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sábado, 14 de febrero de 2015

¡Feliz día del amor y LA AMISTAD!

Decir amigo – Joan Manuel Serrat


Decir amigo 
es decir juegos, 
escuela, calle y niñez. 
Gorriones presos 
de un mismo viento 
tras un olor de mujer. 

Decir amigo 
es decir vino, 
guitarra, trago y canción 
furcias y broncas. 
Y en Los Tres Pinos 
una novia pa' los dos. 

Decir amigo 
me trae del barrio 
luz de domingo 
y deja en los labios 
gusto a mistela 
y a natillas con canela. 

Decir amigo 
es decir aula, 
laboratorio y bedel. 
Billar y cine. 
Siesta en Las Ramblas 
y alemanas al clavel. 

Decir amigo 
es decir tienda, 
botas, charnaque y fusil. 
Y los domingos, 
a pelear hembras 
entre Salou y Cambrils. 

Decir amigo 
no se hace extraño 
cuando se tiene 
sed de veinte años 
y pocas "pelas". 
Y el alma sin mediasuelas. 

Decir amigo 
es decir lejos 
y antes fue decir adiós. 
Y ayer y siempre 
lo tuyo nuestro 
y lo mío de los dos. 

Decir amigo 
se me figura que 
decir amigo 
es decir ternura. 
Dios y mi canto 
saben a quien nombro tanto.



miércoles, 17 de diciembre de 2014

FIESTA - Joan Manuel Serrat
Gloria a Dios en las alturas,
recogieron las basuras
de mi calle, ayer a oscuras
y hoy sembrada de bombillas.
Y colgaron de un cordel
de esquina a esquina un cartel
y banderas de papel
verdes, rojas y amarillas.
Y al darles el sol la espalda
revolotean las faldas
bajo un manto de guirnaldas
para que el cielo no vea,
en la noche de San Juan,
cómo comparten su pan,
su mujer y su gabán,
gentes de cien mil raleas.
Apurad
que allí os espero si queréis venir
pues cae la noche y ya se van
nuestras miserias a dormir.
Vamos subiendo la cuesta
que arriba mi calle
se vistió de fiesta.
Y hoy el noble y el villano,
el prohombre y el gusano
bailan y se dan la mano
sin importarles la facha.
Juntos los encuentra el sol
a la sombra de un farol
empapados en alcohol
abrazando (magreando) a una muchacha.
Y con la resaca a cuestas
vuelve el pobre a su pobreza,
vuelve el rico a su riqueza
y el señor cura a sus misas.
Se despertó el bien y el mal
la zorra pobre vuelve al portal,
la zorra rica vuelve al rosal,
y el avaro a las divisas.
Se acabó,
el sol nos dice que llegó el final,
por una noche se olvidó
que cada uno es cada cual.
Vamos bajando la cuesta
que arriba en mi calle
se acabó la fiesta.


viernes, 21 de noviembre de 2014

A QUIEN CORRESPONDA

Un servidor,
Joan Manuel Serrat,
casado, mayor de edad,
vecino de Camprodon, Girona,
hijo de Ángeles y de Josep,
de profesión cantautor 
y natural de Barcelona,
según obra
en el Registro Civil,
hoy, lunes, 20 de abril 
de 1981
,

con las fuerzas de que dispone,
atentamente 

EXPONE dos puntos

Que las manzanas no huelen,
que nadie conoce al vecino,
que a los viejos se les aparta
después de habernos servido bien.
Que el mar está agonizando,
que no hay quien confíe en su hermano,
que la tierra cayó en manos
de unos locos con carnet.
Que el mundo es de peaje y experimental,
que todo es desechable y provisional.
Que no nos salen las cuentas,
que las reformas nunca se acaban,
que llegamos siempre tarde
donde nunca pasa nada.

Por eso 
y muchas deficiencias más
que en un anexo se especifican, 
sin que sirva de precedente, 
respetuosamente

SUPLICA

Se sirva tomar medidas
y llamar al orden a esos chapuceros
que lo dejan todo perdido
en nombre del personal.
Pero hágalo urgentemente 
para que no sean necesarios
más héroes ni más milagros
para adecentar el local.
No hay otro tiempo que el que nos ha “tocao”;
acláreles quién manda y quién es el “mandao”.
Y si no estuviera en su mano
poner coto a tales desmanes,
mándeles copiar cien veces:
“Esas cosas no se hacen”.

Gracia que 
espera merecer 
del recto proceder 
de quien no suele llamarse a engaño, 
a quien Dios guarde muchos años.

AMÉN.

(Joan Manuel Serrat: En tránsito, 1981)


martes, 4 de noviembre de 2014

VUELO - Miguel Hernández


Sólo quien ama vuela. Pero, ¿quién ama tanto
que sea como el pájaro más leve y fugitivo?
Hundiendo va este odio reinante todo cuanto
quisiera remontarse directamente vivo.

Amar ... Pero, ¿quién ama? Volar ... Pero, ¿quién vuela?
Conquistaré el azul ávido de plumaje,
pero el amor, abajo siempre, se desconsuela
de no encontrar las alas que da cierto coraje.

Un ser ardiente, claro de deseos, alado,
quiso ascender, tener la libertad por nido.
Quiso olvidar que el hombre se aleja encadenado.
Donde faltaban plumas puso valor y olvido.

Iba tan alto a veces, que le resplandecía
sobre la piel el cielo, bajo la piel el ave.
Ser que te confundiste con una alondra un día,
te desplomaste otro como el granizo grave.

Ya sabes que las vidas de los demás son losas
con que tapiarte: cárceles con que tragar la tuya.
Pasa, vida, entre cuerpos, entre rejas hermosas.
A través de las rejas, libre la sangre afluya.

Triste instrumento alegre de vestir; apremiante
tubo de apetecer y respirar el fuego.
Espada devorada por el uso constante.
Cuerpo en cuyo horizonte cerrado me despliego.

No volarás. No puedes volar, cuerpo que vagas
por estas galerías donde el aire es mi nudo.
Por más que te debatas en ascender, naufragas.
No clamarás. El campo sigue desierto y mudo.

Los brazos no aletean. Son acaso una cola
que el corazón quisiera lanzar al firmamento.
La sangre se entristece de debatirse sola.
Los ojos vuelven tristes de mal conocimiento.

Cada ciudad, dormida, despierta loca, exhala
un silencio de cárcel, de sueño que arde y llueve
como un élitro ronco de no poder ser ala.
El hombre yace. EL cielo se eleva. El aire mueve.



 

lunes, 3 de noviembre de 2014

Síndrome de Penélope

Trastorno psicológico por el que a la mujer  lo imposible, le resulta lo más deseado!
Para la gran mayoría de las mujeres existe una sola versión respecto al amor: el imposible. Gritan a los cuatro vientos que sólo las “ilusionan” esos tipos “cínicos” que en cuanto las conocen, las conquistan y hasta las acosan, pero luego las llaman poco o nada; o les dejan mensajes inesperados en su celular cuando ellas pensaban que todo se había acabado, o las citan en lugares y luego les avisan que no podrán ir. Sin embargo, esas mismas mujeres aseguran que por el contrario, el varón previsible, siempre puntual y disponible, el que les lleva un té cuando les duele la cabeza, se vuelve aburrido. Lo malo es que terminan adoptándolo como madre sustituta o peor aún, como marido.

EL AMOR MAS DESEADO

Irónicamente estas mujeres sólo se enganchan con aquello que no pueden tener, porque portan aquel estigma que afirma que lo que cuesta conseguir, vale más. Por tal motivo se enamoran de aquel tipo que las deja prendidas al teléfono y que les genera tanta tensión y sufrimiento que les mueve todo su aparato psíquico. En síntesis, el tipo que sirve el amor a cuentagotas se convierte en el más deseado. Estas mujeres sufren de la enfermedad ó “Síndrome de Penélope”, aludiendo al goce secreto que tal vez  le produjo a esa solitaria mujer la permanente e infructuosa espera de su amado héroe Ulises. Según la leyenda que relata Homero, Ulises partió hacia la guerra de Troya, dejando en Ítaca a su joven esposa Penélope y a su hijo Telémaco. Antes de salir, se despidió de su mujer diciéndole:
“cuando veas que mi hijo ya tiene barba, cásate con quien quieras y abandona tu casa”. El tiempo pasó... y la historia cuenta que el hogar de Penélope se vio asediado por 108 pretendientes, pero que a ella no le interesaban, porque siempre estaba en espera de su amado...

Y así, las mujeres con la enfermedad de Penélope, dan hasta lo que no tienen, en espera del amor que no vendrá. Y para peor, el combustible que hace arder la llama en estas damas es el sentimiento de un fulano que siempre se queda en el umbral, en el signo de interrogación, encarnado en el varón resbaloso que está por venir pero no llega. Más atractivo el cínico, el insuficiente, el difícil, el lejano y ajeno, el que nunca será suyo.

LAS PENELOPES DE HOY
Es sorprendente ver, hoy en día, con que pasividad una mujer sigue amando a aquel hombre que no regresará, aquel que no reconoce legalmente a sus hijos, no le proporciona cuota alimentaria, o no la toca para nada. O por el contrario se conforma con ser la otra, la segunda, la que se esconde, la que viaja con él pero van en aviones separados y jamás se ven en domingo,  en navidades, en restaurantes conocidos.
¿Qué tendrá ese hombre que la tiene en un puño? Muy sencillo: el espectro de Ulises que anida en la mente femenina tiene reflejos que no le dio el mar Egeo, pero encandilan. Porque para ella la felicidad no es algo que se experimenta en el aquí y ahora, si no en el recuerdo. Pero llega un día en que esas chicas evolucionan, crecen y empiezan a buscar una pareja en serio, liberándose así, del tristemente célebre Síndrome de Penélope!

http://www.elaviso.com/de-mujer-a-mujer/787-s-ndrome-de-pen-lope.html


jueves, 30 de octubre de 2014


La boca – Miguel Hernández

Boca que arrastra mi boca. 
Boca que me has arrastrado: 
boca que vienes de lejos 
a iluminarme de rayos. 

Alba que das a mis noches 
un resplandor rojo y blanco. 
Boca poblada de bocas: 
pájaro lleno de pájaros. 

Canción que vuelve las alas 
hacia arriba y hacia abajo. 

Muerte reducida a besos, 
a sed de morir despacio,
das a la grama sangrante 
dos tremendos aletazos. 

El labio de arriba el cielo
y la tierra el otro labio. 

Beso que rueda en la sombra: 
beso que viene rodando 
desde el primer cementerio 
hasta los últimos astros. 

Astros que tiene tu boca 
enmudecido y cerrado, 
hasta que un roce celeste 
hace que vibren sus párpados. 

Beso que va a un porvenir 
de muchachas y muchachos, 
que no dejarán desiertos 
ni las calles ni los campos. 

¡ Cuánta boca ya enterrada, 
sin boca, desenterramos! 

Bebo en tu boca por ellos, 
brindo en tu boca por tantos 
que cayeron sobre el vino
de los amorosos vasos. 
Hoy son recuerdos, recuerdos,
besos distantes y amargos. 

Hundo en tu boca mi vida, 
oigo rumores de espacios, 
y el infinito parece 
que sobre mí se ha volcado. 

He de volver a besarte, 
he de volver. Hundo, caigo 
mientras descienden los siglos 
hacia los hondos barrancos 
como una febril nevada 
de besos y enamorados. 

Boca que desenterraste 
el amanecer más claro 
con tu lengua. Tres palabras,
tres fuegos has heredado: 


Vida, Muerte, Amor. Ahí quedan 
escritos sobre tus labios.




miércoles, 29 de octubre de 2014

Poema de amor – Joan Manuel Serrat

EL sol nos olvidó ayer sobre la arena, 
nos envolvió el rumor suave del mar, 
tu cuerpo me dio calor; tenía frío, 
y allí en la arena 
entre los dos nació este poema, 
este pobre poema de amor para ti.
Mi fruto, mi flor, 
mi historia de amor,
mis caricias. 
Mi humilde candil, 
mi lluvia de abril, 
mi avaricia. 
Mi trozo de pan, 
mi viejo refrán,
mi poeta. 
La fe que perdí,
mí camino 
y mi carreta.
Mi dulce placer, 
mi sueño de ayer,
mí equipaje.
Mi tibio Rincón, 
mi mejor canción, 
mi paisaje.
Mi manantial, 
mi cañaveral,
mí riqueza. 
Mi leña, mi hogar,
mi techo, mi lar, 
mi nobleza. 
Mi fuente, mi sed, 
mi barco, mi red 
y la arena. 
Donde te sentí,
donde te escribí 
mi poema.


 
Lucía - Juan Manuel Serrat

Vuela esta canción para ti Lucia 
la más bella historia de amor 
que tuve y tendré 
es una carta de amor
Que se lleva el viento pintado en mi voz 
a ninguna parte a ningún buzón
No hay nada más bello que lo que nunca he tenido 
nada más amado que lo que perdí 
perdóname sí hoy busco en la arena 
esa luna llena que arañaba el mar
Si alguna vez fui un ave de paso 
lo olvide para anidar allá en tus brazos
Si alguna vez fui bello y fui bueno 
fue enredado en tu cuello y en tus senos 
si alguna vez fui sabio en amores 
lo aprendí de tus labios cantores 
si alguna vez ame si alguna día después 
de amar amé fue por tu amor lucia
Lucia 
Tus recuerdos son cada día más dulces 
el olvido solo se llevo la mitad 
y tu sombra aún se acuesta en mi cama 
con la oscuridad entre mi almohada y mi soledad
No hay nada más bello que lo que nunca he tenido 
nada más amado que lo que perdí 
perdóname sí hoy busco en la arena 
esa luna llena que arañaba el mar 
si alguna vez ame si algún día después 
de amar amé fue por tu amor lucia 
Lucia



martes, 14 de octubre de 2014

"Cantares" - Antonio Machado

Todo pasa y todo queda,
pero lo nuestro es pasar,
pasar haciendo caminos,
caminos sobre el mar.

Nunca persequí la gloria,
ni dejar en la memoria
de los hombres mi canción;
yo amo los mundos sutiles,
ingrávidos y gentiles,
como pompas de jabón.

Me gusta verlos pintarse
de sol y grana, volar
bajo el cielo azul, temblar
súbitamente y quebrarse...

Nunca perseguí la gloria.

Caminante, son tus huellas
el camino y nada más;
caminante, no hay camino,
se hace camino al andar.

Al andar se hace camino
y al volver la vista atrás
se ve la senda que nunca
se ha de volver a pisar.

Caminante no hay camino
sino estelas en la mar...

Hace algún tiempo en ese lugar
donde hoy los bosques se visten de espinos
se oyó la voz de un poeta gritar
"Caminante no hay camino,
se hace camino al andar..."

Golpe a golpe, verso a verso...

Murió el poeta lejos del hogar.
Le cubre el polvo de un país vecino.
Al alejarse le vieron llorar.
"Caminante no hay camino,
se hace camino al andar..."

Golpe a golpe, verso a verso...

Cuando el jilguero no puede cantar.
Cuando el poeta es un peregrino,
cuando de nada nos sirve rezar.
"Caminante no hay camino,
se hace camino al andar..."

Golpe a golpe, verso a verso.


viernes, 3 de octubre de 2014

PADRE – Joan Manuel Serrat

Padre
decidme qué
le han hecho al río
que ya no canta.
Resbala
como un barbo
muerto bajo un palmo
de espuma blanca.
Padre
que el río ya no es el río.
Padre
antes de que llegue el verano
esconded todo lo que esté vivo.
Padre
decidme qué
le han hecho al bosque
que ya no hay árboles.
En invierno
no tendremos fuego
ni en verano sitio
donde resguardarnos.
Padre
que el bosque ya no es el bosque.
Padre
antes de que oscurezca
llenad de vida la despensa.
Sin leña y sin peces, padre
tendremos que quemar la barca,
labrar el trigo entre las ruinas, padre,
y cerrar con tres cerrojos la casa
y decía usted…
Padre
si no hay pinos
no habrá piñones,
ni gusanos, ni pájaros.
Padre
donde no hay flores
no se dan las abejas,
ni la cera, ni la miel.
Padre
que el campo ya no es el campo.
Padre
mañana del cielo lloverá sangre.
El viento lo canta llorando.
Padre
ya están aquí…
Monstruos de carne
con gusanos de hierro.
Padre
no, no tengáis miedo,
y decid que no,
que yo os espero.

Padre
que están matando la tierra.
Padre
dejad de llorar
que nos han declarado la guerra.

                                          Padre - Joan Manuel Serrat