jueves, 12 de febrero de 2015

Los cátaros según Savall

Es la crónica de los hechos (el libro), más la banda sonora que acompañó a esos hechos (los tres CD). Los hechos son el nacimiento de aquel movimiento espiritual conocido como catarismo que arranca del Este -especialmente, de Bulgaria- hacia mediados del siglo X y se instala en tierras del Languedoc, donde se extingue a finales del XV tras la severísima represión papal.

El episodio central de ésta se halla en la cruzada contra los albigenses, entre 1209 (justamente ahora se conmemora el 800º aniversario de aquella escabechina en la que 20.000 personas pasaron por la hoguera ante la catedral de Béziers) y 1244, cuando capitula la vertiginosa fortaleza de Montsegur. El reino olvidado. La tragedia cátara (Aliavox) es un volumen de casi 600 páginas en que diversos especialistas (entre ellos, Pilar Jiménez, Manuel Forcano y Antoni Dalmau) contextualizan los cinco siglos de vida del movimiento; mientras, Savall bucea en el repertorio de la época, convencido, según manifestaba ayer en la presentación, "de que la música es, como decía Elías Canetti, la historia viviente de la humanidad".

¿Qué música, exactamente? La de los cátaros no la conocemos, fue pura tradición oral, reconoció Savall. Conocemos sólo algunos textos. Pero los trovadores glosaron aquellos y muchos otros hechos. Además contamos con fanfarrias solemnes, músicas de batalla y de corte, canciones amorosas y litúrgicas; en fin, un predio en el que el músico se mueve con suma habilidad para construir un detallado escenario sonoro.

Se trata de una auténtica producción Savall, con muchos esfuerzos movilizados, tanto literarios como musicológicos. Añádase a ello que el libro se presenta en siete idiomas, incluido el occitano, pues todo el volumen pretende ser un homenaje a aquel azotado país del sur de Francia. Teniendo tan buen guión y tan primorosa banda sonora, casi se podría decir que lo único que falta es la película, terreno en el que, por cierto, Savall no se sentiría extraño tras el éxito que cosechó con la música para Tous les matins du monde (1991), de Alain Corneau.

http://elpais.com/diario/2009/11/26/catalunya/1259201249_850215.html


No hay comentarios.:

Publicar un comentario