lunes, 1 de diciembre de 2014

Belerofonte

Belerofonte, hijo del rey de Corinto, Glauco era nieto de Sísifo.. Un homicidio cometido impremeditadamente forzó al joven a huir a Tirinto, donde reinaba Preto, el cual recibióle bondadosamente y le eximió de su culpa. Los inmortales habían dotado a Belerofonte de gentil figura y viriles virtudes, y una y otras encendieron en la esposa de Preto, Antea, un amor pecaminoso que la incitó a seducirle. Pero Belerofonte, joven de alma noble, negóse a ceder a sus solicitaciones, por lo que el amor de Antea se trocó en odio. Ideando una calumnia para perderle, presentóse a su marido y le dijo:
—Da muerte a Belerofonte, esposo mío, si no quieres tener tú un fin deshonroso, pues el pérfido me ha declarado su pecaminoso amor y me ha incitado a faltar a la lealtad que te debo.
Al oír esto el Rey, sintióse dominado por unos celos ciegos. Sin embargo había querido tanto al prudente mozo, que renunció horrorizado a la idea de matarle. Buscó, empero, el modo de perderle, a cuyo efecto envió al inocente a su suegro Yóbates, rey de Licia, con una tablilla que. a modo de carta de recomendación, debía entregar al Monarca a su llegada y que contenía ciertos signos por los cuales pedía a su pariente que mandase ejecutar al portador del mensaje. Sin recelo emprendió Belerofonte el viaje, pero los dioses providentes acogiéronle bajo su protección. Cuando, después de atravesar el mar, hubo llegado a Asia, a orillas del hermoso río Xanto, es decir, a tierras de Licia, presentóse al rey Yóbates. quien, príncipe de viejo cuño bondadoso y hospitalario, recibió al noble extranjero sin preguntarle quién era ni de dónde venía. Su apuesta figura y sus modales principescos le bastaron para persuadirle de que no albergaba a un huésped ordinario, honró al joven de mil maneras, daba todos los días una fiesta en su obsequio y cada mañana ofrecía a los dioses un toro en sacrificio.
Transcurrieron así nueve días, y sólo cuando la aurora del décimo mostrábase en el cielo, preguntó el Rey a su huésped su procedencia y sus propósitos. Comunicóle entonces Belerofonte que venía de parte de su yerno Preto y le entregó la tablilla. Al reconocer el rey Yóbates los signos de muerte, sintió terror en el fondo del alma, pues en él había nacido un gran afecto hacia el noble mozo. No obstante, le era imposible pensar que su yerno hubiese condenado al infeliz a la pena de muerte sin algún motivo muy poderoso; creyó, por lo tanto, que éste debía de haber cometido algún delito merecedor de tal pena; pero tampoco él pudo resolverse a quitar sin más la vida al hombre que llevaba tantos días siendo su huésped, y que con su conducta se había hecho acreedor a toda su estima. Así pensó en enviarle a empresas en las cuales forzosamente habría de sucumbir.
En primer lugar le confió la misión de dar muerte a la Quimera, monstruo que devastaba la Licia y que no era de constitución humana, sino divina. Habíanla engendrado el atroz Tifón y la gigantesca serpiente Equidna. Por la parte anterior era león, por la posterior un dragón y por el medio una cabra; de sus fauces salía fuego, un terrible hálito de fuego. Los mismos dioses se apiadaron del inocente muchacho al ver el peligro a que se exponía y así le enviaron, cuando caminaba en busca del monstruo, el inmortal caballo alado Pegaso, fruto de la unión de Posidón con Medusa. Pero, ¿cómo podría servirse de él? Jamás el divino corcel había llevado sobre sus lomos a un jinete mortal; no se dejaba coger ni domar. Fatigado de sus inútiles esfuerzos, el joven se había quedado dormido junto a la fuente de Pirene, donde encontrara al caballo. Apareciósele entonces en sueños su protectora Atenea: de pie, delante de él, un precioso freno adornado de oro en la mano, díjole:
—¿Cómo duermes, vastago de Éolo? Toma esta herramienta que doma los corceles; ofrece en sacrificio un hermoso toro a Posidón y utiliza el freno.
Tales fueron las palabras que el héroe creyó oir en sueños; después la diosa agitó su oscuro escudo y desapareció. El mozo despertóse y, levantándose de un brinco, tendió la mano para coger el freno. Y ¡oh milagro!, el freno que había sujetado en sueños, estaba real y verdaderamente en su mano.
Entonces Belerofonte buscó al adivino Pólido y le contó su visión y el prodigio que le había seguido. El adivino le aconsejó que cumpliese al punto las instrucciones de la diosa, sacrificase a Posidón el toro y elevase un altar a su protectora Atenea.
Efectuado ya todo ello, Belerofonte pudo capturar y domar sin dificultad al alígero caballo y, poniéndole el freno de oro, montó sobre él después de haberse cubierto con una férrea armadura. Entonces fue cuando, descendiendo disparado a través de los aires, dio muerte a la Quimera a flechazos.
A continuación Yóbates lo envió a pelear contra el pueblo de los solimos, belicosa raza que moraba en las fronteras de Licia; y cuando, contra lo que cabía esperar, hubo superado felizmente la durísima lucha, fue enviado de nuevo contra el ejército de las amazonas, un pueblo de mujeres guerreras. Como también de esta campaña regresara indemne y vencedor, el rey, deseoso de satisfacer de una vez el deseo de su yerno, preparóle una emboscada en la ruta de retorno, escogiendo al efecto a los hombres más valerosos de toda Licia. Pero ninguno de ellos regresó, pues Belerofonte dio muerte a todos los que le habían acometido, hasta el último.
Reconoció entonces el Rey que el huésped a quien albergara no era un criminal, sino un favorito de los dioses, y, en vez de seguir persiguiéndole, le retuvo en su reino, compartió con él el trono y le dio por esposa a su hermana hija Filónoe. Los licios le cedieron los mejores campos y plantaciones para que los cultivase, y su esposa le dio tres hijos, dos varones y una hembra.
Pero la felicidad de Belerofonte había llegado a su término. Su hijo mayor, Isandro, si bien creció hasta convertirse en un fornido héroe, cayó luchando contra los solimos. La hija, Laodamía, sucumbió a una flecha disparada por Ártemis, después que hubo dado a luz a un vastago de Zeus, el héroe Sarpedon. Sólo su hijo menor, Hipóloco, vivió y alcanzó una edad avanzada; fue famoso y a su vez envió a la guerra de los troyanos contra los griegos a su heroico hijo Glauco, a quien acompañó su primo Sarpedon, al frente de una magnífica hueste de licios, en ayuda de Troya.
En cuanto a Belerofonte, vuelto orgulloso por la posesión del inmortal corcel alado, quiso subirse al Olimpo y, aunque mortal, penetrar en la asamblea de los inmortales. Pero el mismo divino caballo se opuso a tan temeraria empresa y, encabritándose en pleno espacio, arrojó al suelo a su terrenal jinete. Cierto que Belerofonte se rehizo de la caída, pero, odiado desde aquel día por los celestiales y sintiendo vergüenza ante los humanos, anduvo errante y solitario, esquivando el encuentro con los hombres y fue extinguiéndose a lo largo de una vejez ignorada y pesarosa.

http://mitosyleyendascr.com/mitologia-griega/sisifo-y-belerofonte/

El mito de Belerofonte














ON YOUR SHORE  - Enya

Que extraño
Late mi corazón
Para encontrarme a tu lado
Que extraño
Aun lo siento
Cuando he perdido, se ha ido mi confort.

Ahora limpian las frías olas
Y vagan lejos mis sueños contigo
Entonces el tiempo es robado
Y no puedo abrazarte, estás muy lejos.

Y entonces
Aquí es donde debo estar
Días y noches hablando

Días y noches cayendo sobre mí
Lo sé
Un sueño que debería estar abrazando
Días y noches cayendo
Días y noches cayendo sobre mí

Horizontes de un azul suave
Llegan tan dentro de mis días de niñez
Como tú en aumento
Me traen mis caminos olvidados.

Que extraño
Late mi corazón para encontrarme de pie a tu lado.


La felicidad - Manuel Acuña

Un cielo azul de estrellas
brillando en la inmensidad;
un pájaro enamorado
cantando en el florestal;
por ambiente los aromas
del jardín y el azahar;
junto a nosotros el agua
brotando del manantial
nuestros corazones cerca,
nuestros labios mucho más,
tú levantándote al cielo
y yo siguiéndote allá,
ese es el amor mi vida,
¡Esa es la felicidad!…
Cruza con las mismas alas
los mundos de lo ideal;
apurar todos los goces,
y todo el bien apurar;
de lo sueños y la dicha
volver a la realidad,
despertando entre las flores
de un césped primaveral;
los dos mirándonos mucho,
los dos besándonos más,
ese es el amor, mi vida,
¡Esa es la felicidad…!


Mozart Concierto para tres pianos

El concierto para 3 pianos de Wolfgang Amadeus Mozart del catálogo K. (Köchel-Verzeichnis) 242 es una interesante obra para tres pianos y orquesta. Fue compuesto en el año 1776 y responde a la identificación del concierto número 7 en Fa Mayor.

Recordemos que Mozart compuso esta obra por encargo de la condesa María Antonia Lodron y sus hermanas, motivo por el cual a veces se identifica a esta pieza como el “Concierto Lodron”.

Consta de tres movimientos:
1. Allegro.
2. Adagio.
3. Rondó: Tempo di Menuetto.

Girdlestone, en su obra Mozart and his Piano Concertos, describe el concierto y compara uno de los temas del movimiento lento con temas similares que aparecen en conciertos posteriores —especialmente el n.º 25, KV 503— en formas más desarrolladas.

http://www.pianored.com/musica/2007/04/10/concierto-3-pianos-mozart/


Misa en si menor - Bach

La Misa en si menor, BWV 232 es una pieza sacra escrita por el compositor barroco alemán Johann Sebastian Bach. En el legado de C.P.E. Bach aparece como «Gran Misa Católica».

Según los investigadores, buena parte de sus 25 piezas son «parodias» (en el sentido antiguo aplicado a este término, se refiere a un material original del propio autor reutilizado en una obra nueva).

La cronología de la misma no está muy clara, pero ciertos estudiosos proponen el año 1724 para la terminación del «Sanctus» como obra independiente, 1733 para la composición de la «Misa» (que constaría del «Kyrie» y «Gloria») y hacia1748 composición del «Symbolum Nicenum» (Credo); desde ese año continuó la ampliación de la obra con la escritura del «Sanctus», composición y escritura de los restantes movimientos desde «Hosanna» hasta el «Dona nobis pacem» y encuadernación conjunta de todas las partituras.

En los últimos años de su vida, Bach amplió los movimientos que había escrito hasta completar la misa.

En la lectura del testamento de Bach, el manuscrito original fue a parar a manos de C. P. Emanuel Bach y adquirido más tarde por Nägeli. La primera interpretación pública tuvo lugar en 1834/1835 por la Berliner Singakademie dirigida por Rundhagen; el primer proyecto de edición data de 1816 por parte del editor Wesley.

Wikipedia


Bienvenida – Mario Benedetti

Se me ocurre que vas a llegar distinta
no exactamente más linda
ni más fuerte
ni más dócil
ni más cauta
tan solo que vas a llegar distinta
como si esta temporada de no verme
te hubiera sorprendido a vos también
quizá porque sabes
cómo te pienso y te enumero

después de todo la nostalgia existe
aunque no lloremos en los andenes fantasmales
ni sobre las almohadas de candor
ni bajo el cielo opaco

yo nostalgio
tu nostalgias
y cómo me revienta que él nostalgie

tu rostro es la vanguardia
tal vez llega primero
porque lo pinto en las paredes
con trazos invisibles y seguros

no olvides que tu rostro
me mira como pueblo
sonríe y rabia y canta
como pueblo
y eso te da una lumbre
inapagable
ahora no tengo dudas
vas a llegar distinta y con señales
con nuevas
con hondura
con franqueza

sé que voy a quererte sin preguntas
sé que vas a quererme sin respuestas.


Canciones con historia: My Immortal - Evanescence

Amy Lynn Lee Hartzler, más conocida como Amy Lee, es una cantante lírica y pianista estadounidense con registro mezzosoprano nacida en 1981. En 1995, aún siendo adolecente, junto a la creatividad y la guitarra de Ben Moody, fundan la banda que dejará una huella dentro del heavy metal, metal sinfónico y metal gótico; Evanescence.

Amy y Ben se conocieron en un campamento escolar y al principio fue todo genialidad y admiración, luego bebieron las mieles del amor para al final, hacer lo que la mayoría hace; ¿Cómo terminan la mayoría de los divorcios? A los hachazos.

Él la escucho por primera vez tocar en el piano “I’d Do Anything for Love (But I Won’t Do That)” de Meat Loaf y quedó encantado. Al poco tiempo ya con un promedio de 14 años, estaban ensayando juntos y tocando en cafés y otros lugares públicos. Ben Moody nació en el mismo año que Amy, también es de la misma ciudad Arkansas, es escritor y multiinstrumentista (Habilidades sumamente requeridas para quienes desean formar una banda). El primer tema que compusieron junto se llamó “Solitude”, pero antes de darse a conocer debería elegir un nombre artístico. Para ello tomaron un diccionario y eligieron nombre. Cuentan que ambos estuvieron de acuerdo con el nombre Evanescence; que significa en castellano, “Desaparición como vapor”. Amy y Ben fueron mucho más que amigos, compositores y compañeros de música. Sin embargo, como ocurre casi siempre en las parejas artísticas, el terreno individual suele ser el eje de los conflictos y estos se trasladan al plano profesionales y la convivencia personal.

El estilo música que definió Evanescence es el que ya todos conocen, rock metal alternativo, sinfónico y gótico. Sin embargo Ben Moody, que es tan bueno como Amy en la música y componiendo, tiene otra inclinación musical y es hacia el género pop. Esto lo llevaría a sufrir serias crisis de convivencia, incluso a retirarse de la agrupación en el 2003, dejándole a Amy los hilos y el liderazgo de la banda. Desconocemos otros detalles de esta separación, por lo cual nos quedaremos sin saber que pidió Ben Moody en su separación y si aún sigue recibiendo en la actualidad beneficios por Evanescence.

Luego de la partida de Ben en el 2003, Amy arrancó una restructuración de los temas musicales de Evanescence, reemplazando rápidamente la guitarra de su ex – pareja y eliminando todo rastro anterior. Ben se dedicaría de allí en más a ofrecer sus servicios creativos y musicales a otros artistas como Avril Lavigne,Jason C. Miller, David Hodges, etc.
Pero en las giras de Evanescence, la bella gigante Amy, contrariada y a desganos debe interpretar una de las canciones más emblemáticas del grupo, nos referimos a “My Immortal”. Este es uno de los temas que junto a “Bring Me to Life” fueron el éxito en el 2002, al haberse utilizado en la película Daredevil.

“My Immortal” fue escrita íntegramente por Ben Mody y cuenta una historia relacionada con sus abuelos, y Amy lo ha manifestado en diversas ocasiones que no se identifica para nada con esa canción. De todas formas, los fans de la banda tal vez por revancha de perder a Ben o por morbo, “My Immortal” no dejan de pedirlo en cada presentación de Amy y la banda. Para colmos, en la entrega anual № 47 de los premios Grammy, la canción fue nominada al premio Mejor Interpretación Pop de Grupo o Solista.

Actualmente, Amy Lee está trabajando en su próximo proyecto Evanescence, mientras Ben Moody es miembro fundador de la banda hard rock We Are The Fallen.

http://www.elreporte.com.uy/la-historia-de-amy-y-ben/