Escipión el Africano según Francesco Petrarca
Francesco Petrarca concibió y elaboró el poema épico titulado Africa esperando que se convirtiera en su opus magnum, es decir la obra que le otorgaría fama y reconocimiento como poeta et historicus ante la posteridad. Precisamente en la epístola Posteritati, Petrarca dice: “Illis in montibus vaganti, sexta quadam feria maioris hebdomade, cogitatio incidit, et valida, ut de Scipione Africano illo primo, cuius nomen mirum inde a prima michi etate carum fuit, poeticum aliquid de heroico carmine scriberem -sed, subiecti de nomine Africe nomen libro dedi […]”, este viernes santo debió ser el de 1338 o el de 1339. El primer período de elaboración del Africa duró dos o tres años aproximadamente, el poeta transcurrió estos años en Vaucluse, lugar en el que poseía una villa donde estuvo en diversos momentos de su vida, en ella escribió una buena cantidad de sus obras latinas, así como el Canzoniere, una colección de trescientos sesenta y seis poemas en lengua vulgar. Posteriormente hubo un segundo período de tiempo, el comprendido de 1341 a 1345, en el que retomó la composición del Africa en Parma y Selvapiana, justamente después de su coronación como poeta en el Capitolio de Roma. Es importante mencionar que uno de los motivos fundamentales de dicha coronación fue la empresa poética del Africa del cual aún no se conocía un solo verso, de hecho antes de la muerte del poeta solamente fue dado a la luz un pequeño fragmento que narra la muerte de Magón, hermano de Aníbal, este pasaje fue muy criticado por la mayoría de sus lectores por el hecho de que Magón ostentaba valores cristianos que no eran propios de un pagano. El resto de la obra fue editado y publicado por Pier Paolo Vergerio en 1395, veintiún años después de la muerte de Petrarca.
Todas las épicas han pretendido superar a aquellas que les antecedieron, el Africa no es una excepción, Petrarca tuvo la intención de que su epopeya se convirtiera en la más importante de todas, pero el proyecto fue abandonado después de su estancia en Parma y nos restan de él exactamente 6729 hexámetros, distribuidos en nueve cantos; dos lagunas considerables interrumpen el relato, la primera de ellas en la transición del canto cuarto al quinto y la segunda aproximadamente a la mitad del canto noveno y último.
El Africa narra las hazañas militares de Escipión el Africano durante la segunda guerra púnica y su victoria frente a los cartagineses, comandados por Aníbal. Escipión fue considerado por Petrarca durante muchos años el máximo ejemplo de virtud entre los romanos, además del Africa hay otras dos obras en las que el Africano ocupa un papel preponderante. En primer lugar el De viris illustribus, obra compuesta por un catálogo de biografías de personajes romanos que comienza desde Rómulo y termina con el emperador Tito, aunque en posteriores procesos de reestructuración y revisión se incluyeron también biografías de personajes del Antiguo Testamento. El De viris illustribus es igual que el Africa una obra inconclusa, la elaboración de ambas se efectúo simultáneamente, y al final las dos fueron abandonadas por Petrarca. El vínculo entre el Africa y el De viris illustribus es muy profundo, el primero es la parte poética y el segundo su complemento histórico, esto significa que fueron concebidas como una unidad. En segundo lugar está la Collatio inter Scipionem, Alexandrum, Hanibalem, et Pyrrum, texto que pretende establecer quién de estos cuatro generales fue el más sobresaliente, obviamente en primer lugar se encuentra Escipión. La importancia de Escipión en la obra petrarquesca es tal que se puede comparar a la que tiene Laura, la mujer que el poeta amó y a quien dedicó la mayor parte de los poemas incluidos en el Canzoniere.
Volviendo al Africa, Petrarca utilizó diversas fuentes para su elaboración, la obra retoma el relato de los hechos de la segunda guerra púnica a partir de la tercera década del Ab urbe condita de Tito Livio. En cuanto a las fuentes épicas, Petrarca sigue las bases sentadas por Virgilio, Ovidio, Lucano e incluso Estacio; se podría pensar también en Silio Itálico que escribió en XVIII cantos sus Punica, mas este autor definitivamente fue desconocido para Petrarca. Es interesante señalar el hecho de que cuando Jean-Baptiste Lefebvre de Villebrune en el siglo XVIII se encontró con unos versos del Africa, justamente el pasaje de la muerte de Magón, pensó de inmediato que formaban parte de la obra de Silio Itálico y los insertó en su edición como parte del libro XVI, añadiendo una nota en la que acusaba a Petrarca de plagio.
Por otro lado los primeros dos libros del Africa recuperan una gran cantidad de elementos del Somnium Scipionis, episodio fragmentario que forma parte del De re publica de Cicerón, si bien leído a través de Macrobio, quien fue el encargado de transmitir este fragmento de la obra en el comentario que hizo de él, comentario que fue muy leído a lo largo de la Edad Media y que claramente Petrarca conocía. Recordemos que la editio princeps del De re publica vio la luz hasta el siglo XVIII.
El contenido del Africa es sumariamente el siguiente: en los cantos I y II Escipión Africano el mayor sueña con su padre Publio, quien le muestra los más famosos eventos y personajes de la historia romana en una reseña que concluye con una reflexión sobre la vanidad de la gloria terrenal.
En el canto III sucede un encuentro entre Sifax y Lelio, quienes departen en un banquete y escuchan a un poeta que canta algunas leyendas cartaginesas; posteriormente Lelio le responde celebrando ciertos episodios de la historia romana. El canto IV comienza con una alabanza que el mismo Lelio hace de Escipión y aquí nos encontramos con la primera laguna, la cual ya hemos mencionado.
El canto V se ocupa de narrar la infeliz historia de amor entre Sofonisba, hermana de Asdrúbal, y Masinisa, rey de los masilios en Numidia, quien primero luchó a favor de los cartagineses mas después se alistó en las filas romanas. Este relato recupera algunos de los caracteres de Paolo y Francesca, personajes centrales del canto V del Inferno dantesco. En el canto VI Sofonisba muere y desciende a los infiernos; además Aníbal retorna a su patria, asimismo su hermano Magón quien muere en el viaje de regreso.
En los cantos VII y VIII Escipión y Aníbal tienen un encuentro previo a la batalla de Zama, la cual marcará el triunfo definitivo de los romanos sobre los cartagineses. El combate se reinicia y Aníbal huye después de ser vencido. Al final de la guerra, una embajada cartaginesa llega a Roma en donde se acuerda la paz.
En el canto IX Escipión Africano después de la travesía, regresa vencedor a Italia y hace su entrada triunfal en Roma. El poema termina con la dedicatoria del poema al rey de Nápoles, Roberto de Anjou.
Ahora bien, detengámonos en el noveno canto del Africa. Escipión se encuentra ya en el regreso a Roma, victorioso y revestido de fama, en la nave viaja también Enio, aquel poeta que fue el primero en escribir versos hexámetros en Roma, el cual fue leído en las escuelas hasta la aparición de Virgilio, y de quien se decía que era la reencarnación de Homero.
Es importante mencionar que Enio escribió dos obras en donde el argumento es la segunda guerra púnica, éstas son el Scipio y los Annales, la primera no nos ha llegado y de la segunda restan sólo algunos fragmentos, es difícil precisar si Petrarca pudo leerlas, al menos fragmentariamente, pero sí es posible afirmar que conocía la tradición que asociaba a Enio con el círculo de lo Escipiones, tradición que tiene su origen en el Pro Archia donde Cicerón dice: “Carus fuit Africano Superiori noster Ennius itaque etiam in sepulcro Scipionum putatur is esse constitutus ex marmore;”. Asimismo hay otros autores que corroboran esta tradición, entre ellos Tito Livio, Ovidio y Claudiano.
Así pues, Enio, identificado con Homero mediante la doctrina pitagórica de la metémpsicosis, es el personaje central del canto IX del Africa junto con Escipión. En un primer momento Petrarca lo presenta de esta manera: “Puppe ducis media tacitus meditansque sedebat / Ennius, assiduus rerum testisque comesque;”. En seguida Escipión lo incita para que rompa el silencio, y el poeta inicia un encomio del gran capitán, le anuncia que su fama crecerá paulatinamente y que su nombre será recordado hasta los últimos tiempos. Entonces Escipión hace una nueva petición, quiere saber cuáles son los límites que el poeta tiene y cuál es el significado del laurel, atributo propio de poetas y capitanes. Respecto al primer punto Enio responde que antes de escribir es conveniente establecer los más firmes cimientos de verdad, es decir de verosimilitud, después apoyándose en ellos es posible ocultarse debajo de una nube agradable y variopinta, reuniendo para el lector una labor extensa y placentera, a fin de que el pensamiento sea más difícil al buscarse, pero más dulce al ser encontrado, las afirmaciones que hace Enio, evidencian la concepción poética de Francesco Petrarca, expresada casi en los mismos términos en el discurso que escribió para su coronación donde dice “Eo tamen dulcior fit poesis, quo laboriosus quesita veritas magis atque magis inventa dulcescit […]”. Por otro lado, en cuanto al laurel responde: “Immortale decus viror immortalis utrisque / Indicat et longe promittit tempora vite”, la tradición que asocia las victorias poéticas y militares con el laurel comienza con Apolo, quien transforma a Dafne en laurel para conservarla consigo eternamente, más tarde se instituye que en los certámenes poéticos los vencedores sean coronados con laureles, así como los capitanes después de que han obtenido una victoria.
Tras este coloquio, Escipión todavía insatisfecho, exige al poeta que prosiga, entonces éste decide narrarle un sueño en el que Homero apareció frente a él, este episodio es introducido por Petrarca ya que sabía que al inicio de los Annales, en medio de una visión Homero se presentó ante Enio.
Homero en la versión de Petrarca aparece como un viejo ciego, de barba y cabellos ralos,el cual, vistiendo una toga despedazada se presenta ante Enio, lo saluda como el único amigo que tiene en el Lacio, por el hecho de que continúa con la tradición épica, y lo guía a través de regiones insondables, el final de ese largo viaje es un paraje boscoso en el que florecen laureles, en él hay un joven sentado en medio de ellos que medita sobre la elaboración de un poema épico titulado Africa, el nombre de tal joven evidentemente es Francesco Petrarca. Homero se presenta ante Enio fundamentalmente para anunciarle una profecía: la de que Francesco Petrarca será laureado en el Capitolio de Roma y escribirá el Africa, epopeya que hará patentes las grandes hazañas militares llevadas a cabo por Escipión.
En este punto podemos pensar nuevamente en la Divina Commedia, específicamente en el canto cuarto del Inferno, donde Dante y Virgilio antes de penetrar en el nobile castello que es el limbo, se encuentran precisamente con Homero, que porta una espada, y que es seguido por Horacio, Ovidio y Lucano, Dante que es consciente de la trascendencia de su Commedia sigue la fila y se coloca ahí como el sexto detrás de estos grandes poetas de la Antigüedad, esto quiere decir que su Commedia continúa con la tradición poética occidental.
Petrarca hace lo propio cuando pone en escena a Homero, como el príncipe de los poetas que es; en seguida a Enio, quien inauguró la poesía épica en Roma; finalmente él mismo, que es también un continuador de esa tradición puesto que está escribiendo el Africa. La pretensión de Petrarca es tal que se incluye como un personaje más de su obra, dentro de la visión que tiene Enio, diciendo que él en el siglo XIV escribirá una obra que conmemorará al Africano y que será recordada y celebrada por las generaciones futuras.
Además Petrarca tiene ya en mente algo que más tarde los humanistas adoptarán como ideología, el hecho de que ellos no sólo son estudiosos y conocedores de la Antigüedad clásica, sino que la superan. Es por ello que Petrarca ha sido considerado por muchos como el primer humanista, no está demás recordar aquí aquel famoso pasaje de los Rerum memorandarum libri donde dice: “Ego itaque, cui nec dolendi ratio deest nec ignorantie solamen adest, velut in confinio duorum populorum constitutus ac simul ante retroque prospiciens”. A partir de esta afirmación resulta evidente que el poeta tenía plena consciencia de su papel como mediador entre el pasado y el futuro.
Así pues, hemos podido ver la manera en que Petrarca se vale de las fuentes antiguas y de las tradiciones contenidas en ellas para construir su discurso poético y para anunciar, en su condición de vate, el prestigio y fama que le esperan con el paso del tiempo, aunque en realidad la gloria eterna se la proporcionó su poesía en lengua vulgar y no el Africa que es en última instancia un opus imperfectum.
http://www.comfil.edu.mx/interaccion/texto.php?id=246
Africa - Petrarca
https://archive.org/details/lafrica00petr
El Africa de Petrarca y su elaboración
http://www.academia.edu/6193668/El_Africa_de_Petrarca_y_su_elaboraci%C3%B3n
Publio_Cornelio_Escipión_el_Africano
viernes, 9 de enero de 2015
miércoles, 7 de enero de 2015
POEMA A UN JOVEN ATLETA MORIBUNDO - A.E.Housman
Cuando ganaste la gran carrera
el pueblo entero salió a aclamarte.
Jóvenes y ancianos te vitoreaban
mientras a hombros te llevábamos.
Sabio aquél que sabe escapar pronto
allí donde la gloria no perdura.
Pues aunque pronto crece el laurel
mucho antes que la rosa se marchita.
Pero tú no seguirás el camino
de aquellos que malgastaron su gloria.
Corredores cuya fama se extendió
aunque su nombre perduró menos que ellos.
Ante esa jóven cabeza laureada
contemplarán tu cuerpo inerte
y descubrirán entre los rizos de tu pelo
una guirnalda aún sin marchitar.
Cuando ganaste la gran carrera
el pueblo entero salió a aclamarte.
Jóvenes y ancianos te vitoreaban
mientras a hombros te llevábamos.
Sabio aquél que sabe escapar pronto
allí donde la gloria no perdura.
Pues aunque pronto crece el laurel
mucho antes que la rosa se marchita.
Pero tú no seguirás el camino
de aquellos que malgastaron su gloria.
Corredores cuya fama se extendió
aunque su nombre perduró menos que ellos.
Ante esa jóven cabeza laureada
contemplarán tu cuerpo inerte
y descubrirán entre los rizos de tu pelo
una guirnalda aún sin marchitar.
Storms In Africa Enya
Cá ó fhad é ¿Hasta dónde es?
Siúl Trid na stoirmeacha. Caminando por las tormentas
Dul Trid na stoirmeacha. Pasando por las tormentas
Cá ó fhad é ¿Hasta dónde es?
Un tus don stoirm. El comienzo de la tormenta
Un tus deiradh ir. El principio hasta el final
Tog hacer Chroí. Lleve su corazón
Tog hacer chroísa. Lleve a su amada
Turas Mór. El largo viaje
Tor Trid na Stoirmeacha. Pesados ??a través de la tormenta
Turas fada. El largo viaje
Amharc Trid na Stoirmeacha. Mira a través de la tormenta
Cá ó fhad é ¿Hasta dónde es?
Siúl Trid na stoirmeacha. Caminando por las tormentas
Dul Trid na stoirmeacha. Pasando por las tormentas
Cá ó fhad é ¿Hasta dónde es?
Un tus don stoirm. El comienzo de la tormenta
Un tus deiradh ir. El principio hasta el final
Tog hacer Chroí. Lleve su corazón
Tog hacer chroísa. Lleve a su amada
Turas Mór. El largo viaje
Tor Trid na Stoirmeacha. Pesados ??a través de la tormenta
Turas fada. El largo viaje
Amharc Trid na Stoirmeacha. Mira a través de la tormenta
Opera Inspiración: Franz Liszt
La música es el corazón de la vida. Por ella habla el amor; sin ella no hay bien posible y con ella todo es hermoso.
Franz Liszt
Hablar de Franz Liszt es hablar de un personaje eje en la música del siglo XIX, pues trajo a la música nuevos horizontes tantos desde el punto compositivo como del de la interpretación. En principio fue un gran amante de la música, propia y ajena. Extremadamente virtuoso como pianista, le dio al piano la calidad y la sonoridad de la orquesta, tal es así que las transcripciones al piano que hizo de obras orquestales como las 9 sinfonías de Beethoven, al escucharlas uno no extraña a la orquesta, pues todas las notas están ahí; también transcribió obras de Schubert, Berlioz, Saint-Saens, Weber, y claro de su yerno Wagner.
Fue el primer pianista en tocar de costado hacia el público, esto permitía que el espectador tuviera la experiencia sonora de la música y también la experiencia visual de las manos del pianista, convirtiendo el concierto de piano en un gran espectáculo.
Las transcripciones al piano también cumplieron una gran función en su época, la de difundir las obras orquestales a la mayoría de las gentes, después de todo tener un piano en una casa no era algo extraño y como la única forma de disfrutar la música en ese momento era ejecutarla pues Edisón no había inventado el gramófono y en la imaginación de la gente de la época , a excepción quizás de la de Julio Verne, no existían los discos, cassettes, CD, ni Mp3. De esta manera se podía conocer la música de muchos compositores en distintos lugares de Europa y del mundo.
También Franz Liszt se dejó seducir por las bellas melodías de muchas Óperas de la época, y compuso Paráfrasis y Fantasías sobre melodías de Óperas de Mozart, Verdi, Weber, Donizetti, Wagner, etc, creando piezas monumentales de la obra pianística, que ejecutaba en conciertos. Algunas de ellas mostraremos en este artículo.
Franz Liszt y las Óperas de Mozart.
Imposible que a un amante de la música, como Franz Liszt, se le pasaran por alto las deliciosas melodías de las óperas de Mozart y por esos tomó melodías de "Las Bodas de Fígaro" y "Don Giovanni" creando su Fantasía sobre Temas de Mozart Figaro y Don Giovanni S697.
Liszt basó su obra en dos arias de la ópera Las bodas de Figaro: El Aria de Figaro "Non più andrai" (Acto I) y "Voi che sapete Cherubino's" (Acto II), y la escena de baile de la Acto I final de Don Giovanni. La apertura dramática es una paráfrasis libre de "Non più andrai" seguida de un arreglo de "Voi che sapete", en una de las principales fija en lugar de Mozart bemol mayor. Esta es la única aparición de la música de Cherubino, que no se repite. Vuelve al aria de Figaro, inicialmente en su original de Do mayor, pero es rápidamente muy variada, tanto armónica y pianísticamente. Sin embargo, en lugar de proceder a la coda de Mozart, el aria de la transición a los bailes de Don Giovanni. En la ópera, las danzas son un minué en 3 / 4, una danza en el país 2 / 4, y un vals rápido en 3 / 8. Liszt mantiene el minué en fa mayor, y la combina con la danza del país en la misma clave. No agregue el vals como Mozart lo hace, pero lo trata por separado, con el tiempo se combina con la danza del país y, curiosamente, una parte de aria de Fígaro. Una serie de modulaciones de seguimiento que se combinan fragmentos de los cuatro temas. En la transición final, el material anterior de Fígaro se vuelve a utilizar junto con el tema de la minué. Esto conduce a la coda, que termina aria de Figaro y se interrumpe justo antes del final probable de la pieza.
La selección y la yuxtaposición de los temas de Figaro y Don Giovanni puede haber tenido un significado especial para Liszt. El pianista nacido en Australia, y señaló intérprete de música de Liszt, Leslie Howard describe como sigue:
La obra tiene un sentido moral Cherubino el pequeño libertino de "Las Bodas de Fígaro" puede convertirse en un Don Juan (Don Giovanni) sin la intervención del "Non più andrai" de Figaro ( la disciplina y el deber, de una vida militar a la que es empujado Cherubino)
http://benditalamusica.blogspot.com.ar/2010/01/opera-inspiracion-ii-franz-liszt.html
La música es el corazón de la vida. Por ella habla el amor; sin ella no hay bien posible y con ella todo es hermoso.
Franz Liszt
Hablar de Franz Liszt es hablar de un personaje eje en la música del siglo XIX, pues trajo a la música nuevos horizontes tantos desde el punto compositivo como del de la interpretación. En principio fue un gran amante de la música, propia y ajena. Extremadamente virtuoso como pianista, le dio al piano la calidad y la sonoridad de la orquesta, tal es así que las transcripciones al piano que hizo de obras orquestales como las 9 sinfonías de Beethoven, al escucharlas uno no extraña a la orquesta, pues todas las notas están ahí; también transcribió obras de Schubert, Berlioz, Saint-Saens, Weber, y claro de su yerno Wagner.
Fue el primer pianista en tocar de costado hacia el público, esto permitía que el espectador tuviera la experiencia sonora de la música y también la experiencia visual de las manos del pianista, convirtiendo el concierto de piano en un gran espectáculo.
Las transcripciones al piano también cumplieron una gran función en su época, la de difundir las obras orquestales a la mayoría de las gentes, después de todo tener un piano en una casa no era algo extraño y como la única forma de disfrutar la música en ese momento era ejecutarla pues Edisón no había inventado el gramófono y en la imaginación de la gente de la época , a excepción quizás de la de Julio Verne, no existían los discos, cassettes, CD, ni Mp3. De esta manera se podía conocer la música de muchos compositores en distintos lugares de Europa y del mundo.
También Franz Liszt se dejó seducir por las bellas melodías de muchas Óperas de la época, y compuso Paráfrasis y Fantasías sobre melodías de Óperas de Mozart, Verdi, Weber, Donizetti, Wagner, etc, creando piezas monumentales de la obra pianística, que ejecutaba en conciertos. Algunas de ellas mostraremos en este artículo.
Franz Liszt y las Óperas de Mozart.
Imposible que a un amante de la música, como Franz Liszt, se le pasaran por alto las deliciosas melodías de las óperas de Mozart y por esos tomó melodías de "Las Bodas de Fígaro" y "Don Giovanni" creando su Fantasía sobre Temas de Mozart Figaro y Don Giovanni S697.
Liszt basó su obra en dos arias de la ópera Las bodas de Figaro: El Aria de Figaro "Non più andrai" (Acto I) y "Voi che sapete Cherubino's" (Acto II), y la escena de baile de la Acto I final de Don Giovanni. La apertura dramática es una paráfrasis libre de "Non più andrai" seguida de un arreglo de "Voi che sapete", en una de las principales fija en lugar de Mozart bemol mayor. Esta es la única aparición de la música de Cherubino, que no se repite. Vuelve al aria de Figaro, inicialmente en su original de Do mayor, pero es rápidamente muy variada, tanto armónica y pianísticamente. Sin embargo, en lugar de proceder a la coda de Mozart, el aria de la transición a los bailes de Don Giovanni. En la ópera, las danzas son un minué en 3 / 4, una danza en el país 2 / 4, y un vals rápido en 3 / 8. Liszt mantiene el minué en fa mayor, y la combina con la danza del país en la misma clave. No agregue el vals como Mozart lo hace, pero lo trata por separado, con el tiempo se combina con la danza del país y, curiosamente, una parte de aria de Fígaro. Una serie de modulaciones de seguimiento que se combinan fragmentos de los cuatro temas. En la transición final, el material anterior de Fígaro se vuelve a utilizar junto con el tema de la minué. Esto conduce a la coda, que termina aria de Figaro y se interrumpe justo antes del final probable de la pieza.
La selección y la yuxtaposición de los temas de Figaro y Don Giovanni puede haber tenido un significado especial para Liszt. El pianista nacido en Australia, y señaló intérprete de música de Liszt, Leslie Howard describe como sigue:
La obra tiene un sentido moral Cherubino el pequeño libertino de "Las Bodas de Fígaro" puede convertirse en un Don Juan (Don Giovanni) sin la intervención del "Non più andrai" de Figaro ( la disciplina y el deber, de una vida militar a la que es empujado Cherubino)
http://benditalamusica.blogspot.com.ar/2010/01/opera-inspiracion-ii-franz-liszt.html
martes, 6 de enero de 2015
Los Reyes Magos
-¡Si vos no te portás bien,
le digo a los Reyes Magos
que te dejen sin regalo
y te quedas sin el tren!...
es que mi vieja, también,
un poco se aprovechaba...!
por que esa noche llegaban
los Tres Reyes de Belén!
La carta la había mandado
sin faltas de ortografía,
así los reyes veían
de que era un chico aplicado.
Hice todos los mandados,
me lave hasta las orejas,
porque ese día mi vieja
me tenia acorralado.
La luna hacia brillar
el lustre de mis zapatos...
Y si ellos fueran chicatos
¿Quién les podía avisar?
Por eso al irme a acostar,
puse la almohada a los pies
y me acosté del revés
para poder vigilar...
¡Cuando más lo precisaba
me vengo a quedar dormido!
Me desperté a los maullidos
del gato de la encargada...
Ya entraba la madrugada
y un trencito, el más diquero,
del umbral me saludaba...
Lo habían dejado de frente
Ya listo para marchar...
con él me iba a despertar
a mi madre alegremente
¡Que alegría que uno siente!
- explicarlo yo no puedo-
¡ Unas ganas de ser bueno,
de ser bueno hasta la muerte
Al que dejaron sin nada
fue al hijo de la de al lado...
¡Como se habrían olvidado!
Siempre "muy bueno" sacaba...
Con nosotros no jugaba
porque en seguida tosía,
y los reyes no sabían
que el padre no trabajaba...
Yo comprendí su dolor
Cuando me vio con el tren:
Se acerco a mirarlo bien
Y después lo acaricio...
A mi me daba calor
de que me viera jugar
Y en casa lo invité a entrar
Y él también se divirtió...
¡Cuantos Reyes han pasado
por la puerta de mi vida.
Y a mí alma dolorida
Cuantas veces la he dejado
como un zapato gastado,
esperando a su Melchor
que le dejara el amor
para un mundo envenenado!
Esta noche por los cielos
llegarán los Reyes Magos;
vendrán trayendo regalos
a los chicos que son buenos,
pero hay otros pibes buenos
en otro lado de la tierra,
que por culpa de una guerra...
¡no han de pasar los camellos!
Señor: yo aprendí a rezar
Arrodillado con mi vieja;
Si nunca te fui con quejas
hoy me tenes que escuchar:
¿Por qué tienen que pagar
esos pibes inocentes,
de que en el mundo haya gente
que sólo piensa en matar?
Ellos ¿qué saben de guerras?...
¡ellos quieren Reyes Magos!
¡y ellos, en vez de regalos
tienen un miedo que aterra!
Si vos pararas la guerra,
pasarían los camellos.
¡Yo te lo pido por ellos!
¡por los pibes de mi tierra!
Héctor Gagliardi
-¡Si vos no te portás bien,
le digo a los Reyes Magos
que te dejen sin regalo
y te quedas sin el tren!...
es que mi vieja, también,
un poco se aprovechaba...!
por que esa noche llegaban
los Tres Reyes de Belén!
La carta la había mandado
sin faltas de ortografía,
así los reyes veían
de que era un chico aplicado.
Hice todos los mandados,
me lave hasta las orejas,
porque ese día mi vieja
me tenia acorralado.
La luna hacia brillar
el lustre de mis zapatos...
Y si ellos fueran chicatos
¿Quién les podía avisar?
Por eso al irme a acostar,
puse la almohada a los pies
y me acosté del revés
para poder vigilar...
¡Cuando más lo precisaba
me vengo a quedar dormido!
Me desperté a los maullidos
del gato de la encargada...
Ya entraba la madrugada
y un trencito, el más diquero,
del umbral me saludaba...
Lo habían dejado de frente
Ya listo para marchar...
con él me iba a despertar
a mi madre alegremente
¡Que alegría que uno siente!
- explicarlo yo no puedo-
¡ Unas ganas de ser bueno,
de ser bueno hasta la muerte
Al que dejaron sin nada
fue al hijo de la de al lado...
¡Como se habrían olvidado!
Siempre "muy bueno" sacaba...
Con nosotros no jugaba
porque en seguida tosía,
y los reyes no sabían
que el padre no trabajaba...
Yo comprendí su dolor
Cuando me vio con el tren:
Se acerco a mirarlo bien
Y después lo acaricio...
A mi me daba calor
de que me viera jugar
Y en casa lo invité a entrar
Y él también se divirtió...
¡Cuantos Reyes han pasado
por la puerta de mi vida.
Y a mí alma dolorida
Cuantas veces la he dejado
como un zapato gastado,
esperando a su Melchor
que le dejara el amor
para un mundo envenenado!
Esta noche por los cielos
llegarán los Reyes Magos;
vendrán trayendo regalos
a los chicos que son buenos,
pero hay otros pibes buenos
en otro lado de la tierra,
que por culpa de una guerra...
¡no han de pasar los camellos!
Señor: yo aprendí a rezar
Arrodillado con mi vieja;
Si nunca te fui con quejas
hoy me tenes que escuchar:
¿Por qué tienen que pagar
esos pibes inocentes,
de que en el mundo haya gente
que sólo piensa en matar?
Ellos ¿qué saben de guerras?...
¡ellos quieren Reyes Magos!
¡y ellos, en vez de regalos
tienen un miedo que aterra!
Si vos pararas la guerra,
pasarían los camellos.
¡Yo te lo pido por ellos!
¡por los pibes de mi tierra!
Héctor Gagliardi
Louis Spohr: Uno de
los compositores olvidados
Al pensar en música clásica por lo
general nos fijamos en los sospechosos de siempre: Mozart, Bach o Beethoven.
Sin embargo, en el pasado hubo compositores que gozaron de igual fama que
ellos. ¿Quiénes son?, ¿qué pasó con sus obras?
En el
segundo acto de la opereta El mikado, de Gilbert y
Sullivan, el protagonista canta acerca de un hombre que asiste a “misas y fugas
y opus / de Bach, combinadas / con Spohr y Beethoven, / los clásicos
populares”. En efecto, Ludwig (o Louis, como se nombró en su autobiografía)
Spohr era un nombre tan familiar que se citaba en medio de Bach y Beethoven.
Desde luego que Gilbert, el libretista, necesitaba un apellido de compositor de una sola sílaba para que encajara en la métrica del verso, pero habría podido nombrar a Gluck, a Grieg, a Liszt, a Raff, incluso a Johann Strauss; solo que ninguno le proporcionaba el efecto deseado de una manera tan efectiva como Spohr. Sencillamente, Spohr era parte del canon en aquellos días. Hoy en cambio, si uno hace una encuesta aleatoria, difícilmente encontrará una sola persona que haya oído hablar de él. Pero, bueno, en otra encuesta aleatoria que hice años atrás, el 80% no sabía tampoco la fecha del Día de san Jorge ni del natalicio de Shakespeare.
En la primera edición del Diccionario Grove de la música y los músicos, la entrada de Spohr tenía una extensión de ocho páginas (16 columnas), en tanto que de Johann Strauss se dice que “su pluma aún está activa” –era 1883– y solo se le dedica una columna. Si uno asiste a cualquiera de las salas de conciertos construidas en la segunda mitad del siglo XIX, ahí estará el busto de Spohr al lado de las figuras de Haydn, Mozart y Schubert. Esto resulta especialmente cierto si uno visita esas edificaciones en Inglaterra, donde hubo una auténtica “spohrmanía”.
Spohr, nacido en 1784 en Brunswick, Alemania, fue un niño prodigio del violín y la composición. Como director de orquesta se cuenta entre los pioneros del uso de la batuta, y fue uno de los primeros promotores de Wagner. Sus óperas fueron inmensamente exitosas, entre ellas Fausto (revivida en Londres en 1984) y Jessonda. También se interpretaron sus oratorios: en las tiendas de partituras de segunda se encuentran con sorprendente frecuencia copias muy gastadas de El Calvario y El Juicio Final.
Los compositores se ponen de moda y pasan de moda. Incluso el todopoderoso Bach tuvo que ser rescatado del olvido por Mendelssohn. Los conciertos para piano de Mozart se tocaron en muy raras ocasiones durante el siglo XIX; Liszt, por ejemplo, nunca los tocó. A Vivaldi casi nadie lo había oído; la misma edición del Diccionario Grove le dedica apenas dos columnas: “Poseía facultades creativas en grado limitado”. Estos tres genios ahora ocupan su lugar merecido en el gran panteón. Spohr es uno de los muchos compositores cuyo caso es el contrario: su música alcanzó una inmensa popularidad en vida, fue admirado por sus colegas y alabado por los críticos más influyentes; pero después de su muerte, en un lapso relativamente breve, cayó en el olvido.
Aquello que alguna vez fue encantador y enormemente estimado de pronto pierde su brillo, e incluso sus méritos se perciben como fallas. “El rango de su talento no fue amplio”, dice ahora el Grove. “No parece haber salido de un círculo de ideas y sentimientos... Era aficionado a experimentar en la composición, como en el caso de sus novedosas combinaciones de instrumentos (los cuartetos dobles, la sinfonía para dos orquestas y el concierto para cuarteto, entre otros), pero bajo estas vestiduras y títulos frescos no se encuentra otra cosa que el mismo Spohr de siempre, incapaz de dar un nuevo rostro a unos pocos compases siquiera”. Puede ser cierto, pero, ¿acaso el hecho de que no habitó el Olimpo, de que no todas sus obras se lancen hacia adelante, ni busquen nuevas expresiones ni comenten la condición humana, significa que debamos tirarlas al basurero? Los exquisitos conciertos para clarinete de Spohr, los conciertos para violín y varias de sus sinfonías, por no mencionar el magistral Noneto en Fa mayor opus 31, son obras de un compositor notable. Y sin embargo, ¿dónde están en las programaciones de las salas de conciertos del mundo?
Desde luego que Gilbert, el libretista, necesitaba un apellido de compositor de una sola sílaba para que encajara en la métrica del verso, pero habría podido nombrar a Gluck, a Grieg, a Liszt, a Raff, incluso a Johann Strauss; solo que ninguno le proporcionaba el efecto deseado de una manera tan efectiva como Spohr. Sencillamente, Spohr era parte del canon en aquellos días. Hoy en cambio, si uno hace una encuesta aleatoria, difícilmente encontrará una sola persona que haya oído hablar de él. Pero, bueno, en otra encuesta aleatoria que hice años atrás, el 80% no sabía tampoco la fecha del Día de san Jorge ni del natalicio de Shakespeare.
En la primera edición del Diccionario Grove de la música y los músicos, la entrada de Spohr tenía una extensión de ocho páginas (16 columnas), en tanto que de Johann Strauss se dice que “su pluma aún está activa” –era 1883– y solo se le dedica una columna. Si uno asiste a cualquiera de las salas de conciertos construidas en la segunda mitad del siglo XIX, ahí estará el busto de Spohr al lado de las figuras de Haydn, Mozart y Schubert. Esto resulta especialmente cierto si uno visita esas edificaciones en Inglaterra, donde hubo una auténtica “spohrmanía”.
Spohr, nacido en 1784 en Brunswick, Alemania, fue un niño prodigio del violín y la composición. Como director de orquesta se cuenta entre los pioneros del uso de la batuta, y fue uno de los primeros promotores de Wagner. Sus óperas fueron inmensamente exitosas, entre ellas Fausto (revivida en Londres en 1984) y Jessonda. También se interpretaron sus oratorios: en las tiendas de partituras de segunda se encuentran con sorprendente frecuencia copias muy gastadas de El Calvario y El Juicio Final.
Los compositores se ponen de moda y pasan de moda. Incluso el todopoderoso Bach tuvo que ser rescatado del olvido por Mendelssohn. Los conciertos para piano de Mozart se tocaron en muy raras ocasiones durante el siglo XIX; Liszt, por ejemplo, nunca los tocó. A Vivaldi casi nadie lo había oído; la misma edición del Diccionario Grove le dedica apenas dos columnas: “Poseía facultades creativas en grado limitado”. Estos tres genios ahora ocupan su lugar merecido en el gran panteón. Spohr es uno de los muchos compositores cuyo caso es el contrario: su música alcanzó una inmensa popularidad en vida, fue admirado por sus colegas y alabado por los críticos más influyentes; pero después de su muerte, en un lapso relativamente breve, cayó en el olvido.
Aquello que alguna vez fue encantador y enormemente estimado de pronto pierde su brillo, e incluso sus méritos se perciben como fallas. “El rango de su talento no fue amplio”, dice ahora el Grove. “No parece haber salido de un círculo de ideas y sentimientos... Era aficionado a experimentar en la composición, como en el caso de sus novedosas combinaciones de instrumentos (los cuartetos dobles, la sinfonía para dos orquestas y el concierto para cuarteto, entre otros), pero bajo estas vestiduras y títulos frescos no se encuentra otra cosa que el mismo Spohr de siempre, incapaz de dar un nuevo rostro a unos pocos compases siquiera”. Puede ser cierto, pero, ¿acaso el hecho de que no habitó el Olimpo, de que no todas sus obras se lancen hacia adelante, ni busquen nuevas expresiones ni comenten la condición humana, significa que debamos tirarlas al basurero? Los exquisitos conciertos para clarinete de Spohr, los conciertos para violín y varias de sus sinfonías, por no mencionar el magistral Noneto en Fa mayor opus 31, son obras de un compositor notable. Y sin embargo, ¿dónde están en las programaciones de las salas de conciertos del mundo?
http://www.elmalpensante.com/articulo/2623/los_compositores_olvidados
Henri Vieuxtemps
Henri
François Vieuxtemps (Verviers, 17 de febrero de 1820 — †Argel, 6 de junio de 1881),
fue un violinista y compositor belga, quizá el mayor representante de la escuela violinística franco-belga.
Un niño prodigio
Criado en
un ambiente familiar impregnado de música, su padre -violinista aficionado y
buen luthier- le da sus primeras clases, para
continuar con su paisano Lecloux-Dejonc, que advierte en él grandes cualidades.
Con solo seis años, en 1826 inicia su carrera concertística junto
a su profesor, con el Concierto
para Violín y Orquesta n.º 5 deJacques
Rode. En 1827 da su primer concierto en Bruselas, donde fue escuchado por Charles-Auguste
de Bériot, quien accede a admitirlo en sus clases del Conservatorio de
París, donde se traslada en 1828.
Permanece en la capital del Sena hasta 1833,
alternando sus estudios con una importante actividad concertística por la propia Francia, Bélgica,Alemania, Italia (donde
conoce a Paganini) y Estados Unidos. Son los tiempos en los que su
juventud y su virtuosismo al violín le crean una fama legendaria. Con solo
trece años, en 1833,
se instala en Viena y estudia composición con Simon
Sechter. La recepción en la corte imperial es muy buena y hace
grandes amistades pese a su corta edad. Entre sus compositores más admirados se
encuentra Beethoven, de quien se convierte en intérprete
favorito de su Concierto para
Violín y Orquesta Op.61.
Primeras composiciones
Su aprecio
por la música alemana es grande. En 1834 realiza una gira por Alemania y
es escuchado en Leipzig porSchumann, quien lo compara con Paganini. Al año siguiente, en 1835,
decide volver a París y
concluir sus estudios de composición con Anton Reicha. Su primera composición llegaría
en 1836:
el Concierto para Violín n.º 2
en Fa sostenido menor Op. 19. En 1837 y 1839 realiza largas giras por Rusia,
donde se gana una gran reputación. En el segundo viaje escribe su Concierto para Violín n.º 1 en Mi
Mayor Op. 10, estrenado en París en 1841 con el aplauso de Wagner y Berlioz. En 1843 y 1844 realiza sendas giras de conciertos en Estados Unidos, y ese último año otra por Alemania, donde compondría una nueva obra, el Concierto para Violín n.º 3 en La
Mayor Op. 25, muy influenciado por su amado Concierto para Violín de Beethoven. En 1844 se casa con la pianista vienesa Josephine
Eder, y entre 1846 y 1852 se establece enRusia como violinista del
zar, violín solista
de los Teatros
Imperiales de San Petersburgo y profesor del conservatorio de esta
ciudad. Allí compone, además de otras muchas obras, el Concierto para Violín n.º 4 en Re
menor Op. 31, descrito porBerlioz como "una sinfonía para
violín".
Un músico completo
Vuelve a su Bélgica natal
en 1852 y permanece en Bruselas hasta 1854,
cuando se traslada a Dreieichenhain,
cerca deFráncfort. El
profesor Hubert
Leonard del Conservatorio de
Bruselas le encarga
una obra para ser utilizada en el concurso de violín: entre 1858 y 1859 Vieuxtemps compone el Concierto para Violín n.º 5 en La
menor Op. 37, de gran sensibilidad y tono romántico. Viaja a San Petersburgo en 1864 para hacerse cargo de la cátedra de
violín, pero en 1866 se establece con su familia en París y
en 1871 regresa a Bruselas, donde es nombrado profesor de violín
en el Conservatorio.
Poco después tiene que abandonar el cargo, aquejado de una grave enfermedad, y
no reasume su labor docente hasta 1877.
En este tiempo, salvo los tiempos de enfermedad, no cesa su actividad
concertística con giras por todo el mundo.
En 1879 la enfermedad no le permite continuar
y se traslada con su hermana a Mustafá (Argelia), donde esta residía con su marido.
Allí continúa su trabajo creativo y compone sus dos últimos conciertos: el Concierto para Violín en.º 6 en Sol
Mayor Op. 47 y, poco después,
el Concierto para Violín n.º 7
en La menor Op. 49. Muy
debilitado fallece en Argel en 1881,
pero su cuerpo es trasladado a Bélgica donde
es recibido como un héroe nacional y enterrado en Verviers, su ciudad natal.
Principales obras
Música de cámara
·
Capriccio para Viola solista Op. 9
·
Rêverie Op. 22 n.º 3, dúo.
·
Bouquet américain:
Last Rose of Summer Op. 33 n.º 5, dúo.
·
Ballade et Polonaise Op. 38, dúo.
·
Lamento Op. 48 n.º 18, dúo.
·
Rêve Op. 53 n.º 5, dúo.
·
Elegía para Viola y Piano Op. 30
·
Sonata para Violín Op. 12
·
Sonata para Viola Op. 36
·
Sonata para Viola Op. 14
Música orquestal
·
Concierto para Violín n.º 1 en Mi Mayor Op. 10
·
Concierto para Violín n.º 2 en Fa sostenido menor Op. 19
·
Concierto para Violín n.º 3 en La Mayor Op. 25
·
Concierto para Violín n.º 4 en Re menor Op. 31
·
Concierto para Violín n.º 5 en La menor Op. 37
·
Concierto para Violín n.º 6 en Sol Mayor Op.Post 47
·
Concierto para Violín n.º 7 en La menor a Jenö Hubay Op.Post 49
·
Concierto para Violonchelo n.º 1 Op. 46
·
Concierto para Violonchelo n.º 2 Op. 50
·
Romanza para violín Op. 7 n.º 2
·
Romanza para violín Op. 40 n.º 1
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