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viernes, 3 de octubre de 2014

Colecciones Británicas sobre Antiguo Egipto


Desde el siglo XVIII el coleccionismo ha tenido una gran importancia en Gran Bretaña. En principio sólo era una mera acumulación de objetos de arte que interesaban por su belleza o por su rareza. Una vez estudiadas las llamadas culturas clásicas, Grecia y Roma, y en especial después del descubrimiento de la piedra Rossetta por las tropas de Napoleón, Egipto comenzó a interesar en Europa.

Con el desarrollo de la arqueología, ya en el siglo XIX, las campañas arqueológicas en Egipto se multiplicaron. Aunque comenzaron sin un excesivo rigor científico, el interés por el arte y la cultura del Antiguo Egipto fue en aumento, como demuestran las numerosas referencias literarias, sobre todo tras el gran descubrimiento de la tumba de Tutankamon por el arqueólogo británico Howard Carter en 1922, en que Egipto proclamó su independencia.

La frecuencia de las campañas arqueológicas británicas en Egipto se debieron principalmente a que el país estaba vinculado desde la construcción del canal de Suez (1859-69) al imperio británico hasta el movimiento nacionalista surgido al final de los años 50 de este siglo, en que se hicieron duras críticas sobre la expoliación del patrimonio cultural egipcio. Las disputas por la mayoría de las obras que actualmente se encuentran en colecciones y museos brtánicos siguen existiendo en la actualidad.




La Colección Egipcia del Museo Británico

 

El origen del Museo Británico se remonta a 1753, y se formó a partir de una colección privada.  Sir Hans Sloane era el dueño de esta colección, aunque no existe evidencia de que este señor tuviera el más mínimo interés en la egiptología. 

A su muerte dejó su colección para que se fundara un museo.  Este museo se instaló en Montague House, un edificio que se encontraba donde más adelante se edificaría el museo actual. 

El museo fue incrementando su colección gracias a la aportación de colecciones particulares, y consigue que una asociación llamada Sociedad de Egipto les regale una momia.

Por el conocido Tratado de Alejandría se trae a Londres la piedra Rosetta, e igualmente se requisa a los franceses una estatua de Sekhmet.  Ambas piezas pasaron a formar parte de la colección de Montague House.

Luego, gracias a la intervención de Salt, Bruckhardt y Belzoni se consiguió el gran coloso de Ramsés II que se exhibe en la sala central.  Para entonces (1816) existe una ley egipcia que permite la salida de Egipto de objetos faraónicos, siempre que éstos no se dañen.

El éxito que tuvo por entonces la exposición de Belzoni en Londres hace que el museo pida a Salt la colección.  Pero como sus objetos no son considerados obras de arte, sólo le ofrecen 2.000 LE.  Por esta mísera cantidad vende solo una parte, quedándose con la tapa del sarcófago de Seti I, que ahora se encuentra en el Soane’s Museum.  Sólo por esta pieza cobra lo mismo que por el resto de la colección vendida al Montague House.

La construcción del actual edificio es obra de Robert Sammit.  En origen no tuvo el aspecto actual, sino que fue ampliándose a medida que las obras fueron incrementándose. 

La primera construcción es la actual galería de estatuaria de 1843.  En el piso superior aloja las piezas menores, así como los sarcófagos y momias.

Samuel Birch organizó el material por fichas y códigos numéricos:

ES = esculturas egipcias del 1 al 1000
ER = no esculturas del  10.000 al 10.999
pero esta numeración pronto resulta insuficiente con la llegada de manuscritos y papiros, donados sobre todo por Anthony Harris.

En 1870 nace una nueva numeración (JE) seguida del número correlativo de llegada.  La numeración sigue a cargo de Birch.  En 1955 se separan en dos departamentos el Próximo Oriente Asiático y Egipto, y se cambia la numeración a la actual EA (Egyptian Antiquities).

Bajo la dirección de Wallis Budge llegan distintos papiros, entre ellos el famoso Papiro de Ani. 
 Por aquel entonces se crea igualmente la Egypt Exploration Society.

El Museo Británico cuenta en la actualidad con unas 75.000 piezas egipcias.


·                         Principales piezas de la Colección
·                         1.- Estatua-bloque de Sennefer
·                         2.- Pareja sin identificar
·                         3.- Busto colosal de caliza de Amenhotep III
·                         4.- Evidencia de la persecución oficial de la historia de un faraón
·                         5.- Estatua de granito de Sesostris III
·                         6.- Estatua de Jaemuaset en conglomerado de arenisca
·                         7.- León de granito rojo de Amenhotep III
·                         8.- Estatua de caliza pintada de Nenkheftka
·                         9.- Hombre Predinástico
·                         10.- Sarcófago interior de Henutmehyt
·                         11.- Sarcófago exterior de Bakenmut
·                         12.- Sarcófago dorado de Henutmehyt (exterior)
·                         13.- Placa de momia de Henutmehyt
·                         14.- Historia de la conservación de la Piedra Rosetta
·                         15.- La Piedra de Shabako
·                         16.- Barca de granodiorita con una estatua de Mutemuia como diosa Mut
·                         17.- Página del Libro de los Muertos de Hunefer
·                         18.- Maqueta mostrando la fabricación del vino, del pan y una carnicería
·                         19.- Busto Colosal de Ramsés II, el joven Memnón



http://www.egiptologia.com/museos-y-exposiciones/77-museos-del-mundo/1036-la-coleccion-egipcia-del-museo-britanico-de-londres.html?start=3





















viernes, 26 de septiembre de 2014

Discos con historia: Abbey Road  - Los Beatles y la leyenda tras su portada
A mediados de los años 60, la carrera de los Beatles estaba en pleno apogeo. Habían copado varios números uno en las listas de éxitos tanto del Reino Unido como de EEUU, e iban camino de convertirse en la banda musical más famosa de todos los tiempos.
Según la leyenda, el 9 de noviembre de 1966 Paul McCartney abandonó el estudio de grabación de Abbey Road tras una fuerte discusión con sus compañeros. Paul, furioso, conducía su Aston-Martin a toda velocidad sin prestar atención a la carretera hasta que, al llegar a un cruce, no prestó atención a los semáforos y fue arrollado por un camión.
Brian Epstein, por aquel entonces manager de los Beatles, fue avisado inmediatamente del accidente. Supuestamente, la cabeza de Paul había quedado tan desfigurada que fue necesario acudir a la muestra dental para identificarlo. Misteriosamente, Brian consiguió que la policía no hiciese referencia a la muerte de Paul. El informe policial dejó constancia simplemente de que un hombre joven había perecido en el accidente.
Buscando a un Sustituto
Los Beatles no podían permitirse perder a un miembro de la banda en su momento de mayor popularidad. La muerte de Paul suponía un conflicto de intereses, ya que éste era, junto a Lennon, el miembro mas popular del grupo y el preferido entre las mujeres. Lennon y McCartney eran el alma del grupo y los compositores de la mayor parte de las canciones. Por ello, y tras superar el shock de su muerte, Epstein tuvo una idea descabellada: buscar un sustituto, un doble con gran parecido físico con Paul que pudiera reemplazarle en sesiones fotográficas y actuaciones. Para su voz en las grabaciones, se utilizarían a distintos dobles que pudieran imitarla.
Finalmente el supuesto elegido fue un joven llamado William Campbell, que tenía un gran parecido con Paul pero contaba con dos importantes diferencias: era diestro (Paul era zurdo) y sólo sabía tocar la guitarra, no el bajo. Tras unos meses de entrenamiento en el manejo del bajo con al mano izquierda y un par de retoques estéticos, estuvo listo para su presentación en público.
Surge la Sospecha
El rumor de la supuesta muerte y reemplazo de Paul McCartney apareció por primera vez en 1969. Todo comenzó con una llamada que alguien llamado “Tom” hizo a Russ Gibb, un famoso Radio DJ de la WKNR-FM. El Disc Jockey narró por radio una de las leyendas urbanas más memorables de todos los tiempos: la supuesta muerte de McCartney y el posterior encubrimiento.
Poco después, Fred Labour, un estudiante de la Universidad de Michigan, publicó un curioso análisis en el periódico de la Universidad sobre “Abbey Road”, el disco publicado por los Beatles en ese mismo año. Fred aseguraba que en la portada y las letras del disco se encontraban numerosas pistas que delataban la existencia de una conspiración para ocultar la muerte de Paul.
Y así surgió la leyenda. En unos meses, los fans de todo el mundo habían encontrado cientos de referencias ocultas al trágico suceso.
Supuestamente los Beatles, descontentos con el secretismo creado alrededor de la muerte de su compañero, se dedicaron a dejar pistas dispersas aquí y allá sobre lo que realmente había sucedido. El gran secreto de los Beatles sólo sería revelado para aquel que supiera seguir las claves dejadas por el grupo en sus obras posteriores a 1966.

La Portada
La portada supuestamente esta cargada de referencias a la muerte de Paul. Los cuatro Beatles aparecen en fila, como escenificando un cortejo fúnebre. John Lennon va vestido de blanco: es el predicador, Ringo va de luto, es el amigo del difunto. George Harrison, a su vez, va vestido con un ropa vaquera e informal: es el enterrador. Paul es el único de los cuatro que va descalzo y camina con los ojos cerrados. En muchas culturas orientales, los difuntos son quemados descalzos. Además, su paso está descoordinado respecto al resto de los Beatles, como si no perteneciera a la procesión. Por último, el coche negro aparcado a la derecha, en segundo plano, parece un coche fúnebre.
El resto de detalles son más sutiles, pero claramente reveladores. Hay dos claves que son especialmente importantes. La primera es que Paul está fumando… con la mano derecha. Recordemos que Paul McCartney era zurdo mientras que William Campbell, su supuesto sustituto, era diestro, aunque aprendió a tocar el bajo con la mano izquierda para disimular esta “pequeña” diferencia.
El segundo detalle es la matrícula del coche blanco aparcado en segundo plano, en la que se puede leer “28 IF” (28 SÍ…) 28 años es la edad que tendría Paul McCartney en el momento de la publicación del disco… SI estuviera vivo.
Explicación a la leyenda
Abbey Road es la calle en donde se ubicaban los estudios, una calle con bastante tráfico, ello generó que el tiempo que tendrían para tomarse las fotos correspondientes iba a ser muy limitado. Y la idea era tomar unas 6 fotos de las cuales tenía que salir la portada del álbum.
No hubo una razón especial para elegir el escenario, solamente buscar lo más cómodo para el grupo: el paso de cebra que estaba situado justo enfrente de la puerta de los estudios de grabación. No tendrían que trasladarse a otro lado y estaban cerca del estudio.
En cuanto al vestuario, los cuatro beatles aparecieron en la foto tal como iban vestidos aquel día, como solían usar por aquella época. Paul, que vivía muy cerca de los estudios de grabación, había llegado ese mismo día de la foto con sandalias al trabajo, y en algunas de las otras fotos tomadas ese día puede vérsele caminando llevándolas consigo puestas.
Había un Volkswagen Escarabajo que aparecía en la foto y que solía estar aparcado en ese sitio con frecuencia, y era propiedad de alguien que vivía en los pisos de al lado del estudio. Antes de la sesión fotográfica, la policía trató de quitarlo de la acera, pero no pudo hallar a su dueño. La policía había cortado el tráfico previamente, y de hecho en la portada del disco se puede ver una camioneta policial estacionada en la acera derecha. No hubo, sin embargo, restricción para el tráfico peatonal, y la foto muestra algunas personas que estaban en la calle en ese preciso momento.
La sesión de fotos duró sólo 10 minutos. Los cuatro Beatles salieron del estudio de Abbey Road a las 10:00 am en punto, el viernes 8 de agosto de 1969, con la ropa que llevaban puesta. El fotógrafo Ian McMillan se subió a una escalera en la mitad de la calle y les pidió que cruzaran normalmente y sin actuar. Cruzaron cuatro veces y se hicieron seis tomas. Y la elegida fue la quinta toma. Desde el punto de vista técnico, la foto no tiene ningún misterio, fue tomada del modo más simple, sin flash, sin trípode, sin filtros, sin teleobjetivos sofisticados. Apenas con un lente de 28 mm. McMillan hizo el encuadre sin perder el protagonismo de ellos cuatro y sin descuidar el entorno. John Lennon, Ringo Starr, Paul McCartney y George Harrison caminando de izquierda a derecha, sin mirar a la cámara: esa fue la única consigna. Tras la sesión fotográfica, los Beatles se reunieron para tomar algo en casa de Paul, que vivía a poco más de 50 metros del lugar de la fotografía. Así nació una de las portadas más famosas de la historia del rock.

Detalles Curiosos
Sobre la derecha de la imagen se ve a un hombre de pie. Su nombre era Paul Cole -quien murió a los 96 años, en febrero de 2008- y estaba de vacaciones en Londres con su esposa. Ella quería entrar a un museo, pero él no y prefirió salir a caminar y tomar un poco de aire. Fue así como paseando por el barrio llegó casualmente hasta la puerta de Abbey Road, donde vio que un policía estaba cortando la calle y que cuatro jóvenes caminaban por el paso cebra y que un tipo subido a una escalera les sacaba fotos. La camioneta que está al lado de Cole es una unidad policial. Cole observó la secuencia y no le dio importancia. Un año más tarde Cole vio la tapa del disco en su propia casa, su esposa estaba aprendiendo a tocar una canción de George Harrison en el piano. No salía de su asombro y le contó la historia a ella y a sus hijos. Tras una razonable incredulidad, fueron en busca de una lupa y disiparon las dudas. Había salido en la carátula del “ABBEY ROAD”.
Pero también esta carátula dio lugar a que se esparcieran aquellos absurdos rumores que hablaban acerca de que Paul había muerto y que había sido suplantado por un doble. Y se estas suposiciones se basaban en el hecho que en el Volkswagen blanco se podía leer en su matrícula LMW 281F, e interpretaban esta placa de la siguiente manera: “LMW” significaba Linda McCartney Waits (Linda McCartney espera) y 28IF, se la interpretaba como 28 if, que en inglés era una referencia a que si Paul viviese tendría 28 años, ya que “if” significa “si” como condicional. Pero hay una cosa muy cierta, si como se decía, en 1966 Paul hubiera muerto, nunca hubiera conocido a Linda Mc Cartney, entonces ¿por qué tendría que esperar Linda a quien nunca conoció?
Pero la verdad era otra, ya que ese auto pertenecía a un hombre que vivía en un piso exactamente al lado del estudio. También se llegó a afirmar que Paul había muerto, porque era el único que estaba descalzo, con un cigarro en la mano derecha siendo zurdo y con el paso cambiado. Pero, con respecto a lo de los zapatos, Paul comentó que aquel día hacía calor y que en un momento determinado se los quitó sin más. De hecho, en fotos desechadas de la misma sesión, aparece calzado con unas sandalias.
Cosas que NO sabías de Abbey Road de The Beatles
El último álbum lanzado por The Beatles oficialmente fue Let It Be, sin embargo, fue Abbey Road el último en grabarse (durante los primeros meses de 1969), es por eso que este, aunque fue lanzado en 1969, es considerado el último disco de The Beatles. Let It Be fue lanzado en mayo de 1970, poco tiempo después que la banda anunció su disolución definitiva.
Durante parte de la grabación del álbum John Lennon no estuvo presente debido a un accidente. Sumado a lo anterior, el ambiente adentro del estudio era demasiado tenso, a menudo cada integrante de la banda grababa sus canciones con músicos de estudio.
En Here Comes The Sun, John Lennon por primera vez no toca ningún instrumento. La canción fue grabada en su ausencia.
Ringo Starr también grabó una de sus más importantes composiciones para este álbum. Ayudado por George Harrison e inspirado durante una visita a la costa después de renunciar a la banda por unos pocos días mientras se grababa el White Album, Starr escribe Octopus’s Garden.
Ringo es nuevamente protagonista durante el final del medley presente en el “Lado B” del disco, considerado el mejor de todos los tiempos. La última canción del medley es “The End”, canción que tiene la particularidad de tener el único solo de batería que Ringo grabó jamás. Además la canción cuenta con 3 solos de guitarra seguidos, primero McCartney, luego Harrison y finalmente Lennon. Al finalizar la canción se pronuncia la frase que marca el final de la banda más importante de todos los tiempos: “and in the end, the love you take is equal to the love you make” (“en el final (o en conclusión), el amor que recibes es igual al amor que das”).
El disco inicialmente se llamaría Everest y se estaba organizando un viaje a los Himalaya para la realización de una sesión fotográfica.
Desechada la idea anterior, The Beatles decidió nombrar el disco Abbey Road, en honor a la calle donde estaba ubicado el estudio de grabación.
El automóvil Volkswagen Escarabajo que aparece estacionado detrás, placa patente LMW 281F, fue subastado en 1986 en un precio millonario.
Tanto la placa patente del automóvil, como el cartel de la calle Abbey Road en Londres, fueron por décadas robados por los fanáticos de la banda. Hoy el cartel no existe y el mismo está pintado en una pared.
 Aún quedan más historias sobre las portadas de los discos, pero esas las explicaremos en otra entrega.