viernes, 24 de octubre de 2014

Nefertiti: la señora de Amarna.

En el año 5 de su reinado, el faraón Amenhotep IV y su bella esposa Nefertiti, la Gran Esposa Real, emprendieron un largo viaje desde la capital del país, Tebas, situada en el Alto Egipto. A bordo de las barcazas reales, el monarca y su corte descendieron por el río Nilo, a lo largo de unos 225 kilómetros, hasta llegar a la actual localidad de Tell el-Amarna, conocida también con el nombre de Amarna. Desde allí vieron cómo la cordillera arábiga dibujaba el signo jeroglífico del horizonte. El faraón interpretó esa visión como un mensaje divino: «Fue mi padre Atón quien me aconsejó este lugar para que hiciera para él el Horizonte del Sol». En efecto, aquel debía ser el emplazamiento de una nueva ciudad fundada por el rey en honor de su nuevo dios, Atón, el disco solar, y le dio el nombre de Akhetatón, es decir, el Horizonte de Atón.
La comitiva real desembarcó donde poco después se alzaría el llamado Pequeño Templo. Amenhotep dejó constancia de la exaltación del momento en los textos de los primeros monumentos, unas estelas que rodearon el espacio elegido. La descripción compara la llegada del faraón con la salida del Sol: «Su Majestad apareció en su gran carro de electro como Atón cuando se eleva en su horizonte y llena la tierra con su amor». La narración crea un clímax de admiración hacia el dios Atón y de entusiasmo hacia la nueva capital, conforme el rey indica dónde deben ubicarse los edificios oficiales.
El faraón puso especial empeño en destacar el papel de su esposa en la fundación de Amarna. Es así como dedica a la Gran Esposa Real una Sombra de Re –nombre que se daba a capillas para el culto solar dotadas de talleres, tierras y siervos–, y menciona el palacio donde vivirá la reina y la tumba real donde será enterrada. Además, en otro texto reconoce de forma indirecta que Nefertiti era su consejera habitual y participaba en sus decisiones: «Si la Gran Esposa Real me dice “mira, hay un bello lugar para el Horizonte del Sol en otro sitio” no la escucharé»; lo que significaba que el faraón raramente ignoraba sus consejos. Más curiosa es otra proclama del rey: «He hecho el Horizonte del Sol como una finca para mi padre Atón y para que perdure como perteneciente a mi nombre o al nombre de la Gran Esposa Real Neferneferuatón Nefertiti». Akhenatón iguala así la perennidad de su propia memoria como constructor del Horizonte del Sol con la de la reina.

Egipto estrena capital
Comenzaba la andadura de Amarna como nueva capital de Egipto. Desde el principio de su reinado, Amenhotep IV se había propuesto imponer como dios principal del país al considerado tradicionalmente como creador universal, el Sol, bajo su advocación de Atón. En Tebas, la capital tradicional del reino, el poderoso clero de Amón y la prepotente nobleza del momento habían mostrado un rechazo frontal a esa reforma, que suponía el fin de las estatuas y representaciones en forma humana de las distintas divinidades, dejando únicamente a Atón. Para sortear esa oposición, el todavía Amenhotep decidió trasladar la corte a un desierto deshabitado. El faraón también decidió cambiar su propio nombre, adoptando el de Akhenatón, «espíritu viviente de Atón».
A lo largo de tres años, el trabajo de construcción de Amarna en la llanura desértica debió de ser tan febril como efectivo. Planificar y levantar templos, palacios y edificios oficiales en tan poco tiempo suponía una obra gigantesca, y exigía una organización perfecta para los trabajos de excavación, el transporte de las piedras y la fabricación y obtención de otros materiales, así como una mano de obra extensa, experta y rápida. Gracias a ello, en el año 8 de su reinado Akhenatón y Nefertiti formalizaron el traslado de su corte a la nueva capital.
A partir de entonces, los soberanos, y sobre todo la reina, se convirtieron en los grandes protagonistas de la vida de Amarna. Audiencias en palacio, procesiones públicas y celebraciones religiosas jalonaban el calendario de la capital, según quedó representado en la decoración de numerosas tumbas de nobles egipcios que se conservan en las montañas que rodean la ciudad. En estos actos públicos tenía especial importancia la Calzada Real, una gran vía procesional que cruzaba la ciudad de norte a sur, flanqueada por los templos y los edificios oficiales. El paso de los carros reales a lo largo de esta avenida asombraría al pueblo con escenas inéditas: unas veces los reyes se besaban en público, mientras que en otras ocasiones era Nefertiti la que conducía su propio carro, algo nunca visto en otras reinas.

La señora de Amarna
Nefertiti se revistió de títulos que reflejan el excepcional relieve de su figura. Por ejemplo, en los jeroglíficos de una columna del Gran Palacio se le adjudica el título de Señora de las Dos Tierras, sin que esté precedido por el de Gran Esposa Real, lo que la convierte en la única reina egipcia que se declaró Señora de Egipto sin apoyo de su esposo. Por otro lado, en un relieve de la cabina del barco de la reina, ésta adopta la postura faraónica de aplastar la cabeza de una prisionera con la maza ritual, otra escena típica de las representaciones de los faraones egipcios.
Otras imágenes de Amarna permiten atisbar la intensa vida familiar de Akhenatón y Nefertiti, que mostraban sin tapujos su cariño por sus hijas. Las estelas con estas tiernas escenas, conservadas en El Cairo y Berlín, son un soplo de aire fresco en la rígida iconografía faraónica. Lo mismo ocurre con la pintura encontrada por Flinders Petrie en las habitaciones privadas de la Casa del Rey de Amarna, considerada la oficina del faraón. La delicadeza y serenidad de la escena pone de relieve el cariño de una familia que goza de su intimidad.
La residencia real en Amarna se localizaba en el palacio de la Ribera Norte, límite norte del enclave. En el resto de la planicie se extendía una ciudad abierta a todos los pueblos, a todas las razas y a todas las clases sociales: prósperos comerciantes y artesanos, gentes modestas que se hacinaban en los huecos dejados entre las grandes casas de la élite, o extranjeros que se asimilaron a la cultura egipcia como súbditos del faraón. Por sus populosas calles circulaban los príncipes de los pueblos vasallos que acudían a Egipto a educarse y los séquitos de los embajadores extranjeros que traían alguna misiva de sus reyes; cada cual con su propio atuendo, formando una población variopinta llena de color.

De la gloria al olvido
A pesar del gran protagonismo de la reina en la historia de Amarna, ella misma debió de ser consciente de la dificultad de asentar los nuevos principios religiosos en la mente de sus súbditos en tan poco tiempo. Es quizá significativo que en el caso de las dos hijas pequeñas de Nefertiti –Neferura y Setepenra–se sustituyera el nombre de Atón por el de Re. ¿Se daría cuenta la reina de la nefasta acogida de los cambios iniciados? Para colmo de males, la situación política internacional empeoró notablemente para Egipto, los príncipes vasallos se peleaban entre sí y el rey hitita Shuppiluliuma se apoderó de las colonias egipcias en Siria.
En el año 12 del reinado de Akhenatón se celebró un gran festival para la recepción de tributos, seguramente para conmemorar una victoria sobre Nubia. Conocemos los detalles gracias a que fue representado, con la solemnidad y viveza propias del arte de Amarna, en la decoración de las tumbas de dos nobles: Huya y Meryre II. Poco después murió Meketatón, la segunda hija de los reyes. Fue enterrada en una sala de la tumba real de Amarna, donde se muestra el desconsuelo de sus padres y hermanas. Ésa es también una de las últimas apariciones de la reina en los textos de la época.
A partir del año 14 se pierde el rastro de Nefertiti. Tal vez murió en los primeros años del reinado de Tutankhatón, cuando éste ya había cambiado su nombre por el de Tutankhamón y había abandonado Amarna y, con ello, la religión atoniana que Nefertiti y su esposo habían intentado hacer triunfar.

http://www.nationalgeographic.com.es/articulo/historia/grandes_reportajes/7951/nefertiti.html

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Nuevas evidencias determinan que Nefertiti fue la madre de Tutankamón

Posiblemente sea la momia de un faraón más conocida de la Historia y todo gracias a la leyenda que se extendió acerca de la supuesta maldición que cayó sobre aquellos que participaron en el descubrimiento de su tumba en 1922.

El faraón y posterior momia de Tutankamón han proporcionado miles de horas a documentales, series, filmes y a centenares de obras literarias y estudios escritos alrededor de uno de los personajes que más han fascinado del Antiguo Egipto.
Desde que, el 4 de noviembre de 1922, el arqueólogo y egiptólogo británico Howard Carter descubriese junto a su equipo la tumba de Tutankamón en el Valle de los Reyes, mucho se ha estado especulando a lo largo de estos noventa años sobre la identidad de los progenitores del que fuera faraón de la Dinastía XVIII de Egipto entre los años 1335 y 1325 a.C.
Varios fueron los posibles padres que se le atribuyeron, siendo finalmente la hipótesis más aceptada por la mayoría de expertos, tras realizarse múltiples estudios antropológicos, que la paternidad le correspondía a Akenatón, famoso entre otras muchas cosas por haber sido el instaurador delmonoteísmo en Egipto (creencia en la existencia de un solo Dios, en este caso la deidad solar Atón).
Pero lo más complicado y en lo que más se ha especulado es sobre quién podría haber sido la madre del famoso, aunque breve, faraón.

Tutankamón ocupó el trono el corto periodo de nueve años, ya que falleció a los 19 años de edad a causa de la malaria (según indicaban los resultados de los estudios de ADN realizados en 2010). Una de las particularidades de este joven faraón fueron las múltiples malformaciones físicas que padecía (tenía un pie deforme, leve paladar hendido y una ligera escoliosis), lo cual era debido a ser fruto de una relación incestuosa (muy común en la época).
Ello hacía creer que la madre debía tener un vínculo familiar directo con Akenatón, por lo que se descartó a su esposa Nefertiti (con la que tuvo seis hijas) y se señaló a una de sus cinco hermanas; siendo Kiya la que más se señaló como identidad materna del famoso faraón.
Una reciente publicación en el boletín de la Universidad de Harvard ha desvelado las conclusiones a las que ha llegado Marc Gabolde, egiptólogo de origen francés y especialista en la XVIII Dinastía, quien ha dirigido una expedición arqueológica respaldada por la Universidad Paul Valery-Montpellier III.
Según los resultados y conclusiones de las investigaciones realizadas por Gabolde junto a su equipo, la hipótesis inicial que se sostuvo de que Nefertiti era la madre de Tuntakamón vuelve a recobrar fuerza, ya que ésta era prima hermana de su esposo Akenatón, por lo que el vínculo familiar directo que aparecía en el ADN del joven faraón y que hacía sospechar que el parentesco entre el padre y la madre era directo venía determinado por las tres generaciones sucesivas de matrimonios entre primos hermanos que se habían realizado en la familia, haciendo creer erróneamente que esa cercanía genética se debía a una relación entre hermanos.

Tal y como indicaba al inicio de este post, una leyenda sobre la maldición de la momia de Tutankamón se extendió a lo largo de todos estos años, creyendo multitud de personas que aquellos que participaron en la expedición encabezada por Howard Carter fueron perseguidos por extrañas fuerzas del más allá y muriendo misteriosamente.
Todo parece indicar que, en realidad, esas misteriosas muertes fueron provocadas tras inhalar el aire enclaustrado en la criptaen el que se encontraba la tumba, el cual albergaba hongos microscópicos que fueron los que realmente les hizo enfermar y fallecer posteriormente.

https://es.noticias.yahoo.com/blogs/cuaderno-de-historias/nuevas-evidencias-determinan-que-nefertiti-fue-la-madre-150314366.html

NEFERTITI - PELICULA COMPLETA EN ESPAÑOL
https://www.youtube.com/watch?v=RKIfXrtfypY




Yesterday - The Beatles

Ayer todos mis problemas parecían tan lejos 
ahora es como si estuvieran aquí para quedarse
oh, creo en el ayer
De pronto, 
no soy ni la mitad del hombre que solía ser
hay una sombra que se cierne sobre mí 
oh, de pronto llegó el ayer
¿Por qué tuvo que irse?, 
no lo sé no me lo dijo 
dije algo que no debía 
ahora anhelo el ayer
Ayer el amor era un juego tan fácil 
ahora necesito un lugar donde esconderme 
oh, creo en él ayer
¿Por qué tuvo que irse?, 
no lo sé no me lo dijo 
yo dije algo que no debía 
ahora anhelo el ayer
Ayer el amor era un juego tan fácil 
ahora necesito un lugar donde esconderme 
oh, creo en el ayer.







 ' LA COSA MÁS BELLA' Eros Ramazzotti




Como comenzamos, yo no lo se 
la historia que no tiene fin 
ni como llegaste a ser la mujer 
que toda la vida pedí 

Contigo hace falta pasión 
y un toque de poesía 
y sabiduría, pues yo 
trabajo con fantasías 

Recuerdas el día que te cante? 
fue un súbito escalofrió 
por si no lo sabes te lo diré 
yo nunca deje de sentirlo 

Contigo hace falta pasión 
no debe fallar jamás 
también maestría, pues yo 
trabajo con el corazón 

Cantar al amor ya no bastara 
es poco para mi 
si quiero decirte que nunca habrá 

CORO 

Cosa mas bella que tu 
cosa mas linda que tu 
única como eres 
inmensa cuando quieres 
gracias por existir 

Como comenzamos yo no lo se 
la historia que toca a su fin 
que es ese misterio que no se fue 
lo llevo aquí dentro de mí 

Serán los recuerdos que no 
no dejan pasar la edad 
serán las palabras pues yo 
sabrás, mi trabajo es la voz 
Cantar con amor ya no bastara 
es poco para mí 

si quiero decirte que nunca habrá 
cosa más bella que tu 
cosa mas linda que tu 
única como eres 
inmensa cuando quieres 
gracias por existir 

Cosa más bella que tu 
cosa mas linda que tu 
única como eres 
dime hasta cuando quieres.. 
...gracias por existir


ODA AL TOMATE – PABLO NERUDA

La calle
se llenó de tomates,
mediodía,
verano,
la luz
se parte
en dos
mitades
de tomate,
corre
por las calles
el jugo.
En diciembre
se desata
el tomate,
invade
las cocinas,
entra por los almuerzos,
se sienta
reposado
en los aparadores,
entre los vasos,
las mantequilleras,
los saleros azules.
Tiene
luz propia,
majestad benigna.
Debemos, por desgracia,
asesinarlo:
se hunde
el cuchillo
en su pulpa viviente,
es una roja
víscera,
un sol
fresco,
profundo,
inagotable,
llena las ensaladas
de Chile,
se casa alegremente
con la clara cebolla,
y para celebrarlo
se deja
caer
aceite,
hijo
esencial del olivo,
sobre sus hemisferios entreabiertos,
agrega
la pimienta
su fragancia,
la sal su magnetismo:
son las bodas
del día,
el perejil
levanta
banderines,
las papas
hierven vigorosamente,
el asado
golpea
con su aroma
en la puerta,
es hora!
vamos!
y sobre
la mesa, en la cintura
del verano,
el tomate,
astro de tierra,
estrella
repetida
y fecunda,
nos muestra
sus circunvoluciones,
sus canales,
la insigne plenitud
y la abundancia
sin hueso,
sin coraza,
sin escamas ni espinas,
nos entrega
el regalo
de su color fogoso
y la totalidad de su frescura.


Camille Saint-Saëns

Revelando una precocidad mozartiana como pianista y compositor, Camille Saint-Saëns fue un niño prodigio, de familia humilde, que durante su carrera estudió con varios maestros. Intentó ganar el Prix de Rome dos veces y fracasó. Estudió composición con Halévy y ganó un premio con su Oda a Santa Cecilia. Acudieron a sus conciertos de órgano en la iglesia de la Madelaine personajes de la talla de Clara Schumann, Pablo de Sarasate o Antón Rubinstein. También fue concertista y realizó prolongadas giras en las que ejecutaba sus propios conciertos de piano e incluso dirigía sus propias obras para orquesta.

Saint-Saëns nació el 9 de octubre de 1835 en París. Fue organista en Madeleine desde 1857 a 1875 y profesor en la Ecole Niedermeyer entre 1861 y 1865, donde Fauré estuvo entre sus alumnos favoritos. Teniendo solamente estos cargos profesionales, realizó una variedad de otras actividades, organizando conciertos donde estrenó muchos poemas sinfónicos de Liszt, reviviendo el interés por la música antigua (sobretodo la de Bach, Haendel y Rameau), escribiendo sobre temas musicales, científicos e históricos, viajando a menudo y ampliamente por Europa, Africa y Sudamérica, y componiendo prolíficamente. Y en su deseo por promover la nueva música francesa cofundó la Société Nationale de Musique en 1871.

Saint-Saëns era un virtuoso pianista, notable intérprete de Mozart y apreciado por la pureza y gracia de su ejecución. Las características francesas de su estilo musical conservador (proporciones, claridad, elegancia, etc.) aparecen en sus mejores composiciones, como por ejemplo las sonatas de tipo clásico (sobretodo la primera para violín y la primera para cello), la música de cámara (Cuarteto con piano Op.41), sinfonías (N°3, la Sinfonía "con órgano" de 1886) y conciertos (Nº 4 para piano y Nº 3 para violín).

También escribió obras dramáticas, descriptivas y exóticas, como los cuatro poemas sinfónicos cuyo estilo fue influido por Liszt y emplean la transformación temática. Y las óperas, de las cuales solamente Sansón y Dalila (1877), con sus estructuras sonoras, declamación clara y conmovedoras escenas, se ha mantenido en el escenario internacional. El Carnaval de los Animales (1886) es una curiosidad y él mismo prohibió su interpretación mientras vivió, con excepción de El Cisne. Desde mediados de la década de 1890, Saint-Saëns adoptó un estilo más austero, enfatizando el aspecto clásico de su estética, la que, quizá mucho más que la misma música, influenció a Fauré y a Ravel.

Falleció el 16 de diciembre de 1921 en Argelia.


http://www.hagaselamusica.com/clasica-y-opera/compositores/camille-saint-sa-ns/





Las nuevas formas musicales del Barroco

En música, el Barroco señaló un período de gran desarrollo del arte vocal e instrumental, de obtención de armonías más complejas y mayor profundidad de las formas y el sentimiento. Los reyes, los príncipes, los duques y otros miembros de la nobleza trataban de superarse unos a otros por la pompa y la exhibición. La música había progresado mucho a partir de los cantos y las baladas.

El principal estilo era el "contrapunto" es decir, el uso de dos o más melodías independientes que se combinaban para producir la armonía. En el Barroco, nacieron las formas musicales que conocemos hoy:

La Cantata, una obra corta para voces solistas, coro e instrumentos, con un tema secular o religioso, era muy popular. Bach escribió una Cantata del café (1732), para celebrar la afición cada vez más acentuada a lo que era entonces una bebida nueva en Europa. Mozart compuso una cantata masónica, de la cual un aria (solista) se convirtió en el himno nacional austriaco después de la Primera Guerra Mundial.

El Oratorio, más largo, también para solista, coro y orquesta, tenía un texto rigurosamente bíblico; se originó en 1600 en Roma, un año antes de la producción de la primera ópera en Florencia. El padre espiritual del oratorio fue Filippo Neri (1515-1595), que inauguró sus servicios combinando las piezas sacras y los coros para la educación y el esclarecimiento de la juventud. Este fue el momento decisivo para la Reforma, en que la poderosa Iglesia Católica desafió al protestantismo. En premio a sus esfuerzos Neri fue beatificado y más tarde canonizado; fue el único músico de la historia convertido en santo.

Los oratorios más famosos fueron compuestos por George Frideric Handel (1685-1759), contemporáneo alemán de Bach, que se instaló en Inglaterra y que será recordado siempre por su obra maestra, El Mesías, cantada por innumerables coros en todo el mundo cuando llega la temporada navideña.

Hacia el fin del siglo XVI un grupo de hombres cultos pertenecientes a la ciencia, la literatura y la música, entre ellos Vincenzo Galilei, padre del astrónomo que inventó el telescopio, se reunió en Florencia para analizar el futuro de las artes. Se autodenominaron "camerata" —literalmente, una pequeña cámara. Del deseo de estos hombres de revivir la sencillez de la música griega provino el comienzo del "dramma per música", es decir, drama mediante la música, o en otras palabras, la "opera".

Claudio Monteverdi (1567-1643), el primer gran compositor de ópera, utilizó la orquesta para obtener efectos dramáticos en lugar de utilizar a los músicos sólo como acompañantes de los cantantes. Su obra La favola d'Orfeo es una de las óperas más antiguas, todavía ejecutada en algunas ocasiones.

Toda esta clase de música, por supuesto, estaba destinada rigurosamente a la nobleza. La burguesía aún no existía y el campesinado escuchaba solamente canciones populares y danzas transmitidas de generación en generación por los hijos de aquellos cantantes vagabundos que aún tocaban sus laúdes.

Con el siglo XVII llegaron nuevas formas instrumentales. La más importante fue la Sonata, consistente en cuatro partes o "movimientos" de tempos o ritmos contrastantes. Aunque el compositor italiano Domenico Scarlatti (1683-1757) compuso más de seiscientas sonatas, las ochenta y dos sonatas de Franz Joseph Haydn (1732-1809) definieron la forma clásica. Como la sonata es la precursora de la Sinfonía, estos trabajos determinaron que Haydn recibiese el triple título de "Padre de la Sonata, la Sinfonía y el Cuarteto de Cuerdas."
Otra forma que surgió por esta época fue el tema con variaciones, que utiliza una sencilla melodía sobre cuya base los músicos y compositores producen libremente complicadas improvisaciones.

La Passacaglia, una forma de danza española, se convirtió en una importante pieza de teclado, que incluye una progresión de acordes graves que se elevan hasta alcanzar una sugestiva culminación.

Los Preludios fueron inicialmente piezas breves ejecutadas antes dé las piezas más largas para piano u órgano. Johann Sebastian Bach (1685-1750) compuso cuarenta y ocho preludios y fugas apareados, que incluyen su obra maestra, "El clave bien temperado" (1722). Hacia el siglo XIX el preludio ya no se utilizaba como "preámbulo". Chopin, Debussy y Rachmaninov, entre otros, elevaron esta pequeña forma a un nivel de gran belleza.

La Tocata, conocida por su tempo rápido y su ritmo regular, es otro tipo de composición para teclado que destaca la brillantez técnica de un ejecutante.

Las Fantasías o "vuelos de la fantasía", fueron los tipos de composición más libre, con varios temas agrupados sin una forma dada. Walt Disney eligió esta denominación como título de su filme de 1940, que ilustró memorablemente varias de las piezas de los grandes clásicos.

Una de las composiciones más importantes creadas durante el período barroco fue la Suite, un conjunto de cuatro danzas. Estaba formada al principio por piezas cortesanas como las "allemandes", las "courantes", las "sarabandes" y las "gigues"; pero a menudo se agregaban formas opcionales como las "galliards", los "minuets" y las "gavottes".

Bach, Handel y otros compositores barrocos se ajustaron al estilo contrapuntístico. Hacia el siglo XIX las suites se habían convertido en Música de programa, lo cual significa que los movimientos responden a una historia, un estado de ánimo o una idea. Este concepto incluye arreglos musicales extraídos de las óperas o los ballets. Chaikovski concibió suites a partir de sus ballets, El lago de los cisnes, La bella durmiente y Cascanueces. Edvard Grieg (1843-1907) compuso dos Suites de Peer Gynt sobre la base de su música incidental para la pieza folclórica noruega de Henrik Ibsen. En Rusia, Nicolai Rimsky-Korsakov (1844-1908), nos entregó la sugestiva Scheherezade, basada en el relato de Las mil y una noches. Ferde Grofé (1892-1972) puso música a una de las maravillas naturales norteamericanas con su Gran Cañón del Colorado.

La forma musical más importante llegó con el nacimiento del concerto, una obra amplia en tres movimientos: "allegro" (rápido), "andante" (lento), "allegro". Compuesta por un instrumento solista con el acompañamiento de una orquesta entera, los "concertos" destacan la habilidad y la belleza del ejecutante. Hay algunos conciertos dobles y triples: Brahms compuso uno famoso para violín y violonchelo; Beethoven, para piano, violín y violonchelo, y Mozart compuso un concierto para dos pianos y uno para tres.




jueves, 23 de octubre de 2014

Tú tienes lo que busco - Jaime Sabines


Tú tienes lo que busco, lo que deseo, lo que amo, 
tú lo tienes. 
El puño de mi corazón está golpeando, llamando. 

Te agradezco a los cuentos, 
doy gracias a tu madre y a tu padre, 
y a la muerte que no te ha visto. 

Te agradezco al aire. 
Eres esbelta como el trigo, 
frágil como la línea de tu cuerpo. 

Nunca he amado a una mujer delgada 
pero tú has enamorado mis manos, 
ataste mi deseo, 
cogiste mis ojos como dos peces. 

Por eso estoy a tu puerta, esperando.