El «Quenta Silmarillion» narra cómo, en la Primera Edad del Sol, Morgoth, el Enemigo Oscuro, se escondió en los Pozos de Angband y creó sus obras maestras malignas a partir del fuego y la hechicería. Las tenebrosas joyas del genio de Morgoth fueron los grandes gusanos, llamados dragones. Los hizo de tres clases: grandes serpientes que reptaban, reptiles que andaban y los que volaban con alas como las de un murciélago. De cada clase existían a su vez dos tipos: los dragones del frío, que luchaban con sus garras y colmillos, y los fantásticos urulóki o dragones de fuego, que destruían con su aliento ígneo.
Todos eran la personificación de los principales males de los hombres, elfos y enanos, y también fue grande la destrucción que causaron en estas razas. Los reptiles estaban protegidos por escamas de hierro impenetrables. Sus colmillos y zarpas eran como estoques y jabalinas. Los dragones alados barrían la tierra con vientos huracanados, y los dragones de fuego lanzaban llamaradas escarlatas y verdes que lamían la tierra y destruían todo a su paso. Tenían la vista más aguda que la de un halcón y nada de lo que veían podía escapárseles. Poseían un oído capaz de captar el sonido de la más tenue respiración del enemigo más silencioso, y un olfato que les permitía identificar a cualquier criatura por el más mínimo olor de su cuerpo.
Eran famosos por su inteligencia, pero tenían los defectos de la vanidad, la glotonería, la mentira y la ira. Al haber sido creados principalmente con los elementos de la hechicería y el fuego, los dragones evitaban el agua y la luz del día. La sangre de los dragones era negra, y un mortífero veneno, y los vapores de su peste de gusano hedían a azufre y cieno ardientes.
El principal de los dragones de fuego, los urulóki, creados por Morgoth en Angband, era Glaurung, el Padre de los dragones. Aunque no pertenecía a la raza de los alados, Glaurung fue el principal terror de su época. Pero el mayor dragón que jamás vio el mundo fue el llamado Ancalagon el Negro. Ancalagon fue el primero de los dragones alados de fuego, y él y otros de su raza salieron de Angband como poderosas nubes de viento y fuego, cuando se realizó la última defensa del reino de Morgoth. Ancalagon fue derribado y otros dragones de fuego resultaron muertos o huyeron, y hasta la Tercera Edad del Sol las historias de la Tierra Media no vuelven a hablar de ellos. Entonces habitaban los desiertos más allá de las Montañas Grises en el norte.
En el siglo veintiocho de la Tercera Edad, el mayor dragón de la época atacó el reino de los enanos en Erebor, procedente del norte. Este dragón de fuego alado se llamaba Smaug el Dorado. Smaug arrasó el reino de los enanos y durante dos siglos gobernó Erebor sin que nadie lo desafiara. Pero, en el año 2941, un grupo de aventureros llegó a la montaña: doce enanos y el hobbit Bilbo Bolsón. Cuando Smaug se vio hostigado por ellos, asoló con su fuego la región, pero en Esgaroth, sobre el Lago Largo, resultó muerto por un Hombre del Norte, Bardo el Arquero. Se rumoreaba que los dragones siguieron viviendo durante muchos siglos en el desierto septentrional, más allá de las Montañas Grises, pero ninguna historia vuelve a referirse a estas malignas aunque magníficas criaturas.
Dragones singulares mencionados en los escritos de Tolkien: ·-Glaurung: padre de los Dragones, muerto por Túrin Turambar. Primero de los Urulóki, los dragones de fuego deAngband. Tenía cuatro patas y era capaz de exhalar fuego, pero no poseía alas. ·-Ancalagon el Negro: el más poderoso de los dragones alados, aniquilado por Eärendil con la Guerra de la Cólera. ·-Scatha: muerto por Fram de los Éothéod. Descrito como un «gusano largo», aunque este término parezca ser más bien una expresión en lugar de un grupo taxonómico por separado. ·-Smaug: último de los grandes dragones de la Tierra Media, exterminado por Bardo, un descendiente de Girion de la Ciudad de Valle. Otros dragones estaban presentes en la Caída de Gondolin. También al final de la Tercera Edad, los dragones criados en las tierras baldías del norte y del Brezal Marchito al norte de Ered Mithrim.
martes, 16 de diciembre de 2014
Pequeño Tolkien Ilustrado
Bestiario de la Tierra Media
Balrogs
Los Balrogs son criaturas demoníacas ficticias pertenecientes al legendarium de J. R. R. Tolkien, que tienen la habilidad de manejar el fuego, y otros poderes del mal.
Etimología
El nombre Balrog es una palabra sindarin que significa "demonio de poder", siendo Valarauko su versión en quenya. (Vala, significa "poder", rauko[r], demonio) Aunque su primera aparición expresa fue en la novela El Señor de los Anillos, existen menciones en otros libros anteriores de Tolkien, como El Silmarillion.
Descripción
Los balrogs son Maiar al servicio de Melkor y Sauron descritos como enormes y amenazantes humanoides, con la habilidad de controlar el fuego, la oscuridad y las sombras. Inducían terror en enemigos y aliados por igual, y la sola mención de su nombre hacía temer a los más valerosos guerreros. Solían estar armados con látigos ígneos de varias puntas, y a veces con enormes espadas de fuego. Se deja entrever en los libros de Tolkien que los balrogs eran terriblemente poderosos, ya que requerían un esfuerzo colosal para ser destruidos; sólo los dragones podían rivalizar con ellos en ferocidad y destrucción.
Aunque en los libros se deja ver poco de la inteligencia y motivaciones de los balrogs, puede suponerse que poseerían no sólo plena inteligencia, sino también grandes intelectos, debido a su pasado Maia. Los balrogs fueron probablemente los únicos subordinados de Melkor con genuina lealtad hacia su señor, como se vio cuando lo rescataron de Ungoliant.
Historia
Los Balrogs fueron originalmente Maiar, de la misma raza que Saruman y Gandalf, pero fueron seducidos por Melkor, que los corrompió bajo su servicio en los días de esplendor después de la creación de Arda.
Al final de la Edad de los Arboles, los Valar capturaron a Melkor y destruyeron Utumno, haciendo huir a los Balrogs, los cuales se ocultaron en profundas simas y abismos.3 Cuando Melkor volvió de Valinor, ahora bajo el nombre de Morgoth, y fue atacado por la criatura arácnida Ungoliant en la costa helada de Lammoth, en Beleriand, los Balrogs despertaron y ayudaron a su amo, espantando a la araña.
Cuando los Noldor llegaron a Beleriand en persecución de Morgoth, consiguieron la victoria contra los orcos en la Dagor-nuin-Giliath. Sin embargo, cuando las fuerzas de Fëanor intentaron tomar Angband, los Balrogs irrumpieron y el líder de ellos, Gothmog, hirió mortalmente a Fëanor. Aunque sus hijos pusieron en fuga a los Balrogs, Fëanor murió poco después.
En Las baladas de Beleriand, La balada de Leithian, se menciona que los Balrogs capitaneaban orcos. Tolkien dice que como mínimo dos Balrogs fueron abatidos en la caída de Gondolin. Durante el asalto a la ciudad, Ecthelion de la Fuente luchó contra Gothmog y ambos murieron, mientras que Glorfindel se enfrentó a otro Balrog cuando intentaban escapar del sitio, cayendo Glorfindel y él a un hondo abismo, donde ambos murieron.
En la Guerra de la Cólera con la que finalizó la Primera Edad, la mayoría de los Balrogs fueron destruidos, aunque al menos uno, el conocido como Daño de Durin, consiguió escapar y refugiarse en las profundidades de la tierra.7 En el año 1980 de la Tercera Edad los Enanos de Khazad-dûm cavaron tan profundamente que despertaron a la criatura, que mató a Durin VI y su hijo Náin I y forzó a los Enanos a abandonar Moria. El año 3019, la Comunidad del Anillo se aventuró en Moria y fueron atacados por orcos y el Balrog en la Cámara de Mazarbul.8 Gandalf se enfrentó al balrog en el Puente de Khazad-dûm, el cual colapsó con ambos encima y cayeron a una profunda sima. Pero, a diferencia del duelo de Glorfindel, los contendientes sobrevivieron a dicha caída y prolongaron su duelo a través de los túneles de Moria hasta que Gandalf fue capaz de abatirle.
Apariencia
A pesar de numerosas interpretaciones de la apariencia del Balrog, Tolkien mismo nunca clarificó enteramente su apariencia exacta. No está claro si el Balrog retuvo la habilidad de cambiar forma de los Maiar, o cuál era la forma exacta de aquel que encontró la Comunidad. Especialmente, nunca estuvo claro cuán grande era, o si fue vislumbrado como una criatura alada o no; de hecho, el Balrog de la adaptación de Peter Jackson no es del todo acorde al legendarium de Tolkien, debido a la falta de información sobre su fisonomía.
¿Alados o no?
El debate de sus alas proviene del capítulo de El Puente de Khazad-Dûm'" de La Comunidad del Anillo. Hay dos referencias en él.
Su enemigo se paró de nuevo, enfrentándolo, y la sombra alrededor aparecieron como dos vastas alas [...]. De pronto se desplegó a gran altura, y sus alas se extendían de pared a pared...
El Señor de los Anillos, Libro segundo, Cap.5 "El Puente de Khazad-Dûm"
De estos dos breves pasajes, no está claro si la referencia a las alas debe ser tomada metafórica o literalmente, si las alas de sombra están de hecho ahí y podían soportar a la criatura en vuelo, si las sombras del Balrog simplemente parecían alas, o si se pretendía que fuera una alusión a su amenazadora naturaleza. Hay otras menciones de Balrogs viajando con "velocidad alada", pero ésta es una expresión común usada ampliamente en los trabajos de Tolkien, así como en otros trabajos literarios.
Sumado a la confusión, está el hecho de que tanto Gandalf como Glorfindel libraron duelos con Balrogs, y en ambos casos, los demonios cayeron desde gran altura y no usaron sus "alas", ni siquiera para planear o para intentar aterrizar de forma controlada. De nuevo, esto puede ser interpretado de varias maneras. Es concebible que las alas no fueron usadas para volar debido a su condición física eventual, es decir, que estuvieran lesionados o exhaustos como resultado del combate, así como que las condiciones del terreno no les permitiera volar, o incluso que sus alas sólo fuesen vestigiales.
Adam Tolkien, nieto del escritor, afirmó en una conferencia celebrada en Elche en 2008 que los Balrog sí tenían alas.
El tamaño de los Balrogs
Incluso el tamaño exacto de los Balrogs es tema de disputa. Tolkien daba un par de indicaciones acerca de esto.
[el Balrog] dio zancadas hasta la fisura, no más que la altura de un hombre y sin embargo el terror parecía ir tras él.
La historia de la Tierra Media, vol. VII (La traición de Isengard), X Las minas de Moria II: El puente
Esto no aparece en la versión publicada de El Señor de los Anillos, así que podría no haber sido prevista como versión definitiva. Pero los otros textos sobre los Balrogs indican que no eran de ninguna gran altura en particular.
En El Señor de los Anillos, Tolkien nota que una entrada fue hecha de tal tamaño que
....orcos uno detrás del otro brincaron dentro de la cámara... se agruparon en la entrada.
El Señor de los Anillos, Libro segundo, Cap. 5 "El puente de Khazad-dûm"
Tal entrada no parece que sea pasable por una criatura mucho más grande que una de tamaño humano, debido a su capacidad de poder desplazarse por un túnel angosto y no muy alto. También puede sugerir que el Balrog no poseía una naturaleza física tangible, o que estuviese agachado o reptando por el túnel.
Para las adaptaciones fílmicas del libro, ambos temas necesitaban ser resueltos. El Balrog dibujado por Ralph Bakshi para la versión animada de 1978 se asemejaba a un simio o un león alado, no mucho más grande que un humano, pero considerablemente más pesado, y que sí podía volar. La versión de Peter Jackson de La Comunidad del Anillo, lanzada en 2001, apostó por una gran criatura claramente alada; sin embargo, durante la lucha con Gandalf, el Balrog parece incapaz de volar. Esto quizás fue debido a la falta de espacio en el abismo, ya que en un par de ocasiones se ve que el Balrog rebota contra las paredes, denotando tal vez que no había suficiente espacio para extender las alas.
Creación y evolución literaria
En uno de los escritos tempranos de la Tierra Media, Baladas de los hijos de Húrin, "Lungothrin, Señor de los Balrogs" es mencionado. No es, sin embargo, seguro de que haya sido otro nombre para Gothmog, o si simplemente significaba "un Señor Balrog". De acuerdo a Christopher Tolkien, este último es más probable, ya que el nombre Gothmog fue mencionado en los escritos más tempranos sobre la Tierra Media, así también como en la versión final de la mitología de Tolkien.
Los Balrogs fueron originalmente imaginados para ser inmensos en número y no muy resistentes como individuos:
El concepto original de los Balrog los hace menos terribles, y ciertamente más destruíbles, que sus siguientes descripciones: existieron cientos de ellos (p. 170), y muchos fueron asesinados por Tuor y los habitantes de Gondolin en grandes números: "de esta manera cinco cayeron bajo el gran hacha de Tuor Dramborleg, tres bajo la espada de Ecthelion, y dos veintenas fueron asesinadas por los guerreros de la casa del rey.
— El libro de los cuentos perdidos 2, comentario de Christopher Tolkien en «La caída de Gondolin».
Aparecieron los lobos y las serpientes y cien Balrogs, y luego Glomund el padre de los Dragones
El Camino Perdido, Quenta Silmarillion capítulo 16, §15.
A medida que el legendarium se volvía más formidable e internamente consistente, y los Balrogs más terribles, este número fue reducido bastante. Al final Tolkien estableció que habría "como mucho" siete de ellos:
Como nota al margen mi padre escribió: 'Se supone que no más de 3 o como máximo 7 existieron en su totalidad.'
El anillo de Morgoth, Sección 2 (AAm*): nota 50 (después de la sección 3)
El número de Balrogs cambió a como máximo 7 en el mismo momento en que se volvieron Maiar en la mente de Tolkien, así que esta nota es la única condición aplicable del número de Balrogs que Tolkien escribió. Sin embargo, a menudo se alude a que éstos presentan grandes números, incluso si no hay una cuenta específica. Para informar de esto, generalmente se plantea que existían dos clases: Balrogs mayores y menores. Hay sólo unos pocos Balrogs mayores, como hay también unos pocos Maiar importantes, pero también muchos Balrogs menores que eran la mayoría de las fuerzas de Morgoth.
Armas y habilidades
Aunque su arsenal es variado, se presentan algunos patrones:
• Poder de usar el fuego como arma, estando rodeados de él.
• Casi todos los Balrogs aparecen descritos con látigos llameantes de muchas colas.
• Posible control de la magia, ya que en el capítulo "El Puente de Khazad-Dûm" Gandalf menciona que el Balrog usó un «contraconjuro» para abrir la puerta que el mago había sellado.
• El Balrog de Moria apareció con una espada de fuego. Por su parte, el Señor de los Balrogs Gothmog portaba un hacha negra, mientras que los miembros de su séquito llevaban mazas del mismo color.