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sábado, 7 de marzo de 2015

ARENA Y ESPUMA – Khalil Gibrán (1926)

Siempre estoy vagando en esta playa
Entre la arena y la espuma.
La marea borrará las huellas de mis pies
Y el viento esparcirá la espuma.
Pero el mar y la playa continuarán por siempre jamás.
Un día encerré en mi mano un poco de niebla.
Y al abrir el puño, ¡ay!, la niebla
Se había convertido en gusano.
Volví a cerrar y abrir el puño, y ¡Albricias!,
En mi palma había un pájaro.
Nuevamente cerré y abrí el puño, y
Vi que en mi palma había un hombre,
De pie, de rostro triste, que me observaba.
Y volví a cerrar el puño; al abrirlo,
No había más que niebla.
Pero escuché un canto de inenarrable dulzura.
Apenas ayer me sentía una partícula
Oscilando sin ritmo en la espera de la vida.
Ahora sé que soy la espera, y toda
La vida palpita en rítmicos fragmentos
En mi interior.
Me dicen, en su vigilia:
"Tú y el mundo en que vives no sois
Más que un grano de arena en la
Infinita playa de un mar infinito".
Y yo les digo, en mi sueño: "Soy
El mar infinito, y todas las palabras
No son más que granos de arena
En mi playa".
Sólo una vez me quedé sin palabras.
Fue cuando un hombre me preguntó:
"¿Quién eres?"
El primer pensamiento de Dios fue un ángel.
La primera palabra de Dios fue un hombre.

Fuimos criaturas ondulantes, vagarosas, ansiosas, un millón de años antes de que el mar y el viento del bosque nos dieran palabras.
Ahora bien, ¿cómo podremos expresar lo muy antiguo que hay en nosotros, sólo con los sonidos de nuestros recientes ayeres?
La esfinge habló sólo una vez, y dijo: "Un desierto es un grano de arena, y un grano
de arena es un desierto; y ahora, volvamos a guardar silencio".
Oí lo que dijo la Esfinge, pero no lo comprendí.
Una vez miré el rostro de una mujer y en, él vi a todos sus hijos aún no nacidos.
Y una mujer me miró a la cara, y conoció a todos mis antepasados, muertos antes de que ella naciera.
Ahora me realizaría plenamente. Pero, ¿cómo, a menos que llegue yo a ser un
planeta con seres inteligentes que moren en él?
¿No es esta la meta de todos los hombres?
Una perla es un templo, construido por el dolor en torno a un grano de arena.
¿Qué ansiedad construye nuestros cuerpos, y en torno a qué granos?
Cuando Dios me arrojó, a mí, una piedrecilla, a este maravilloso lago, turbé la
superficie del agua con incontables círculos.
Pero cuando alcancé la profundidad, me quedé en gran quietud.
Dadme silencio y desafiaré a la noche.
Conocí mi segundo nacimiento cuando mi alma y mi cuerpo se amaron y casaron.
Una vez, conocí a un hombre de oído sumamente fino, pero mudo. Había perdido la
lengua en una batalla.
Ahora sé en qué batallas combatió ese hombre antes de llegar el gran silencio. Y me alegré de que ese hombre estuviera muerto.
El mundo no es, suficientemente vasto para que cupiéramos él y yo.
Largo tiempo yací en el polvo de Egipto, silente, y ajeno a las estaciones.
Luego, el Sol me hizo nacer, me erguí, y caminé por las riberas del Nilo, cantando
con los días y soñando con las noches.
Y ahora, el Sol me persigue con mil pies, para que caiga nuevamente en el polvo de
Egipto.
Pero, ¡oíd la maravilla y el acertijo!: ni el Sol mismo, que unió mis elementos,
puede esparcirlos.
Aún estoy levantado, y mi pie es seguro; sigo caminando por las riberas del Nilo.
Recordarse es una manera de encontrarse.

El olvido es una forma de libertad.
Medimos el tiempo según el movimiento de incontables soles; y ellos miden el
tiempo con pequeñas máquinas que llevan en los bolsillos.
Ahora, decidme: ¿cómo podremos reunirnos alguna vez, en el mismo sitio y a la misma hora?
El Espacio no representa espacio alguno entre la Tierra y el Sol, para quien mira desde las ventanas de la Vía Láctea.
La humanidad es un río de luz, que corre desde la ex eternidad hasta la eternidad.
¿No envidian los espíritus que moran en el éter el dolor del hombre?
Camino a la Ciudad Santa, encontré a otro peregrino, y le pregunté
-¿Es éste verdaderamente el camino hacia la Ciudad Santa?
Y aquel peregrino me dijo:
-Sígueme, y llegarás a la Ciudad Santa dentro de un día y una noche.
Y lo seguí. Y caminamos muchos días y muchas noches, pero llegamos a la Ciudad Santa.
Y lo que más me asombró fue que aquel peregrino se enojara conmigo, por haberme desorientado.
¡Oh, Dios!, hazme presa del león, antes de que hagas que el conejo sea mi presa.
No se puede llegar al alba, sino por el sendero de la noche.
Mi casa me dice: -No me dejes, aquí mora tu pasado.
Y el camino me dice: -Ven, y sígueme, soy tu futuro.
Y yo digo, tanto a mi casa como al camino:
-Yo no tengo pasado ni futuro. Si me quedo aquí, hay un deseo de marcharme, en mi estancia; y si voy allá, hay un deseó de estancia en mi partida. Sólo el amor y la muerte transforman todas las cosas.
¿Cómo perder la fe en la justicia de la vida, si los sueños de quienes duermen sobre plumas no son más hermosos que los sueños de quienes duermen sobre la tierra?
Es extraño, pero el deseo de algunos placeres forma parte de mi dolor.
Siete veces he despreciado a mi alma:
La primera vez, cuando la vi desfalleciente, y debía llegar a las alturas.
La segunda vez, cuando la vi saltar ante un inválido.
La tercera vez cuando le dieron a elegir entre lo arduo y lo fácil, y escogió lo fácil.
La cuarta vez, cuando cometió una falta y se consoló pensando que los demás también cometen faltas.
La quinta vez, cuando se abstuvo por debilidad, y atribuyó su paciencia a la fortaleza.La sexta vez, cuando despreció un rostro feo, sin saber que tal rostro era una de sus propias máscaras.
Y la séptima vez, cuando entonó un canto de alabanza, y lo consideró una virtud.
Ignoro la verdad absoluta. Pero soy humilde ante mi ignorancia, y en ello residen mi
honor y mi recompensa.
Hay un espacio entre la imaginación y los logros del hombre que sólo puede atravesar su ansiedad.
El paraíso está ahí, detrás de esa puerta, en la habitación contigua; pero he perdido la llave.
O acaso únicamente la haya extraviado.

http://api.ning.com/files/zkGb0X42pMTSiKan6D0B9QoUeYHb5SeuqdwAHqNAcWoNzqPw70z2ZIuClK48jKOrZ9P7RoPPzUCYVD70NNWLOFyV8XzYONpJ/ArenayEspumaGibran.pdf


sábado, 14 de febrero de 2015

Feliz día del amor y LA AMISTAD


                                  La Amistad - Khalil Gibrán

Y un adolescente, dijo:
Háblanos de la amistad.
Y él respondió, diciendo: 
Vuestro amigo es a la medida de vuestras necesidades.
Él es el campo que sembrais con cariño y cosechais con agradecimiento.
Es vuestra mesa y el fuego de vuestro hogar. Pues vais a él con vuestro hambre y lo buscais en procura de paz.
Cuando vuestro amigo manifiesta su pensamiento, no teméis el "no" de vuestra propia opinión, ni ocultáis el "sí".
Y cuando él se calla, vuestro corazón continúa escuchando a su corazón.
Porque en la amistad, todos los deseos, ideas y esperanzas, nacen y son compartidas sin palabras, en una alegría silenciosa.
Cuando os separéis de vuestro amigo,
no os aflijáis. Pues lo que amáis en él,
puede tornarse más claro en su ausencia,
como para el alpinista aparece la montaña más clara, vista desde la planicie.

Y que no haya otra finalidad en la amistad que no sea la maduración del espíritu.
Pues el amor que procura otra cosa que no sea la revelación de su propio misterio, no es amor, sino una red tendida, y sólo lo inútil será en ella atrapado.
Y que lo mejor de vosotros mismos
sea para vuestro amigo. Si él debe conocer el flujo de vuestra marea, que conozca también su reflujo.

Pues, ¿qué será de vuestro amigo si sólo le buscáis para matar el tiempo?
Buscadle siempre para las horas vivas. Pues el papel del amigo es el de henchir vuestras necesidades, y no vuestro vacío.
Y en la dulzura de la amistad, que haya risa y compartir de placeres. Pues en el rocío de las pequeñas cosas, el corazón encuentra su amanecer y halla su frescor.

Extraido de “El Profeta” de KHALIL GIBRAN.




lunes, 1 de diciembre de 2014

Qué leer : ¿Por qué a Khalil Gibrán?

Hay tres razones por las que recomiendo la lectura del escritor libanés Khalil Gibrán. La primera es que fue un revolucionario de su época. En segundo lugar, no se tragaba lo que la sociedad en la que vivió, en especial la burguesía y el clérigo, le intentaban imponer. Y la tercera, porque su forma de narrar le hace creer al lector que lo que está leyendo le pasó de verdad al autor.
Gribrán nació en el Líbano en enero de 1883, y murió en Nueva York (Estados Unidos) en abril de 1931. Su principal característica fue luchar por la idea de la espiritualidad, pero oponiéndose a la forma en que la iglesia proponía la aplicación de ésta.

Así es como nace una de sus obras más ricas en narrativa, que es Espíritus rebeldes. Este es un libro compuesto por, en una primera edición, dos cuentos: Khalil el hereje y El llanto de los sepulcros. En esta obra, publicada en 1908, el autor intenta rasgar las vestiduras de los obispos, quienes, denuncia Gibrán, se aprovechaban de los campesinos, explotándolos laboralmente y sin una paga justa.
En 1912 este escritor, que además fue poeta, pintor y filósofo (esta última faceta se puede comprobar en cada uno de sus libros), publica Alas rotas. Esta obra, a mi parecer, es la segunda mejor de Gibrán, después del consagrado Espíritus rebeldes.

Alas rotas es la historia de un hombre, se hace suponer que es el propio Gibrán, ya que el libro está narrado en primera persona, que a sus dieciocho años encuentra el amor en Selma, una joven “que es sentimental” y que todo lo ve “con los ojos del espítitu”, a como Gibrán la describe. Ambos muchachos se enamoran y se crean un mundo de fantasías impregnadas de ese sentimiento tan apetecido: el amor.
A lo largo del libro nos deleitamos con la riqueza de narración poética que posee Khalil. Frases llenas de sentimientos y descripciones que te adentran en cada estrofa del libro, más el dolor que no sabemos por qué, pero va apareciendo poco a poco, desde el prefacio, componen Alas rotas.

El libro es una historia de amor, pero no con el final feliz como los que los cuentos de hadas o las novelas mejicanas nos acostumbraron. La historia está hilvanada de poesía, de amor, de sentimentalismo puro. Pero al final… al final sucede lo que no nos imaginamos. Selma muere. ¿Cómo muere? Les invito a leer la historia completa.

Khalil Gibrán fue un escritor de obras bastantes cortas de tamaño, pero llenas de contenido y de poesía.

Les comento, ahora, sobre otras obras de este libanés:
El profeta: Un hombre, profeta, va ofreciendo conceptos sobre la vida y lo que en esta hay: amor, matrimonio, hijos, el trabajo, los alimentos, la bebida, etcétera, llenando de esperanza y de fe los oídos de las personas que le rodean. El pueblo sigue al profeta y ellos mismos le van pidiendo que les hablen acerca de los temas que forman la vida humana.
El loco: Está compuesto por una serie de relatos cortos, al estilo de microliteratura, que despojan de todo maquillaje o máscara los sentimientos de quien los lee. Los relatos están narrados con ironía, e incluso humor, que hacen de cada uno una lectura única y, además, promueven el pensamiento crítico de los actos del día a día.
Las Tempestades: Este libro es una recopilación de ensayos y poemas que Gibrán, inicialmente, escribió en árabe, y que luego fueron editados y traducidos. Estos textos contienen pensamientos profundos que raspan lo más hondo del ser humano. En este libro se logra ver más clara la parte filosófica de Khalil Gibrán.

http://www.confidencial.com.ni/articulo/12976/


lunes, 21 de julio de 2014


El Amor:

« Cuando el amor os llame, seguidlo.
Y cuando su camino sea duro y difícil,
y cuando sus alas os envuelvan, entregaos.
Aunque la espada entre ellas escondida os hiera.
Y cuando os hable, creed en él.
Aunque su voz destroce nuestros sueños tal como el viento norte devasta los jardines.
Porque, así como el amor os corona así os crucifica.
Así como os acrece, así os poda.
Así como asciende a lo más alto y acaricia vuestras más tiernas ramas, que se estremecen bajo el sol, así descenderá hasta vuestras raíces y las sacudirá en un abrazo con la tierra.
Como trigo en gavillas él os une a vosotros mismos.
Os desgarra para desnudaros.
Os cierne, para libraros de vuestras coberturas.
Os pulveriza hasta volveros blancos.
Os amasa, hasta que estéis flexibles y dóciles.
Y os asigna luego a su fuego sagrado para que podáis convertiros en sagrado pan para la fiesta sagrada de Dios.
Todo esto hará el amor en vosotros para que podáis conocer los secretos de vuestro corazón y convertiros, por ese conocimiento, en un fragmento del corazón de la Vida.
Pero si, en vuestro miedo, buscáis solamente la paz y el placer del amor, entonces, es mejor que cubráis vuestra desnudez y os alejéis de sus umbrales, hacia un mundo sin primaveras donde reiréis, pero no con toda vuestra risa, y lloraréis, pero no con todas vuestras lágrimas.
El amor no da más a sí mismo, no toma nada más que de sí mismo.
El amor no posee ni es poseído.
Porque el amor es suficiente para el amor.
Cuando améis no debés decir: “Dios está en mi corazón”, sino más bien: “Yo estoy en el corazón de Dios”.
Y pensad que no podéis dirigir el curso del amor porque él, si os encuentra dignos, dirigirá vuestro curso.
El amor no tiene otro deseo que el de realizarse.
Pero, si amáis y debe la necesidad tener deseos, que vuestros deseos sean éstos:
Fundirse y ser como un arroyo que canta su melodía a la noche.
Saber del dolor de la demasiada ternura.
Ser herido por nuestro propio conocimiento del amor.
Y sangrar voluntaria y alegremente.
Despertarse al amanecer con un alado corazón y dar gracias por otro día de amor.
Descansar al mediodía y meditar el éxtasis de amar.
Volver al hogar con gratitud en el atardecer.
Y dormir con una plegaria por el amado en el corazón y una canción de alabanza en los labios.”

El Matrimonio:

“Nacisteis juntos y juntos para siempre.
Estaréis juntos cuando las alas blancas de la muerte esparzan vuestros días.
Sí; estaréis juntos en la memoria silenciosa de Dios.
Pero dejad que los vientos del cielo dancen entre vosotros.
Amaos el uno al otro, pero no hagáis del amor una atadura.
Que sea, más bien, un mar movible entre las costas de vuestras almas.
Llenaos el uno al otro vuestras copas, pero no bebáis de una sola copa.
Daos el uno al otro de vuestro pan, pero no comáis del mismo trozo.
Cantad y bailad juntos y estad alegres, pero que cada uno de vosotros sea independiente.
Dad vuestro corazón, pero no para que vuestro compañero lo tenga,
porque sólo la mano de la Vida puede contener los corazones.
Y estad juntos, pero no demasiado juntos,
porque los pilares del templo están aparte.
Y, ni el roble crece bajo la sombra del ciprés ni el ciprés bajo la del roble.”

Khalil Gibrán

                                                             Leyenda Siux

viernes, 11 de julio de 2014

El Matrimonio - Khalil Gibrán

"Juntos Nacieron y juntos permanecerán para siempre.
Estarán juntos cuando las alas blancas de la muerte esparzan sus días.
Sí, estarán juntos en la memoria silenciosa de Dios.
Pero dejen que haya espacios en su compacta unidad.
Y dejen que los vientos del cielo dancen entre ustedes.
Amense el uno al otro, pero no hagan del amor una atadura.
Que sea, más bien, un mar meciéndose entre las costas de sus almas.
Llene uno al otro sus copas, pero no beban de una sola copa.
Compartan su pan, pero no coman del mismo trozo.
Canten y bailen juntos y estén alegres, pero cada uno de ustedes sea independiente.
Las cuerdas de un laúd están solas, aunque todos vibren con la misma música.
Den su corazón, más no para que su compañero lo tenga.
Porque sólo la mano de la Vida puede contener los corazones.
Y estén juntos,aunque no demasiado juntos.
Porque los pilares del templo están distantes.
Y ni el robre crece bajo la sombra del ciprés ni el ciprés bajo la del roble"





lunes, 7 de julio de 2014

"Es un error pensar que el amor viene de mucho compañerismo y cortejo perseverante. 
El amor es fruto de una afinidad espiritual y, a menos que la afinidad se cree en un momento, no se creará durante años e incluso generaciones". 
Khalil Gibran


sábado, 5 de julio de 2014

Me recuerda a "EL Matrimonio" de Khalil Gibrán, aunque puede aplicarse a toda relación de pareja, no necesariamente a una formalizada legalmente...

" Nacisteis juntos y juntos permaneceréis para siempre. 
Aunque las blancas alas de la muerte dispersen vuestros días.
Juntos estaréis en la memoria silenciosa de Dios.
Mas dejad que en vuestra unión crezcan los espacios.
Y dejad que los vientos del cielo dancen entre vosotros.
Amaos uno a otro, mas no hagáis del amor una prisión.
Mejor es que sea un mar que se mezca entre orillas de vuestra alma.
Llenaos mutuamente las copas, pero no bebáis sólo en una.
Compartid vuestro pan, mas no comáis de la misma hogaza.
Cantad y bailad juntos, alegraos, pero que cada uno de vosotros
conserve la soledad para retirarse a ella a veces.
Hasta las cuerdas de un laúd están separadas,
aunque vibren con la misma música.
Ofreced vuestro corazón, pero no para que se adueñen de él.
Porque sólo la mano de la Vida puede contener vuestros corazones.
Y permaneced juntos, más no demasiado juntos:
Porque los pilares sostienen el templo, pero están separados.
Y ni el roble ni el ciprés crecen el uno a la sombra del otro. "

martes, 24 de junio de 2014

Tus hijos no son tus hijos (Kahlil Gibran)

Tus hijos no son tus hijos (Kahlil Gibran)

Tus hijos no son tus hijos
son hijos e hijas de la vida
deseosa de si misma.
No vienen de ti, sino a través de ti
y aunque estén contigo
no te pertenecen.

Puedes darles tu amor,
pero no tus pensamientos, pues,
ellos tienen sus propios pensamientos.
Puedes abrigar sus cuerpos,
pero no sus almas, porque ellas,
viven en la casa del mañana,
que no puedes visitar
ni siquiera en sueños.

Puedes esforzarte en ser como ellos,
pero no procures hacerlos semejantes a ti
porque la vida no retrocede,
ni se detiene en el ayer.

Tú eres el arco del cual, tus hijos
como flechas vivas son lanzados.
Deja que la inclinación
en tu mano de arquero
sea para la felicidad.