El mito de Orfeo y Eurídice y su influencia en las artes
El mito de Orfeo y Eurídice aparece en la Metamorfosis de Ovidio.
Las metamorfosis son un largo poema de quince volúmenes que recoge diversas historias y leyendas mitológicas sobre el tema de la metamorfosis o transformación.
Consta de más de 250 narraciones mitológicas que se suceden en el tiempo desde el origen del mundo hasta la transformación en estrella del alma de Julio César, describiendo los cambios físicos que hacen las distintas divinidades para conseguir fines distintos, griego y romano.
Se considera uno de los trabajos sobre mitología más populares, una joya de la literatura romana, llegando a ser la obra más conocida por los escritores medievales y por lo tanto teniendo una gran influencia en la poesía medieval.
El poema de Orfeo y Eurídice tiene 85 versos: se citan los 23 primeros.
''De ahí por el inmenso éter, velado de su atuendo de azafrán, se aleja, y a las orillas de los cícones Himeneotiende, y no en vano por la voz de Orfeo es invocado.Asistió él, ciertamente, pero ni solemnes palabras,ni alegre rostro, ni feliz aportó su augurio; 5la antorcha también, que sostenía, hasta ella era estridente de lacrimoso humo,y no halló en sus movimientos fuegos ningunos.El resultado, más grave que su auspicio. Pues por las hierbas, mientrasla nueva novia, cortejada por la multitud de las náyades, deambula,muere al recibir en el tobillo el diente de una serpiente. 10A la cual, a las altísimas auras después que el rodopeio bastante hubo llorado,el vate, para no dejar de intentar también las sombras,a la Estige osó descender por la puerta del Ténaro,y a través de los leves pueblos y de los espectros que cumplieran con el sepulcro,a Perséfone acude y al que los inamenos reinos posee, 15 de las sombras el señor, y pulsados al son de sus cantos los nervios,así dice: “Oh divinidades del mundo puesto bajo el cosmos,al que volvemos a caer cuanto mortal somos creados,si me es lícito, y, dejando los rodeos de una falsa boca,la verdad decir dejáis, no aquí para ver los opacos 20 Tártaros he descendido, ni para encadenar las triples gargantas, vellosas de culebras, del monstruo de Medusa.''
Influencia del mito de Orfeo en las artes
Aclaración: los citados son ejemplos: no agotan las obras inspiradas en el mito existentes en todas las artes...
1) En la pintura
-Rubens. Escena en el infierno: Orfeo está rescatando a Eurídice,
contemplado por Hades y Prosérpina, sentados en el trono. Se encuentra en el Museo del Prado
-Emile Levy 1866
Academicismo Museo de Orsay. París
Una muchacha recoge la lira y la cabeza de Orfeo tras haber
sido despedazado por las mujeres tracias o las ménades de Dioniso.
-Camille Corot 1861
Realismo Museo de Bellas Artes. Houston
-Pablo Picasso
La muerte de Orfeo
-Marc Chagall
Orfeo
2) En la escultura
Auguste Rodín 1893
Orfeo y Eurídice saliendo del infierno
3) En la música
Orfeo, ópera de Claudio Monteverdi, estrenada en 1607, la más antigua que todavía se sigue representando.
L'ORFEO de Claudio Monteverdi (2001-02)
https://www.youtube.com/watch?v=IlyLv3uvLl4
Existen, además dos destacadas obras de Gluck y Offenbach basadas en el mito.
4) En la literatura
En la poesía latina, Orfeo aparece en el libro cuarto de las Geórgicas de Virgilio.
[463]'' Orfeo, buscando el consuelo de su amor desgraciado en la cóncava lira, te cantaba a ti, dulce esposa, a solas en la playa solitaria, a ti te cantaba, cuando llegaba el día, a ti, cuando el día se marchaba.''
- También Platón habló de este mito en sus obras, alimentando la postura que muchos otros han seguido, y es que realmente los dioses no pensaban devolverle a Eurídice, sino que le ofrecieron un espejismo, ya que creían que no merecía reencontrarse con ella ya que no había sido capaz de morir por amor, como Alcestis lo hizo en lugar de su marido.
Uno de los que escribieron acerca de esto fue Ángel González, que en 1925 publicó Apotegma:
'' No hay otra solución:
si de verdad amas a Eurídice,
vete al Infierno.
Y no regreses nunca.''
5) En la poesía:
Francisco de Quevedo: Orfeo y Eurídice
Orfeo por su mujer,
dicen que bajo al Infierno;
y por su mujer no pudo
bajar a otra parte Orfeo.
Dicen que bajó cantando
y por sin duda lo tengo,
pues en tanto que iba viudo,
cantaría de contento.
Montañas, riscos y piedras
su armonía iban siguiendo,
y si cantara muy mal
le sucediera lo mesmo.
Cesó el penar en llegando
y en escuchando su intento,
que pena no deja a nadie
quien es casado tan necio.
Al fin pudo con su voz
persuadir los sordos reinos;
aunque el darle a su mujer
fue más castigo que premio.
Diéronsela lastimados,
pero con Ley se la dieron:
que la lleve y no la mire,
ambos muy duros preceptos.
Iba el delante guiando,
al subir; porque es muy cierto
que al bajar son las mujeres
las que nos conducen, ciegos.
Volvió la cabeza el triste;
si fue adrede, fue bien hecho;
si acaso, pues la perdió,
acertó esta vez por yerro.
Esta conseja nos dice
que si en algún casamiento
se acierta, ha de ser errando,
como errarse por aciertos.
Dichoso es cualquier casado
que una vez quedó soltero;
mas de una mujer dos veces,
es ya de la dicha extremo.
6) En el cine:
Orfeo Negro (1959 -Subt.Español) Marcel Camus - Vinicius de Moraes
https://www.youtube.com/watch?v=kPU-nNzqegA
Basada en la obra teatral Orfeu da Conceição del poeta y también músico Vinícius de Moraes, constituye una adaptación del mito griego de Orfeo al ambiente del carnaval brasileño. Ganó la Palma de Oro del Festival Internacional de Cine de Cannes en 1959, y en 1960 los premios Oscar y Globo de Oro a la mejor película en lengua extranjera. En 1999, Carlos Diegues hizo un remake de esta película titulado Orfeu, cuya banda sonora fue producida por Caetano Veloso.
http://enunaselvaoscura.blogspot.com.ar/2012/11/orfeo-y-euridice-resumen-del-mito-la.html
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miércoles, 13 de agosto de 2014
Orfeo (Orpheus)
El cantante y músico Orfeo era hijo de Apolo y Calíope, musa de la poesía narrativa, si bien algunos aseguran que era hijo de Eagro, rey de Tracia.
Orfeo podía cantar y tocar de tal manera que conmovía a humanos, animales, árboles, ríos y piedras. Fue uno de los argonautas que viajaron a Colchis en busca del Vellocino de Oro .
Su talento fue muy útil en multitud de aventuras, como cuando tocaba para apaciguar los ánimos durante una pelea. También neutralizó el canto de las peligrosas sirenas, que con sus voces irresistibles conducían a los marineros hacia la muerte, pues se ahogaban al intentar seguir su canto más allá de las aguas
.
Después del viaje de los Argonautas, Orfeo regresó a Tracia, donde se enamoró de la ninfa Eurídice. El sentimiento era mutuo y Orfeo decidió invitar a la boda a Himeneo, dios del matrimonio.
El día de la boda, una serpiente venenosa mordió a Eurídice en el talón, según algunos mientras huía de Aristeo, un apicultor. A consecuencia de ello murió y el inconsolable Orfeo no podía imaginar su vida sin ella, así que bajó al mundo de los muertos para pedir a Hades y Perséfone que se la devolviesen.
Sus melodías implorando al dios mientras se acompañaba de la lira conmovieron al dios de la muerte e incluso a los seres malignos del Tártaro.
En palabras de Ovidio:
«Mientras cantaba con la música de la lira, las almas rompieron a llorar. Tántalo no se esforzó en alcanzar las aguas que siempre se retiraban, la rueda de Ixión se detuvo, los buitres dejaron de picar el hígado de Titis, las hijas de Danao dejaron de llenar sus vasijas y Sísifo descansó sobre una roca».
Incluso el implacable Hades quedó desconcertado y le permitió llevarse a su amada a condición de que no volviese la vista hasta haber salido de allí. Orfeo salió feliz, seguido de Eurídice, que iba más despacio debido al dolor que le producía la mordedura de una serpiente. Justo antes de salir, Orfeo se dejó llevar por la impaciencia y miró hacia atrás, lo que provocó que su amada se desvaneciese en la niebla del reino de los muertos, despidiéndose de él sin que Orfeo pudiese oírla.
Orfeo descendió de nuevo al mundo de los muertos, pero el barquero Caronte no le quiso cruzar a través de la laguna Estigia a pesar de sus cánticos. Al darse cuenta que había perdido a Eurídice para siempre, Orfeo pasó siete días penando sin comer a orillas de la laguna. Después regresó a Tracia, donde ya no quiso saber nada de mujeres y decidió hacer de los hombres su elección.
Esto no gustó demasiado a las Ménades, con las que en tiempos más felices había retozado durante los ritos en honor del dios del vino.
Enloquecidas y despechadas se abalanzaron sobre Orfeo, gritando de tal manera que ni siquiera su canto las apaciguaba. Así, le despedazaron dejando intacta su cabeza y su lira, que cayeron a un río, el Hebro, que las llevó hasta el mar mientras seguían sonando -según algunos la cabeza seguía pronunciando el nombre de Eurídice- hasta llegar a la isla de Lesbos. La lira quedó en los cielos como constelación, y el alma de Orfeo encontró a Euridice en el mundo de los muertos. Desde entonces, pudo morar siempre en los Campos Elíseos, el reino paradisíaco de los muertos.
La veneración de Orfeo en Tracia estuvo muy unida a la de Dioniso. Como ocurre con el culto al dios del vino y de la vegetación, los Misterios Órneos en honor de Orfeo están dominados por la muerte y la resurrección, ya que, según una vieja versión de su mito, el cantante consiguió liberar a Euridice del reino de los muertos gracias a Dioniso, su salvador. El Orfismo desembocó en una religión sectaria durante el siglo VI a.C. en Grecia, en la que sus seguidores consideraban a Orfeo el fundador de un credo que despreciaba al cuerpo como una jaula en la que el alma estaba encerrada. Solamente después del ciclo de muerte y renacimiento quedaba liberada de sus confines. Parece probable que pensadores y filósofos más tardíos como Platón estuviesen influidos por ese modo de pensar.
El mito de Orfeo ha mantenido su atractivo después de la Antigüedad y ha inspirado a numerosos artistas a lo largo de la historia, como los músicos Claudio Monteverdi (1567-1643), que compuso L’Orfeo en 1607, Cristoph Willibald Gluck (1714-1787), autor de Orfeo y Euridice en 1762, y Jacques Offenbach (1819-1880), cuya ópera cómica de 1858 se conoce en fran¬cés como Orpheé aux enfers, que podría traducirse como Orfeo en el mundo de los muertos. Orfeo también ha sido un tema favorito para Pablo Picasso (1881-1973), que lo trató en varias ocasiones. En la década de 1980 el pintor holandés Constant, uno de los fundadores del movimiento Cobra, creó una serie de lienzos sorprendentes en los que se veía a Orfeo tocando y cantando para los animales.
http://mitosyleyendascr.com/mitologia-griega/orfeo/Orfeo y Euridice (Mitología Griega)
Evocación (El entierro de Casagemas)"
(Evocation (The Burial of Casagemas))
Artista: Pablo Picasso
Fecha de finalización: 1901
Estilo: Simbolismo
Período: Período Azul
Género: pintura simbólica
Técnicas: óleo
Material: lona
Dimensiones: 150 x 90,5 cm
Galería: Musée d'Art Moderne de la Ville de Paris, París
El cantante y músico Orfeo era hijo de Apolo y Calíope, musa de la poesía narrativa, si bien algunos aseguran que era hijo de Eagro, rey de Tracia.
Orfeo podía cantar y tocar de tal manera que conmovía a humanos, animales, árboles, ríos y piedras. Fue uno de los argonautas que viajaron a Colchis en busca del Vellocino de Oro .
Su talento fue muy útil en multitud de aventuras, como cuando tocaba para apaciguar los ánimos durante una pelea. También neutralizó el canto de las peligrosas sirenas, que con sus voces irresistibles conducían a los marineros hacia la muerte, pues se ahogaban al intentar seguir su canto más allá de las aguas
.
Después del viaje de los Argonautas, Orfeo regresó a Tracia, donde se enamoró de la ninfa Eurídice. El sentimiento era mutuo y Orfeo decidió invitar a la boda a Himeneo, dios del matrimonio.
El día de la boda, una serpiente venenosa mordió a Eurídice en el talón, según algunos mientras huía de Aristeo, un apicultor. A consecuencia de ello murió y el inconsolable Orfeo no podía imaginar su vida sin ella, así que bajó al mundo de los muertos para pedir a Hades y Perséfone que se la devolviesen.
Sus melodías implorando al dios mientras se acompañaba de la lira conmovieron al dios de la muerte e incluso a los seres malignos del Tártaro.
En palabras de Ovidio:
«Mientras cantaba con la música de la lira, las almas rompieron a llorar. Tántalo no se esforzó en alcanzar las aguas que siempre se retiraban, la rueda de Ixión se detuvo, los buitres dejaron de picar el hígado de Titis, las hijas de Danao dejaron de llenar sus vasijas y Sísifo descansó sobre una roca».
Incluso el implacable Hades quedó desconcertado y le permitió llevarse a su amada a condición de que no volviese la vista hasta haber salido de allí. Orfeo salió feliz, seguido de Eurídice, que iba más despacio debido al dolor que le producía la mordedura de una serpiente. Justo antes de salir, Orfeo se dejó llevar por la impaciencia y miró hacia atrás, lo que provocó que su amada se desvaneciese en la niebla del reino de los muertos, despidiéndose de él sin que Orfeo pudiese oírla.
Orfeo descendió de nuevo al mundo de los muertos, pero el barquero Caronte no le quiso cruzar a través de la laguna Estigia a pesar de sus cánticos. Al darse cuenta que había perdido a Eurídice para siempre, Orfeo pasó siete días penando sin comer a orillas de la laguna. Después regresó a Tracia, donde ya no quiso saber nada de mujeres y decidió hacer de los hombres su elección.
Esto no gustó demasiado a las Ménades, con las que en tiempos más felices había retozado durante los ritos en honor del dios del vino.
Enloquecidas y despechadas se abalanzaron sobre Orfeo, gritando de tal manera que ni siquiera su canto las apaciguaba. Así, le despedazaron dejando intacta su cabeza y su lira, que cayeron a un río, el Hebro, que las llevó hasta el mar mientras seguían sonando -según algunos la cabeza seguía pronunciando el nombre de Eurídice- hasta llegar a la isla de Lesbos. La lira quedó en los cielos como constelación, y el alma de Orfeo encontró a Euridice en el mundo de los muertos. Desde entonces, pudo morar siempre en los Campos Elíseos, el reino paradisíaco de los muertos.
La veneración de Orfeo en Tracia estuvo muy unida a la de Dioniso. Como ocurre con el culto al dios del vino y de la vegetación, los Misterios Órneos en honor de Orfeo están dominados por la muerte y la resurrección, ya que, según una vieja versión de su mito, el cantante consiguió liberar a Euridice del reino de los muertos gracias a Dioniso, su salvador. El Orfismo desembocó en una religión sectaria durante el siglo VI a.C. en Grecia, en la que sus seguidores consideraban a Orfeo el fundador de un credo que despreciaba al cuerpo como una jaula en la que el alma estaba encerrada. Solamente después del ciclo de muerte y renacimiento quedaba liberada de sus confines. Parece probable que pensadores y filósofos más tardíos como Platón estuviesen influidos por ese modo de pensar.
El mito de Orfeo ha mantenido su atractivo después de la Antigüedad y ha inspirado a numerosos artistas a lo largo de la historia, como los músicos Claudio Monteverdi (1567-1643), que compuso L’Orfeo en 1607, Cristoph Willibald Gluck (1714-1787), autor de Orfeo y Euridice en 1762, y Jacques Offenbach (1819-1880), cuya ópera cómica de 1858 se conoce en fran¬cés como Orpheé aux enfers, que podría traducirse como Orfeo en el mundo de los muertos. Orfeo también ha sido un tema favorito para Pablo Picasso (1881-1973), que lo trató en varias ocasiones. En la década de 1980 el pintor holandés Constant, uno de los fundadores del movimiento Cobra, creó una serie de lienzos sorprendentes en los que se veía a Orfeo tocando y cantando para los animales.
http://mitosyleyendascr.com/mitologia-griega/orfeo/Orfeo y Euridice (Mitología Griega)
Evocación (El entierro de Casagemas)"
(Evocation (The Burial of Casagemas))
Artista: Pablo Picasso
Fecha de finalización: 1901
Estilo: Simbolismo
Período: Período Azul
Género: pintura simbólica
Técnicas: óleo
Material: lona
Dimensiones: 150 x 90,5 cm
Galería: Musée d'Art Moderne de la Ville de Paris, París
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