viernes, 18 de julio de 2014

"El Señor de los Anillos" J.R.R.Tolkien

Resumen Ilustrado - Primera Parte

En su centésimo décimo primer cumpleaños Bilbo Bolsón preparó una gran fiesta, a la que invitó a prácticamente todos los hobbits de la ciudad, aunque los que no estaban invitados acudieron igual. Pero la fiesta tenía sorpresas, la primera fueron los fantásticos fuegos artificiales de Gandalf el Mago que asombraron a todos, y la segunda que en medio de la fiesta Bilbo comenzó a dar un discurso y cuando acabó desapareció delante de todos.

La misteriosa desaparición de Bilbo tenía que ver con un anillo mágico que encontró en una aventura pasada y que al ponérselo se volvía invisible. El viejo hobbit había decidido irse de la Comarca a Rivendel y dejarle todo a su sobrino Frodo, aconsejado por Gandalf. Varios años después de la partida de Bilbo, Gandalf regresó y informó a Frodo de lo que sabía sobre su Anillo. Hacía muchos años que se forjaron una serie de Anillos mágicos cada uno con su poder y cualidades, pero entre ellos estaban los Grandes Anillos, los Anillos de Poder. Entre ellos había uno, el Único, que los gobernaba a todos y que había sido construido por el mismo Sauron. Este Anillo era el más poderoso pero su naturaleza malvada hacía que todo el que lo usara acabara siendo dominado por él. Para probarlo Gandalf lo arrojó al fuego pero el Anillo ni se calentó, y en él apareció la inscripción:

"Un Anillo para gobernarlos a todos. Un Anillo para encontrarlos, un Anillo para atraerlos a todos y atarlos en las Tinieblas."

Esto era una parte de una estrofa de la tradición de los elfos que decía:

"Tres Anillos para los Reyes Elfos bajo el cielo. Siete para los Señores Enanos en palacios de piedra. Nueve para los Hombre Mortales condenados a morir. Uno para el Señor Oscuro, sobre el trono oscuro, en la Tierra de Mordor donde se extienden las Sombras. Un Anillo para gobernarlos a todos. Un Anillo para encontrarlos, un Anillo para atraerlos a todos y atarlos en las Tinieblas, en la Tierra de Mordor donde se extienden las Sombras."

Así que los dos decidieron ir con el Anillo a Rivendel, la morada de Elrond, para decidir el destino de tan peligroso objeto. Gandalf se marchó al Sur para seguir averiguando cosas sobre el Único, y Frodo vendió Bolsón Cerrado y marchó hacia el Este ocultando sus intenciones a todos excepto a su criado Sam. A pesar de ello le siguieron dos de sus amigos, Merry y Pippin, y juntos partieron hacia Bree.

En el camino se cruzaron con un misterioso jinete negro que les seguía los pasos, pero lograron darle esquinazo. Mientras cruzaban el Bosque Viejo, alejados del camino, un viejo Hombre Sauce estuvo apunto de acabar con los Hobbits, que se salvaron gracias a la ayuda de Tom Bombadil. Tom era un hombrecillo extraño que siempre iba cantando, y que vivía en el medio del bosque con su mujer, Baya de Oro, en una casa en la que acogió a los hobbits por unos días. Tras la partida de su casa, Tom volvió a ayudar a los hobbits cuando cayeron atrapados por un Tumulario. Los hobbits se quedaron con unos puñales del tesoro que guardaba el Túmulo forjados en Oesternesse muchos años atrás, que les servirían de espada en caso de más problemas. Después de este viaje accidentado los hobbits y sus poneys por fin llegaron a Bree.




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