchísima risa.
Luis Alberto Mendoza.
Una boda singular
Me casé un 28 de diciembre de 1991, este año cumplo 20 años de casada, toda la gente pensó que porque me casaba en esa fecha era broma y terminaron yendo a mi boda menos de la mitad de la gente que invité. Pero a Dios gracias que me bendijo con un matrimonio admirable. Y sigue de amor, la llama.
Mercedes Carolina Sánchez Barba.
La revancha
Yo tenía una pizzería y un mecánico de las motos me pidió tres pizzas grandes y cuando se las di me dice: “inocente palomita que te dejaste engañar”. Me esperé un año y le llamo a su taller y le digo que a un amigo se le quedó un jetski en la laguna de Chapala y me había dicho mi amigo que le daba mil pesos por ir, más aparte lo que tuviera el jetski y como a las dos horas me llama de Chapala que no encontraba a mi amigo y le digo: “inocente palomita que te dejaste engañar, feliz Día de los Inocentes”. Después de ocho años de eso cada que nos acordamos nos reímos mucho.
Ramón Farías.
A trabajar
Hace como tres años, el día 28, me levanté como a las nueve de la mañana, cuando me acordé que era Día de los Inocentes fui al cuarto de mi hermana a hacerle una broma. La moví un poco para que se despertara y le pregunté si acaso no iba a ir a trabajar. La pobre se levantó corriendo, y ya cuando estaba arreglada para irse, mi mamá le preguntó a dónde iba, mi hermana le dijo que a trabajar y que ya se le había hecho tarde, en ese momento mi mamá le dijo que por qué si era domingo, entonces mi hermana vio que me estaba riendo y se acordó que era Día de los Inocentes.
Valeria Castillo Cervantes.
Un gran susto
La mejor broma que he hecho, pero también una de las peores para la persona que la recibió, fue para mi papá. Un Día de los Inocentes, un domingo a muy temprana hora, fui corriendo y agitado a su cuarto, y con voz de asustado le digo que se habían robado el coche. Él apresurado se levanta y corre a la calle, su sorpresa al llegar fue que estaba el coche y yo digo la frase célebre: “Inocente palomita que te dejaste engañar”, y no le dio risa porque se asustó, después de un rato ya le dio risa todo.
Christian Madrigal.
Tome nota
Bromas para este día
Tomar una moneda (la que quieras) y pegarla en el suelo con algún pegamento instantáneo, y quedarse a ver cómo intenta la gente tomar la moneda.
Fingir un embarazo.
Anunciar tu boda, aunque no tengas novio o novia.
Fingir un desmayo.
Llamar a algún familiar o amigo y anunciarle que acabas de ganar un premio económico.
Poner sal en la azucarera.
Si bien los expertos consideran que las fechas han sido modificadas, la Iglesia Católica adoptó el 28 de diciembre para recordar a los Santos Inocentes muertos por la orden de Herodes.
Con el correr del tiempo la tradición fue adoptada por algunos medios de comunicación, que aprovechan el día para modificar el contenido de la información utilizando a personajes públicos que se convierten en el blanco de las bromas. Con la llegada de las redes sociales, éstas también se han convertido en una vía para dicho fin.
Armando Bogar Escobar, académico del Departamento de Estudios Mesoamericanos de la Universidad de Guadalajara (UdeG), explica que las condiciones actuales del país, ante los hechos violentos y la inseguridad, han provocado que las bromas sean mesuradas.
Cambios entre regiones y épocas
En el caso de nuestra región, la tradición vivió sus mejores momentos hasta antes de la década de los sesenta, según considera el escritor zacatecano Luis Sandoval Godoy, (Premio Emisario de Periodismo y tapatío por adopción), quien señala que esta costumbre se caracterizó “por una mezcla de ingenuidad y buena voluntad de la gente que pedía prestado prendas, para luego recordarle al prestador el famoso dicho de ‘inocente palomita’”.
En el mismo sentido, la investigadora Judith Rimoldi Rentería recuerda que en la Zona Norte de Jalisco, también se acostumbraba hacer bromas y a raíz de éstas se organizaba una convivencia en la que tanto los que pedían prestado como los dueños de las cosas se ponían de acuerdo en aportar lo necesario para un ameno encuentro.
Testigo de esta tradición es la señora Julia Madera Cabral, de 90 años cumplidos, quien recuerda una ocasión en que su padre, en la población zacatecana de Fresnillo, fue objeto de una broma en la que le pidieron como un supuesto préstamo unos importantes avíos de su talabartería y él tuvo que hacer una fiesta para recuperarlos.
También se vivió una época de celebración para los niños en la Catedral de Guadalajara. El académico del Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Occidente (ITESO), Juan Real Ledezma, expresa que urge recuperar la Fiesta del Coro de Infantes de la Catedral tapatía, que una época pasada se realizaba con gran solemnidad, sobre todo cuando tal coro fue dirigido por el canónigo José Ruiz Medrano en el tiempo del cardenal José Garibi Rivera. La fiesta se realizaba precisamente en la fecha del Día de los Inocentes.
El docente itesiano refiere que en tal ocasión, además de la entrega de los regalos navideños a los niños cantores, se hacía una ceremonia especial en la que un infante dirigía el coro de la Catedral, lo que incluso motivaba que se le pusiera un banquito para que lo alcanzaran a ver los demás integrantes y la feligresía que asistía a la celebración.
Agrega que lamentablemente el arzobispo José Salazar desapareció el Coro de Infantes, mismo que fue restaurado bajo el mandato de su sucesor, Juan Jesús Posadas Ocampo, quien con el antecedente de haber sido canónigo en la Catedral de Morelia, supo apreciar el papel de este coro.
PARA SABER
Perfil
Enrique Díaz de León (Ojuelos 1893-Ciudad de México 1937). Fue por dos periodos rector de la Universidad de Guadalajara en la década de los años veinte del siglo pasado.
Episodio histórico
El origen
La fiesta religiosa del Día de los Inocentes se remonta a un fundamento bíblico del Evangelio de San Mateo (2,16) que narra un episodio en el que el rey Herodes El Grande ordena la matanza de unos niños en la ciudad de Belén, al informarse que según las profecías del pueblo israelí, en esta villa nacería el niño que posteriormente sería llamado Rey de Israel.
Hay quienes afirman que la matanza de los menores pudo ser algo muy explicable en lo que fue el estilo de gobierno de Herodes, que se caracterizó por un manejo del poder a sangre y fuego, lo que incluyó haber ordenado la muerte de una de sus esposas (tuvo 10 en total) y de tres de sus propios hijos en circunstancias ligadas a luchas políticas.
Este hecho se ha fundamentado en la tradición oral de las comunidades cristianas primitivas, dado que no está soportado por algún historiador del tiempo del nacimiento de Jesús de Nazaret.
La broma tapatía más célebre
“La muerte” de Enrique Díaz de León
En la sociedad tapatía, una de las bromas más famosas en torno al Día de los Inocentes fue la esquela publicada el 28 de diciembre de 1931 en el periódico local Las Noticias, donde se informó de la supuesta muerte del entonces rector de la Universidad de Guadalajara, Enrique Díaz de León.
Según documentación proporcionada por Judith Rimoldi Rentería, socia de número de la Benemérita Sociedad de Geografía y Estadística del Estado de Jalisco, dicha esquela fue retomada en el libro Narraciones Tapatías, del periodista Enrique Francisco Camarena, un colaborador del citado órgano informativo.
El dato curioso que acompañó a esta célebre vacilada fue que seis años más tarde, el 28 de diciembre de 1937, Enrique Díaz de León sí murió, a consecuencia de un padecimiento hepático crónico, cuando se desempeñaba en un cargo público (en un organismo educativo antecedente del actual Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología) y tenía su residencia en el Distrito Federal. Como ya había el antecedente de “inocentada” en Las Noticias hubo quienes dudaron del deceso.
La famosa esquela detalló que Díaz de León había muerto a causa de un ataque cardiaco y que ya se organizaban todas las honras fúnebres para despedir al líder universitario.
El texto de Camarena menciona que la noticia causó una gran conmoción en la sociedad tapatía de aquellos años, lo que trajo consigo la emisión de condolencias, entre ellas la del gobernador Juan de Dios del Castillo.
Desconcertado por el entorno generado, el funcionario universitario decidió irse a Chapala a una residencia y ahí duró un tiempo sin ver a nadie, hasta que bajó la intensidad de la noticia.
El autor hace constar en su libro que el periódico Las Noticias, una día después de la publicación de la esquela, publicó una nota aclaratoria en la que precisaba que se había tratado de una broma a propósito del 28 de diciembre y que se le deseaba al rector muchos años de vida.
Entre otros detalles informativos, relacionados con esta broma, el cronista comunicó que los ejemplares de Las Noticias tuvieron una gran demanda por el impacto social de la supuesta muerte del rector. Por cierto, en 1931 cada ejemplar del citado periódico tenía el precio de cinco centavos.
Alrededor del mundo
Diferentes fechas, misma esencia
Cada región tiene su propia manera de festejar un día como el de los Santos Inocentes. Por ejemplo, en los países anglosajones se celebra el 1 de abril con el nombre el Día de los tontos; en Portugal, se celebra el Día de las mentiras.
En Francia se acostumbra a pegar, al igual que el monigote español, el “Poisson d’Aprile” o “Pesce d’Aprile”, un pez que cuelga de la espalda en recuerdo de los peces inocentes que nacen el mes de abril. Mientras que en la India se celebra el Holi (Día de la Luna) y también se hacen bromas a la gente, lo típico es tirar sobre el mártir polvos de colores, y la festividad se realiza entre febrero y marzo.
Lo que es seguro es que en todas las culturas, todas las razas y en cualquier país siempre existe una tradición de reírse de la vida. “La palabra clave es la mercadotecnia, porque por ejemplo la Navidad o el Día de Reyes se siguen manteniendo, y creo también en el caso de los comerciantes, no han encontrado la manera de sacarle provecho y no le han dado tanta promoción”, destaca Armando Bogar Escobar, quien señala que el sigilo con el cual la Iglesia Católica maneja esta celebración radica en que no hay una fecha exacta sobre la matanza de los infantes y por ello no se hace mucho aspaviento de esta tradición, que celebran muchos católicos.
TESTIMONIOS
Inocentes palomitas
Autos en oferta
En el coto donde vivo, un señor puso sus tres carros a la venta en 20 mil pesos cada uno y eran de modelo reciente con la leyenda de que estaba en banca rota y se hizo una bola de gente en la calle peleándose por adquirirlos. El señor salió por la ventana a reírse a carcajadas de los inocentes, recuerdo que me dio muchísima risa.
Luis Alberto Mendoza.
Una boda singular
Me casé un 28 de diciembre de 1991, este año cumplo 20 años de casada, toda la gente pensó que porque me casaba en esa fecha era broma y terminaron yendo a mi boda menos de la mitad de la gente que invité. Pero a Dios gracias que me bendijo con un matrimonio admirable. Y sigue de amor, la llama.
Mercedes Carolina Sánchez Barba.
La revancha
Yo tenía una pizzería y un mecánico de las motos me pidió tres pizzas grandes y cuando se las di me dice: “inocente palomita que te dejaste engañar”. Me esperé un año y le llamo a su taller y le digo que a un amigo se le quedó un jetski en la laguna de Chapala y me había dicho mi amigo que le daba mil pesos por ir, más aparte lo que tuviera el jetski y como a las dos horas me llama de Chapala que no encontraba a mi amigo y le digo: “inocente palomita que te dejaste engañar, feliz Día de los Inocentes”. Después de ocho años de eso cada que nos acordamos nos reímos mucho.
Ramón Farías.
A trabajar
Hace como tres años, el día 28, me levanté como a las nueve de la mañana, cuando me acordé que era Día de los Inocentes fui al cuarto de mi hermana a hacerle una broma. La moví un poco para que se despertara y le pregunté si acaso no iba a ir a trabajar. La pobre se levantó corriendo, y ya cuando estaba arreglada para irse, mi mamá le preguntó a dónde iba, mi hermana le dijo que a trabajar y que ya se le había hecho tarde, en ese momento mi mamá le dijo que por qué si era domingo, entonces mi hermana vio que me estaba riendo y se acordó que era Día de los Inocentes.
Valeria Castillo Cervantes.
Un gran susto
La mejor broma que he hecho, pero también una de las peores para la persona que la recibió, fue para mi papá. Un Día de los Inocentes, un domingo a muy temprana hora, fui corriendo y agitado a su cuarto, y con voz de asustado le digo que se habían robado el coche. Él apresurado se levanta y corre a la calle, su sorpresa al llegar fue que estaba el coche y yo digo la frase célebre: “Inocente palomita que te dejaste engañar”, y no le dio risa porque se asustó, después de un rato ya le dio risa todo.
Christian Madrigal.
Tome nota
Bromas para este día
Tomar una moneda (la que quieras) y pegarla en el suelo con algún pegamento instantáneo, y quedarse a ver cómo intenta la gente tomar la moneda.
Fingir un embarazo.
Anunciar tu boda, aunque no tengas novio o novia.
Fingir un desmayo.
Llamar a algún familiar o amigo y anunciarle que acabas de ganar un premio económico.
Poner sal en la azucarera.
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